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martes, 9 de diciembre de 2014

Candyman, el dominio de la mente (1992) de Bernard Rose



La prota, Helen Lyle (fabulosa Virginia Madsen)
Tras el soberano coñazo que, para mí, supuso "La casa de papel", el realizador Bernard Rose sí que estuvo plenamente acertado en este segundo acercamiento suyo al género de terror. Los inicios de los noventa, fue una época nefasta para dicho género, había caído en un incómodo desuso debido a la incesante reiteración de las fórmulas establecidas y había provocado un gran desdén y agotamiento en el público, que prácticamente le había dado la espalda. No obstante (hasta su pleno resurgir con "Scream" en 1996), se pueden rescatar de este período alguna que otra obra magistral de terror, como la que nos ocupa. "Candyman" es un film colosal y a día de hoy otro grandísimo clásico. Su base argumental parte de un relato de Clive Barker (creador de "Hellraiser"), el cual sirvió para dar a conocer a otro gran icono del género, el atemorizante espectro de un hombre negro -el cual sufrió una agónica e injusta muerte- que reclama venganza y dolor, cuando se osa pronunciar su nombre cinco veces ante un espejo,... Candyman, Candyman, Candyman, Candyman,... reconozco que en muchas ocasiones, ni yo mismo he tenido las agallas de atreverme a decirlo por quinta vez. 

¿Hay huevos a decir Candyman cinco veces?

El lado más oscuro y siniestro de los graffitis
El film me parece magistral porque sin lugar a dudas, huye un poco de los convencionalismos manidos en el género. En sí, se construye como un film de terror psicológico, en el que en ocasiones muy puntuales asoma el terror sobrenatural y esas gotitas inevitables de slasher y casquería. La historia se centra en Helen (excepcional Virginia Madsen, ¡qué papelón!), una joven que está realizando una tesis acerca de la leyenda urbana de Candyman. Para ello deberá adentrarse en los barrios marginales de un Chicago deprimente y hostil, pues es donde la creencia por la leyenda de este ser es más arraigada (interesante la aportación del punto de vista misterioso de los graffitis que se presenta en el film, ya procedentes de la historia de Barker). Muertes misteriosas parecen estar unidas al nombre de Candyman, el cual porta un puntiagudo garfio, que sustituye a una de sus manos mutiladas, con el cual da muerte a aquella víctima desgraciada que ha tenido la poca cautela de llamarlo ante un espejo. Pero claro, para comprobar la veracidad de un mito, hay que llegar hasta las últimas consecuencias y Helen llama al "hombre dulce". ¿Es en verdad una leyenda?, ¿es Candyman una fantasía creada por el folclore y la supersitición?, ¿o es una mortífera realidad? Desde ese momento, la vida de Helen será un auténtico infierno, y ella misma comprobará en sus propias carnes, el hecho de convertirse en una leyenda.

¿Existe Candyman...

...o a Helen se le está yendo la olla?
Bueno, como ya he dicho, "Candyman" me parece un film de horror superlativo. No sólo porque está cojonudamente realizado e impecablemente rodado, sino porque en resumidas cuentas, prácticamente todos sus elementos están perfectamente dispuestos. La historia se nos narra desde un punto de vista fresco y original, y es que a pesar de contar con su propio psycho-killer imponente y carismático (¡qué pedazo de impresión causa Tony Todd!, ¡hiela la sangre a cualquiera!), el film no se ajusta a ser un mero slasher sobrenatural más que en cierto sentido tomase referencias de personajes como Freddy Krueger, lo que podría parecer a priori. Para nada. La peli se enfoca más desde la vertiente psicológica de la protagonista principal, convirtiéndonos en testigos de su angustiante paranoia. ¿Podría ser que Candyman no fuese más que fruto de la mente desquiciada y enferma de Helen?, por momentos la película parece inclinarse hacia esta premisa, aunque por otros parezca atribuirle toques de terror sobrenatural. Lo bueno es que siempre se mantendrá esa duda razonable (un poco enturviada por la existencia de las secuelas) que es lo que le da a "Candyman" su toque de personalidad y la destaca de otros múltiples productos. 

A veces la leyendas pueden convertirse en realidad...

Hay que destacar también la magna labor de los actores, en especial Virginia Madsen que está arrolladora y por supuesto el propio "monstruo" del film, el imponente Tony Todd, consagrado de por vida como el siniestro Candyman; sin desmerecer por ningún momento la increible banda sonora de Philip Glass, siniestra y dulce al mismo tiempo (a mí siempre me recordó a una melodía navideña). Sin más ni más, "Candyman" es una gran y absoluta joya, un film imperecedero e imprescindible.

...sino que se lo digan a ésta

*MI MOMENTO FAVORITO: cuando la propia Helen (Virginia Madsen) se convierte en una propia y aterradora leyenda.

Helen, Helen, Helen, Helen,... Helen

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