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Los chicos del maíz continuarán dando guerra |
Así daba comienzo otra de las sagas más infames y lamentables (sobre todo en cuanto a calidad técnica se refiere) de la Historia del género de terror. En 1984 se había estrenado
"Los chicos del maíz", adaptación de un popular cuento del gran Stephen King, la cual -mejor o peor- se acabó instaurando como un clásico discretito gracias a su notable éxito. Pues bien, lo que ha ido viniendo después a modo de secuelas, han sido una serie de nefastos truños (la mayoría, pastos de videoclub) que de algún modo u otro, se han intentado aprovechar del nombre de la peli original, para cazar a algún desprevenido curioso (ylo reconozco, yo piqué en muchas ocasiones y fui de los que alquiló más de una secuela, para mi desgracia). Pues bueno, hay que decir que de toda la morralla que se hizo bajo el título
"Los chicos del maíz", ésta es la más decentilla (y cuando digo decentilla, ¡ojo!, siempre es dentro de lo malo).
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La muertes no se harán esperar |
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El periodista y su hijo vienen a desentrañar el misterio |
Si digo eso es porque, haciendo en varias ocasiones de tripas corazón, como se suele decir, esta secuela directa de la original, puede divertir lo suyo, e incluso resultar bastante entretenida. La acción arranca de manera casi consecutiva a los acontecimientos ocurridos en el primer film. Tras el descubrimiento de la matanza tan horrible en el pueblo de Gatlin, por parte los infantes contra sus adultos, el lugar se llena de periodistas que quieren hacerse eco de lo sucedido. Los niños -anteriores asesinos-, ahora parecen haberse vuelto normales -tras la muerte de su líder- y son acogidos por familias de un pueblo cercano (¡hay que ser lelos!). Pero será cuestión de tiempo que a los nenes les aparezca otro nuevo líder, el cual, les volverá a incitar a atacar violentamente a los corrompidos adultos para hacerle ofrenda al susodicho dios del maizal,
"el que camina detrás de la fila" (o la hilera, dependiendo de la versión). Un periodista que ha llegado al pueblo, ayudado por su churri, su hijo adolescente, la churri de éste y un indio muy avispado (¡vaya caballería!), serán los encargados de pararle los pies nuevamente a este atajo de cabroncetes enloquecidos, antes de que la desaparición de los adultos del pueblo, se vuelva algo más que inminente.
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Siempre hay tiempo para un romancete pasajero |
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La vieja en silla de ruedas se lleva la muerte más divertida de la peli |
Una cosa que me ha agradado, en cierta forma, del film son la sucesión de las progresivas muertes. A algunas no les falta mala leche y violencia y no están del todo mal orquestadas, además les acompaña unos ramalazos de humor negro que no desentona (véase por ejemplo cuando se cargan a una vieja en silla de ruedas, controlando los mandos de la silla como si fuese un coche teledirigido). Lo peor de todo es, aparte de su catastrófico reparto, una realización planísima y televisiva que le dan un aire cutre al film que lo hace digno de su calificación como película de tercera fila. El argumento incluye además ciertas tramas secundarias (como ésa que pretende darle un aire conspiratorio a la locura de los niños), que personalmente, creo que no encajaban mucho, pero bueno, ahí están. Dentro de lo malo, ya lo digo, es una secuela (la única) de
"Los chicos del maíz" que podría llegar a recomendarse, como distracción y para pasar un rato divertido, pues viendo las cagarrutas que vendrían después dentro de esta saga, podría llegar a considerársela una obra maestra, haciendo comparaciones.
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¡Un cutis divino! |
*MI MOMENTO FAVORITO: la muerte más sangrienta del film, el líder de los nenes cabrones, le hace una especie de vudú sangriento a un pobre desgraciado, que le produce una imparable hemorragia nasal que acaba con su vida. ¡Bastante bruta!
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¡Que alguien llame al 112! |
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