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domingo, 18 de enero de 2015

Inocencia y juventud (1937) de Alfred Hitchcock



Muerta en la playa
“Inocencia y juventud” fue la penúltima película de la denominada etapa británica de Alfred Hitchcock, antes de dar su salto definitivo a Hollywood. Este film, por lo que he podido comprobar, está considerando una obra menor del maestro del suspense, pero la verdad no comulgo mucho con esta premisa, si bien es cierto que no es de sus más reconocidas películas, creo que es la mar de interesante y está lo suficientemente bien orquestada (en la línea de su autor) como para considerarla un más que meritorio clásico. En “Inocencia y juventud” encontramos nuevamente (y ya por aquellos tiempos) muy marcados todos los tópicos a los que al maestro Alfred, le encanta recurrir; asesinato, un falso culpable, persecuciones, incluso un cierto ramalazo de romance. El film arranca con la aparición de una mujer muerta en la playa. La pobre ha sido estrangulada con una corbata (utensilio homicida del que también tiraría el maestro en su muy posterior obra, “Frenesí”). 
 
Robert Tisdall (Derrick de Marney), el falso culpable

La joven Erica Burgoyne (Nova Pilbeam) ayudará
al chaval a demostrar su inocencia
A todo esto, pasa en el momento más inoportuno, justo al lado del cadáver, nuestro desgraciado protagonista, Robert (Derrick de Marney), quien será considerado el culpable del crimen; en primer lugar porque conocía a la muerta y en segundo lugar porque dos testigos declaran haberlo visto abandonar la escena del crimen. Ante tal acusación, el pobre chaval no tendrá más remedio que huir de la justicia, para conseguir probar su inocencia (en la línea de 39 escalones, hasta ese momento la única de Hitchcock en tratar la figura del falso culpable, posteriormente muy recurrente dentro de la filmografía del maestro). Afortunadamente, no estará solo, ya que lo ayudará Erica (Nova Pilbeam, que ya había trabajado con el director anteriormente en El hombre que sabía demasiado), la joven hija de un jefazo de la policía, que precisamente está encargado de encontrar al fugitivo. Ambos intentarán por todos los medios encontrar al verdadero asesino, del cual saben que tiene un extraño tic en los ojos. 
 
La metomentodo tía de Erica (Mary Clare) es un condenado perro sabueso

Entre estos dos surgirá algo de sentimiento inevitable
“Inocencia y juventud” nos ofrece una trama muy simple, quizás menos enrevesada de lo que nos tiene acostumbrados Hitchcock en otras obras más representativas, pero no por ello me parece que sea menos efectiva a la hora de transmitir suspense. La peli es entretenida y llevadera y nos brinda momentos muy bien resueltos, como por ejemplo ése vivido en la fiesta infantil con la cotilla tía de Erica (Mary Clare) ejerciendo la labor de perro sabueso para con el joven fugitivo, o el acontecido en el tramo final, cuando se nos delata la presencia del asesino en una sala de baile; momento en el que Hitchcock nos regala un majestuoso plano secuencia de más de un minuto (¡brillante!), dejando muy claro que su composición escénica siempre daba atisbos absoluta grandeza. Como siempre, además, la peli presenta un humor muy característico aguerrido al argumento (muy al estilo british) del que Hitchcock siempre ha hecho uso de forma muy fina y elegante. Sin más ni más, la recomiendo como otra joyita (un tanto desconocida), de su magno creador, que es.

Desenmascarando al asesino

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