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miércoles, 14 de enero de 2015

Hostel 2 (2007) de Eli Roth



El prota de la primera (Jay Hernández) es
decapitado nada más empezar la peli
Y nuevamente Quentin Tarantino "presenta" otra sangrentada del mismo equipo que puso en marcha "Hostel", la cual fue un exitazo tremendo y dio como consecuencia la elaboración de esta muy decepcionante secuela. Si bien es cierto, la primera película no es que fuese santo de mi devoción, pero sí que debo reconocer que fue potente, visceral y que supuso un referente en la Historia del gore, definiendo con creces el estilo denominado "torture porn" (de la manita de la saga "Saw"). Pero esta secuela se queda a medio gas de todo lo posiblemente esperado tras el bombazo de su antecesora. La historia arranca con el ridículo (sí sí, ridículo con todas las de la ley) asesinato del protagonista superviviente de la primera (Jay Hernández) -yo siempre he detestado esa manía de cargarse en una secuela a los protas de la peli anterior de manera gratuita, algo bastante común en el género de terror-.

Las nuevas protas

Aparición del mito erótico italiano de los setenta Edwige Fenech
Esta muerte inicial me parece patética y muy forzada, se desvirtúa con el espíritu de la saga en sí. Resulta que sin ningún tipo de explicación, los miembros del Selecto Club del aterrador hostal de Bratislava, lo han localizado en su residencia y sin mediar palabra, lo decapitan, dejando a su novia (Jordan Ladd, la hija de la mítica "ángel de Charlie" Cheryl Ladd) vociferando a grito pelado. Es curioso que, por ejemplo, no se hubiesen parado a hacerle una señora tortura como bien marca la saga, ya que encima fue alguien que se les escapó de mala manera en la peli anterior y supuestamente, le tenían unas ganas tremebundas. Pero bueno, obviamente fue una manera patatera y mierdera de eliminar a este personaje, sin ton ni son, para así iniciar una nueva historia sin cabos sueltos anteriores. Y acto seguido pasamos a conocer a los nuevos personajes que acabarán de vacaciones en Bratislava (lugar idóneo para ser masacrado y torturado hasta la muerte, según Eli Roth y compañía, no lo digo yo).

Cálida bienvenida a Bratislava

Cameo del carnicero Ruggero Deodato (director
de "Holocausto caníbal"), en su salsa
Si en la primera los protas eran tres mochileros, aquí la cosa cambia de género y las protas son tres chicas, por lo demás el desarrollo argumental sigue los mismos derroteros que la original. Las muchachas acaban refugiadas en el hostal a la espera de recibir una atroz muerte por parte del magnate cabrón que haya pagado por descuartizarlas. Ahora bien, si hay algo que me pareció ciertamente novedoso en esta peli, es que se nos aporta el punto de vista opuesto de las pobres víctimas, el de dos perturbados que han pagado por darse un festín de sangre. Lo que me moló a grandes rasgos es cómo se enfoca la personalidad de estos dos tipejos, uno de ellos (Richard Burgui) es muy lanzado y está entusiasmado con la idea de matar sangrientamente a otro ser humano, le excita al muy cabrón; mientras que el otro (Roger Bart), es más indeciso, tiene remordimientos y se muestra más cohibido ante la idea de cometer semejante salvajada.

¡Qué pena, pensando que ibas a pasar unas buenas vacaciones!

Los dos psicópatas (Roger Bart y Richard Burgui) dispuestos a matar
Aunque, llegado el momento ambos dos sufrirán un cambio radical de la virgen, el lanzado se achantará mientras que el cohibido se encontrará cara a cara con sus más ansiadas ganas de matar. Un punto del guión que, la verdad, no me disgustó, aunque tampoco se le dedica un tiempo propicio para justificar semejantes cambios en la personalidad de cada uno de ellos. Pero estamos hablando de una secuela de "Hostel" vamos a lo que realmente interesa; la sangre. ¿Es sangrienta "Hostel 2"? Pues evidentemente, sí lo es. ¡Hala! ¿Es tan bestia como la uno? Desgraciadamente no, como ya dije antes, se queda a medio gas. Craso error. Realmente si analizamos el film, veremos que en sí, sólo posee una escena de violencia realmente perturbadora. Vale, que la escenita se las trae; me estoy refiriendo a la muerte de una de las desgraciadas protagonistas (Heather Matarazzo), la cual sufre una agonía desmesurada.

