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El Dr. Bernard Hichcock (Robert Flemyng) |
Como ya he señalado en otras reseñas, el éxito de los films británicos de la Hammer, a finales de los cincuenta, pusieron de moda las películas de terror góticos, ambientadas en inmensos castillos barrocos repletos de telarañas e interminables pasadizos tenuemente iluminados por velas. Italia, a principios de los sesenta, se convirtió en un país que se empapó mucho de esta vertiente gótica, después de que Mario Bava realizase esa obra maestra llamada
"La máscara del demonio", lo cual indicó una línea a seguir por varias producciones posteriores, que trataban de plasmar el esquema expuesto de dicho film. Al mismo tiempo en Estados Unidos, Roger Corman también estaba dejando su sello identificador en el género con sus adaptaciones
poeianas, así que podíamos decir que por un lado la Hammer, por otro las producciones
cormanianas sobre relatos de Poe y por otro el terror gótico italiano, constituyeron un amplísimo porcentaje del panorama del terror durante la primera mitad de la década de los sesenta.
"El horrible secreto de Dr. Hichcock" fue otra de esas potentes joyitas del momento, que con el paso del tiempo, acabó instaurándose como uno de los clásicos más sobresalientes de la época.
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Accidentalmente el Dr. Hichcock acaba con
la vida de su mujer Margherita (Teresa Fitzgerald) |
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El Dr. Hichcock con su segunda esposa, Cynhtia (Barbara Steele) |
Si bien, para mí, no llega a alcanzar la maestría de la peli de Bava anteriormente mencionada, u otras del estilo como
"Danza macabra" de Antonio Margheriti, sí que cuenta a su favor con múltiples factores. Por un lado, nos presenta una historia bastante políticamente incorrecta, en el que se trata un tema tan provocador y tabú para el momento como la necrofilia (eso sí, de forma muy sugerida, por supuesto, todavía no había comenzado a asomar el
gore, aunque los italianos serían sus máximos exponentes). El protagonista es un perverso médico, el Dr. Hichcock (Robert Flemyng), de acomodada posición social que es un necrófilo, o sea que experimenta con su mujer un medicamento que la deja cataléptica (o sea, aparentemente muerta), hecho que a él le posibilita exhibirse en su máxima sexual. Pero resulta que un día se le va la mano, y la mujer acaba realmente muerta. Él, desolado, se marcha de la mansión familiar y al cabo de un tiempo, regresa nuevamente casado con otra mujer, Cynthia (Barbara Steele), la cual desconoce los oscuros vicios de su marido, pero de los que ya irá teniendo constancia, porque lógicamente, su matrimonio se convertirá en un auténtico infierno, cuando el pasado más oscuro de su cónyuge empiece a hacerse notorio.
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La perversa ama de llaves (Harriet White) |
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Una estampa un tanto renacentista |
Como más puntos a su favor, el film cuenta con una excelente dirección, Riccardo Freda (que realizó el film con el seudónimo de Robert Hampton) era colega de Mario Bava y coetáneo, así que podríamos decir que su estilo era casi casi fusionable. La ambientación del film es soberbia; la decoración de la mansión del Dr. Hichcock es prodigiosa y acojonante (muy en la línea de las típicas de la Hammer, pero con un toquecito italiano que recuerda por momentos al arte renacentista en según qué fragmentos). A destacar también la presencia de la magna estrella femenina del género, Barbara Steele (también protagonista de "La máscara del demonio"), que se muestra espléndida en su papel de mujer sufridora in extremis (de hecho, el tramo final es para mí, uno de los fragmentos más lúcidos y espectaculares de su potencial como actriz del género).
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Cynthia con el joven Dr. Kurt Lowe (Montgomery Glenn) |
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La pobre Cynthia cada vez más asustada |
En cuanto a la historia, es muy interesante; se agradece además sendos homenajes que el director le hace claramante al mismo Alfred Hitchcock (no hay más que ver el nombre del personaje protagonista, aunque le eliminen la
"t" del apellido), aportando múltiples referencias por ejemplo a
"Rebeca", con la presencia de un ama de llaves siniestra, o a
"Sospecha", con el constante miedo de la mujer por ser envenenada por su marido. También son obvias ciertas características arraigadas a los textos de Edgar Allan Poe (como ya he dicho, muy de moda por las adaptaciones de Roger Corman en América), con la incorporación por ejemplo del tema de la catalepsia y los enterramientos en vida, amén de la supuesta presencia de espectros dentro de una siniestra mansión (marca por ende de Poe). Como pequeña pega, algún momento en el que el ritmo no está a la altura y decae, sobre todo por la intervención de una especie de subtrama amorosa entre la esposa de Hichcock y un joven médico (Montgomery Glenn), que intentará ayudarla. Pero bueno, no deja de ser un clásico de cine de terror italiano de la época muy, pero que muy interesante; muy bien filmado, interpretado y ambientado. Es muy recomendable para todo aquél que adore esta época tan particularmente atractiva del género.
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¿Cuál es el secreto del Dr. Hichcock? |
*MI MOMENTO FAVORITO: ese angustiante clímax final en el que Barbara Steele demuestra todo su potencial interpretativo ampliamente dotado para este género.
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Enterramiento en vida, al estilo Poe |
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