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domingo, 9 de marzo de 2014

Siguiendo mi camino (1944) de Leo McCarey



El padre O'Malley (el buen cantante pero pésimo actor Bing Crosby)
Aquí la ganadora del Oscar a la mejor película en 1944. "Siguiendo mi camino", un musical, con un trasfondo de temática religiosa, que fue bastante popular en su momento, gracias a la fama de su protagonista, el cantante Bing Crosby. El film no sólo obtuvo la estatuilla a la categoría más importante, en lo referido a galardones (como ya he dicho, el de mejor película), sino que encima se llevó siete premios, siendo la película más premiada hasta la fecha por detrás de "Lo que el viento se llevó". No obstante, a pesar de semejante currículum de supuesto prestigio cinematográfico, el paso del tiempo la fue arrinconando en el más mero y, desde mi punto de vista, justo olvido. La explicación es bien simple, "Siguiendo mi camino" no me parece un film que aporte ningún detalle que la haga merecedora de ser recordada. Hay piezas cinematográficas que por diversos motivos, han conseguido establecerse en el recuerdo colectivo como grandes obras, imperecederas, así como también las hay que en cambio, han sucumbido a un inmerecido dado de lado en las mentes del público generalizado. Sin embargo ninguno de los dos es el caso de "Siguiendo mi camino", un rancio musical que siguiendo el ejemplo del cine de Frank Capra, pretendió inundar de un buenrollismo necesario las salas de cine, en unos tiempos tan difíciles como los de la Segunda Guerra Mundial. Por ello es lógico que, en su momento, cosechase muy buena acogida, aunque siendo sinceros, vista hoy en día, se me hace bastante insoportable y por supuesto, inmerecedora del apabullante ejército de premios que se llevó. 

O'Malley con el severo padre Fitzgibbon (Barry Fitzgerald)

Los chicos del coro
Nos presentan la historia de un cura, el padre O'Malley (Bing Crosby), que llega a una parroquia y tendrá que enfrentar sus ideales amigables y como ya he dicho antes "buenrollistas" con las del padre Fitzgibbon (Barry Fitzgerald), el típico cura carca y más tradicional, que ve mal en todo y que resulta un coñazo absoluto. Pues el bueno de O'Malley decide hacer una labor reinsertiva con un grupito de chavales, con comportamientos un tanto delictivos, por medio del cante, creando un coro que hará, por supuesto, cambiar de parecer al otro cura (después de muchos berrinches). Así que lo depara la película, durante su desarrollo (algo más de dos pesadas horas), será un buen porrón de interminables actuaciones musicales, y en sí iremos siendo testigos de una historia que tiene muy poca chica (por no decir nada). No considero que sea mala, a ver, es un film de la década, de esos que en su momento pues molaban al público mayoritario, pero francamente creo que ese año compitió con películas mucho mejores por el Oscar, véase las grandes "Luz que agoniza" o "Perdición" (pelis que además han aguantado muchísimo mejor el paso del tiempo). Aunque si considero un Oscar injusto en esta película, es el que se llevó Bing Crosby como mejor actor. 

El curita canta que te canta

Interpretando "Going my way" (canción que le pone título a la peli)
A mí este señor me parecía, de verdad, una porquería como intérprete, podría cantar muy bien, pero como actor era inexpresivo y de talento inexistente (aunque como era una estrellita por ese momento, pues le otorgaron el galardón inmerecido -las cagadas de estos premios realmente han existido siempre, aunque estos últimos años destacan más-). Pero bueno, así fue la decisión del jurado de aquel año, habrá que tragarla. Eso sí, el tener un Oscar no va a quitar que el señor Crosby fuese un actor de mierda, así de claro y que el hecho de que auténticos actorazos se fuesen al otro mundo sin dicho reconocimiento, es vergonzoso. Sin más una película emotiva y bonita en su momento, pero que a día de hoy, dudo mucho (pero mucho), que alguien le pueda llegar a transmitir otro tipo de sensación que el más puro aburrimiento. Ni más ni menos. 

Y la peña sigue cantando

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