Esta pobre (Heather Matarazzo) se va a llevar la peor parte

Por ahí viene la cabrona doble de Elizabeth Bathory
La chica es colgada desnuda boca abajo, mientras una hija de la gran puta (desnuda también) la va cortando con una inmensa guadaña y disfruta como una perra mientras la sangre de la joven le va cayendo encima a borbotones; una muerte inspirada en el personaje real de la condesa Elizabeth Bathory, que bueno, la verdad puede llegar a ser bastante hiriente, porque es muy fuerte y desoladora. Pero en sí, el resto de la película anda bastante más escasa de violencia y tortura que la antecesora, algo bastante inexplicable, porque ya puestos a hacer una secuela de un film tan fuerte, ¿por qué contenerse? Por lo tanto, exceptuando un minúsculo tramo de unos cinco minutos, "Hostel 2" anda más escueta de gore, lo cual es muy decepcionante. Así mismo, la opresiva atmósfera de la antecesora, pierde fuelle; las escenas en las cámaras de tortura carecen de intensidad, de tenebrismo; haciendo el resultado final menos conseguido, poco sorprendente y con la incómoda sensación de absurdez.

Disfrutando del baño de sangre

Esperando la tortura
Ver sino el abrupto final; muy forzado, muy poco creible; tanto o más que esa repentina castración de uno de los psicópatas por parte de la prota principal (Lauren German), desempeñada mediante un efecto especial extremadamente cutre (¿no fueron capaces de elaborar una polla un poco más realista?, cantaba a la legua el plástico). Aunque lo peor de lo peor de lo peor, que presenta esta secuela y que parece denotar la enorme desgana con la que sus realizadores la pusieron en práctica, es ese garrafal y bochornoso error que se puede presenciar en una escena, algo lamentable hasta para los más novatos principiantes en esto de hacer cine. Hay un momento en el que uno de los psicópatas (el interpretado por Richard Burgui), se mete en un ascensor y le lanzan dos perros que lo hacen pedazos. Si volvéis a ver la película, fijaos bien en la escena, aunque no hace falta prestar mucha atención para darse cuenta. Resulta que cuando los perros se avalanzan sobre el actor, éste es sustuido por un doble, vale. Pero es que cuando esto sucede, podemos comprobar como las antes mugrientas paredes del ascensor están ahora forradas con unas colchonetas verdes, de acuerdo, está claro que han sido dispuestas para amortiguar los posibles golpes del doble y de los animales contra el duro material de las paredes.

A esta pobre la han dejado guapa

Acensor mugriento...
El hecho de que sean verdes además tiene su explicación, el verde luego sirve de chroma para en post-producción sustituir ese color verde por otra imagen para simular la textura real del ascensor, mediante un efecto digital. La gracia es que en la película, este efecto no se aplicó y dejaron la escena tal cual, con los colchones verde bien visibles a ojos del espectador. Posteriomente cuando volvemos a ver la escena de los perros devorando los "restos" del personaje, las paredes del ascensor recuperan su estado grasiento y mugriento. ¡De verdad, es imperdonable un fallo así! Porque aparte este error dura lo suficiente como para ser facilmente captado, o sea que los montadores tuvieron que ser conscientes de ello al estar editando el film, lo cual sólo existe una explicación posible, nadie se acordó de aplicar el efecto en post-producción y el equipo de montaje se rascó los huevos y pasó de hacer cualquier tipo de modificación del plano.

Error monumental; el ascensor luce de esta guisa

Conclusión, ¡una chapuza padre! Ni el mindundi más torpón cometería una pifia tan cantosa, lo cual repito, es imperdonable teniendo en cuenta que tras el film se encontraba un supuesto equipo de profesionales y que la peli estaba destinada a ser exhibida a un amplio público. En definitiva y para concluir, esta "Hostel 2" es inifinitamente peor que su antecesora, se percibe desgana en ella, es más contenida, más simple, más sosa y con todo merecimiento pasó bastante inadvertida por la taquilla, no llegando a recaudar ni un cuarto del pastón que se enfundó la original. Debido a esto, la saga quedó estancada,  y conoció una secuela bastarda que vio la luz en el mercado doméstico, con Eli Roth (ideador de la idea) desvinculado del proyecto.

Por arte de magia el ascensor vuelve a lucir mugriento

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