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lunes, 29 de diciembre de 2014

Juan Nadie (1941) de Frank Capra



Ann Mitchell (Barbara Stanwyck), la
periodista que se inventa a Juan Nadie
El nombre de Frank Capra siempre quedará ligado a la Navidad debido a que fue el realizador de uno de los films más recordados y entrañables relacionados con este período del año tan especial, "¡Qué bello es vivir!''. Pues bien, antes de que hiciese ese emblemático clásico, ya había tocado el tema navideño en su línea de rollo positivista en esta producción que se antecedía en cierto sentido, al mensaje remarcado en "¡Qué bello es vivir!", el cómo un simple hombre puede ser crucial y vital en las vidas de otros muchos, sin que él mismo llegue a ser conciente de ello. "Juan Nadie" nos cuenta la historia de una periodista (Barbara Stanwyck), la cual ofendida tras su despido, cuando un poderoso magnate adquiere el periódico donde ella trabajaba, escribe un polémico artículo en el que un hombre, denominado Juan Nadie, explica su intención de suicidarse saltando desde un edificio en Nochebuena, como forma de protestar contra su despido injusto. La carta se convierte en tal revuelo, que el periódico decide ponerle cara a dicho personaje ficticio. 

John (Gary Cooper), el vagabundo que acabará
adquiriendo la personalidad de Juan Nadie

Preparando a John para ser Juan Nadie
Así entra en acción un vagabundo (Gary Cooper), el cual será contratado y adiestrado para adquirir la personalidad del propio Juan Nadie. Pero lo verdaderamente sorprendente es que este hombre se convertirá en una vía de comunicación masiva importantísima, la gente no sólo se volcará con su causa, sino que verán en él un líder capacitado para luchar contra las injusticias sociales. Este noble gesto no tardará en ser utilizado por un puñado de politicuchos rufianes que intentarán manejarlo como una marioneta para sacar tajada y lograr votos. El film no está exento de una crítica social apabullante, viéndolo me he quedado frío comprobando que, a pesar del paso de los años, la forma de retratar a la política sigue resultando un reflejo claro de la actualidad. Los políticos siempre buscan el poder, conseguir pisotear al más débil para lucrarse y temen que el pueblo espabile y tengan por líder a alguien salido de la nada que promete cambiar las cosas (el personaje de Gary Cooper podría asemejarse un poco al movimiento de "Podemos", muy lejanamente). 

Juan Nadie se convierte en un fenómeno de masas

La película posee múltiples valores, su carácter crítico es magistral, pero creo que en determinados momentos pierde un poco de fuelle y se va por las ramas. Su parte final, desde luego es la más interesante y entrañable, el protagonista se da cuenta de que es un fraude y un monigote y cuando decide ser sincero y afrontar las consecuencias, se topará con la triste realidad lo que le llevará a asumir su verdadero rol de Juan Nadie y apresurarse a cumplir con el destino "ficticio" que lo hizo ser popular, suicidarse en Nochebuena. La historia tiene gancho, fuerza y encima está respaldada por unas interpretaciones brillantes, pero en mi opinión dista de ser la obra maestra que en muchos lugares se vitorea que es, creo que ''¡Qué bello es vivir!" es bastante mejor, más emotiva y llevadera, sin menospreciar las virtudes de ésta que nos ocupa, por supuesto.

Entre Ann y John empieza a haber cierto tonteo

*MI MOMENTO FAVORITO: el tramo final en el que John (Gary Cooper) decide cumplir con la función del personaje de Juan Nadie en Nochebuena, es muy emotivo. 

¡Larga vida a Juan Nadie!

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