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Dyanne Thorne repite como la sádica Ilsa |
''Ilsa, la loba de las SS'' fue un éxito rotundo a mediados de los setenta, el cual generó un puñado de imitaciones explotativas, que querían aprovechar el filón en taquilla que resultaba la mezcla en un film de elementos tan grotescos como las torturas nazis y el erotismo más guarrindongo. No obstante, a parte del puñado de pelis
grindhouse sobre barbaries en campos de concentración nazis, la propia figura de la sádica guardiana Ilsa (interpretada por la tetona Dyanne Thorne) creó su filón propio y así, los productores de dicha peli, se las idearon para generar esta ''secuela'' entre comillas, y si digo entre comillas en porque en sí no es una secuela directa de la peli original protagonizada por el personaje de Ilsa, sobre todo teniendo en cuenta el final de dicho personaje en el propio film. Digamos que lo que se mantiene en este film es la figura de Ilsa, como cruel guardiana -en este caso cambiamos el campo de concentración nazi, por un harén en el desierto-, aunque en sí ambas películas argumentalmente se ignoren por completo, o sea que no tienen absolutamente nada que ver la una y la otra.
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En medio de una grotesca y dolorosa tortura |
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En el interior del harén |
Pues bien, como ya he dicho Ilsa ahora se encuentra bajo las órdenes de un rico árabe la mar de pervertido, ocupándose de la supervisión de las presas de éste en su harén particular aislado en medio del desierto. Las presas son trozos de carne para satisfacer al amo y la función de Ilsa será, simplemente prepararlas para tal fin. Las muchachas deben mostrarse sumisas en todo momento, pues si alguna se atreve a desobedecer las órdenes de la guardiana jefa, será sometida a todo tipo de atroces tormentos. Vamos que en resumidas cuentas, salvo los cambios evidentes, la historia no difiere mucho en tono del film original. Mencionar el hecho de que estamos ante una película técnicamente mejor elaborada, con una fotografía más cuidada y en líneas generales con un nivel de producción más currado que la peli original. Sin embargo el primero era mucho más bizarro, mucho más cruel y mucho más gore. En esta ''secuela'' encontraremos también escenas de torturas y sangrientas, pero no tan brutales como su antecesora, por lo tanto no llega a los niveles de sadismo que ésta, está ligeramente más suavizada desde el punto de vista violento y perturbador; es más aparte le añaden algún que otro detalle ciertamente cómico que rebaja esa agobiante sensación de desasosiego que nos inundaba al ver la sobrecogedora peli original.
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Así acaban las que se rebelan |
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Ilsa toma de su propia medicina |
Donde sí es más excesiva, es en el componente erótico, el festival de culos y tetas está servido, la película tiene muchas escenas sexuales, y la verdad bastante bien rodadas (con cierto gusto, no excesivamente puercas ni obscenas), con cierto sentido estético. En líneas generales es una secuela aceptable dentro de la línea del subgénero exploitation de los setenta, es amena y entretenida y lo suficientemente subidita de tono para resultar escandalosa, y más a día de hoy con lo remilgado que se ha vuelto el panorama cinematográfico actual. Menos sangre y más erotismo, lo cual no quita que asome por ahí algún que otro ramalazo gore bastante potente (la tortura de la mujer a la que le van aplastando las tetas con una presa, ¡duele!, y supongo que más si se es alguien del género femenino). Para mí no llega al nivel de la primera, pero es perfectamente visionable, aunque lógicamente no apta para todos los gustos.
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Y donde las dan las toman |
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