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lunes, 24 de febrero de 2014

Heidi (1937) de Allan Dwan



La pequeña Heidi (Shirley Temple)
R.I.P. (1928 - 2014)
Hace poco, me he enterado del reciente fallecimiento de Shirley Temple, la cual fue toda una estrella infantil en el Hollywood de los años 30. De hecho, durante muchos años fue la principal niña prodigio del universo cinematográfico, convirtiéndose en un gran referente para posteriores actrices infantiles. Así pues, Shirley gozó de una absoluta popularidad durante la propia década de los 30 y el inicio de los 40, hasta que se convirtió en adolescente y se apartó por completo del terreno cinematográfico y del mundillo del artisteo. Durante su trayectoria, protagonizó un buen porrón de películas, la mayoría realizadas para su exclusivo lucimiento en pantalla y ésta es una claro ejemplo de ello. Esta versión de "Heidi" supuso la primera, de un buen montonazo de adaptaciones de la famosa novela de Johanna Spyri, entre las cuales, la más popular ha sido esa inmortal serie de animación japonesa que, sin lugar a dudas, en nuestro país se convirtió en un pelotazo televisivo en los setenta (y en posteriores décadas, porque yo siendo bien pequeñito recuerdo la muy enganchado que me tenían sus encantadores episodios). 

Por los Alpes de camino a la casa del abuelo

Heidi con su abuelo (Jean Hersholt)
Pues bueno, supongo que todos los que sean conocedores de la historia original (sobre todo, estoy seguro que gracias a la propia serie de dibujos animados, como un servidor), sabrán por lo tanto las desgraciadas peripecias que le tocará vivir a la pobre protagonista. Heidi (Shirley Temple) es una niña huérfana, cuya desgraciada tía, se cansa de cuidar. Así que la manda para los Alpes suizos, donde habita su abuelo (Jean Hersholt). El hombre es un arisco ermitaño, que lleva muchos años sin tener contacto con nadie, pero que sin embargo acabará encariñándose con su tierna nietecita. Y justo cuando la pobre Heidi se encuentra a gusto en las montañas, aparece la hija de puta de la tía para arrancarla de los brazos de su abuelo y llevarla al caserón de una noble familia alemana, para que le haga compañía a la desvalida hija inválida, Klara (Marcia Mae Jones). A pesar del desprecio que recibirá por parte de la amargada, estirada y zorrísima institutriz, la señorita Rottenmeier (Mary Nash), Heidi encontrará la forma de volver a ser feliz y de ganarse el cariño y apoyo de todos en la casa, principalmente de Klara, la cual por fin encontrará una amiga de verdad. No obstante, Heidi no desestima la idea de algún día, volver a encontrarse con su querido abuelo. 

Heidi con la inválida Klara (Marcia Mae Jones)

La zorra de la señorita Rottenmeier (Mary Nash)
Pues bueno, la película es bastante bonita. Hombre, lo cierto es que salvo la famosísima serie, no tengo otra adaptación para hacer comparaciones; y bueno, debido a mi cariño de la infancia, la serie la recuerdo como mucho más entrañable; aparte de que explica mucho mejor la historia de este entrañable personaje; lógico por otra parte, ya que aquí el relato queda resumido a una simple hora y media. En sí, el film está muy bien hecho, presenta una muy correcta ambientación y unos aspectos técnicos la mar de notables. Las interpretaciones también está bien, aunque es obvio, que todo el reparto se queda sumiso a la mera misión de arropar a la estrella del film, Shirley Temple, sobre la recae el peso escénico por excelencia. En resumidas cuentas, me parece una película entretenida y bastante emotiva, a la par que entretenida. Un film clásico un tanto maltratado por el recuerdo colectivo que merece la pena ser rescatado con algún que otro visionado, el cual a su vez puede suponer un sentido homenaje a la primera estrella infantil existente en la Historia del cine, lo cual ya la ha convertido en una figura icónica del firmamento. 

Heidi se reencuentra con su abuelo, en compañía de Klara

*MI MOMENTO FAVORITO: ése en el que la inválida Klara (Marcia Mae Jones), consigue caminar. 

Un, dos, tres, un pasito palante Klarita

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