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jueves, 20 de febrero de 2014

Amanecer, parte 1 (2011) de Bill Condon



Por fin, este par de memos pasan por el altar
Y llegó la esperadísima (por las fans) adaptación del último y rancio librito de Stephenie Meyer (¡cuánto tenemos que agradecerle a esta buena mujer!), "Amanecer", y como los productores fueron muy cucos, decidieron estirar lo más posible el chicle "Crepúsculo" para hacer mayores números en la taquilla y decidieron (como el año anterior pasó con la última entrega de "Harry Potter"), partir en dos dicha adaptación y estrenarla como dos películas consecutivas. Bueno, un día me dije, después de ver la mierda de "Eclipse", que no vería ninguna película más de la saga asquerosa ésta, pero como soy un poco masoca y para más inri me he relacionado con fanáticos devotos de la saga, pues al final sucumbí a la tortura de tragarme esta entrega, ¡cruel destino! Así que una vez más volví a ser testigo de dos horas de nuevas aventurillas románticas, descafeinadas y subnormales, de los "ilustres" y "ejemplares" clanes de vampiritos fosforescentes y de fornidos hombres lobo depiladitos (más parecidos a los acérrimos visitantes de una sauna gay). 

¡Anda que vaya cuadro!

Y el pobre lobito (Taylor Lautner) lloriqueando.
¡Quítate la camisetita y seguro que se te pasa el disgusto!
Lo que depara esta primera parte de la última entrega (¡qué lío!, ¿verdad?), es el bodorrio entre la cara-pasillo de la Stewart con su amadísimo y "pasional" Caradeculen, su posterior luna de miel (con sus tórdidos coitos incluídos) y la guinda del pastel, el posterior embarazado de la nena ésta; el cual no lo hubiese deseado ni la sufrida Mia Farrow en "La semilla del diablo". Partiendo de la estúpida base de que un tipo que está muerto, ¿cómo cojones va a engendrar una nueva vida?, uno podría intentar hacer la vista gorda con las múltiples gilipolleces que se va a ir encontrando, pero es que ya conociendo la subnormalidad precedente en las anteriores secuelas, pues uno podría estar acostumbrado a todo. Pues no, los guionistas de "Crepúsculo" parecen superarse así mismos en nivel de gilipolleces y siempre acaban sorprendiendo a la peña (en el mal sentido), aportándonos una sonrojante escena que roza el más absoluto de los absurdos (y me refiero a un nivel superior al ya de por sí inherente en la retardada historia presente en toda la saga, que tiene miga). 

¡Cuánta blancura, parece un anuncio de Vernel!

Demasiado caliente para ser un muerto
En este caso, el protagonista del momento más imbécil del film, vuelve a ser el lobito, Taylor Lautner, que si no tuvo bastante con ese profundo descamisamiento en la segunda película para proporcionar a las quinceañeras del mundo entero mini-orgasmos ante esa prominente tableta, ahora nos deleita con una escena que me produjo un auténtico ataque de risa. Resulta que una vez ha parido la Stewart a un ser raruno al que tienen los huevos de llamar Renesme (¡manda cojones!), el lobito se queda prendado mirando al bebé (digital, ¡al lorito!) y se enamora de ella. La explicación que dan es que todo lobo está destinado a encontrar una media naranja y al hacerlo se queda con cara de empanado y eso le pasa al fortachón de Lautner, lo que resulta aún más ridículo ver a ese amasijo de músculos embobado ante un bebé. ¿Qué clase de neuronas han podido parir semejante ultraje de argumento? Me pregunto yo. Un tiarrón que se enamora de un bebé, que para colmo había estado enamorado de su mamá, que ahora se convierte en una vampiresa, que a su vez está casada con un vampiro, que a su vez es el enemigo acérrimo del que va a ser su yerno. Por favor, analizar semejante pifostio. Semejante ida de olla, homenaje al más deplorable de los engendros fílmicos existentes a lo largo de la Historia, se ha convertido en uno de los taquillazos más increíbles de lo que va de década; algo que me parece todavía más grotesco y más aterrador (sin ofender, como siempre digo, a todo aquél que le guste esta saga). 

¡Oh, qué cuquis!, ¡dan ganas de matarlos a palazos!

Hay que joderse, preñada de un vampiro
Para finalizar tengo que señalar otro punto para descojonarme vivo. Resulta que anunciaron el film como el más animado de la saga (lo que no es muy difícil porque si cogemos las secuelas anteriores vemos que los momentos de acción, en sí, brillan alarmantemente por su ausencia), y ¡ojito!, también como el más violento (ídem de lo mismo, el uso de la violencia en las bazofias precedentes se reduce a algo tan banal que no escandalizaría ni a un niño de 3 años). Sin embargo, uno puede comprobar al terminar de verlo, que era una gran fula. "Amanecer, parte 1", apenas ofrece un atisbo de la tan proclamada pelea entre vampiros y licántropos, es tan descafeinada y tan light como las anteriores, eso sí, resulta todavía si cabe, más absurda (y mirad que ya era difícil). En resumidas cuentas, no voy a ser original y sí repetitivo, pero es que no hay mejor forma de describirla, es UNA PUTÍSIMA MIERDA. Algo tan malo, tan lamentable, que desde mi punto de vista, habría sido un grato favor que nunca se hubiese llevado a cabo. Debo decir que no me he molestado en ver la segunda parte, gracias a Dios he conseguido mantenerme en mis trece y durante más de un año he esquivado el enfrentarme al visionado de la bazofia que cierra esta repugnante saga. Espero mantenerlo por mucho tiempo. 

Ver para creer, el lobito babeando como un retardado por un bebé

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