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Los dos protas, Bart (Cleavon Little) y Jim (Gene Wilder) |
En mismo año que Mel Brooks sorprendió
al público con una más que hábil comedia que parodiaba la historia
del mítico personaje ideado por Mary Shelley,
''El jovencito Frankenstein'', también sacó a la luz otro film que hacía uso un
humor socarrón y satírico similar, pero menos lúcido que su otro
trabajo, su magna obra maestra.
''Sillas de montar calientes'' es una
comedia absurda que juega y se burla de los clichés del
western
clásico (algo así al estilo de
''Los hermanos Marx en el oeste'',
pero más desmadrado y surrealista). La peli, hace un repaso a todos
los caracteres esenciales de las pelis de vaqueros, haciendo especial
hincapié en el tema del racismo y la xenofobia, algo muy marcado en
prácticamente todos los
westerns existentes (aquí ironizado de
forma muy marcada). Si bien es cierto, la peli aporta algún que otro
gag simpaticote, aunque en mi opinión el paso del tiempo la ha
perjudicado bastante, mientras que por ejemplo
''El jovencito
Frankenstein'' continúa más fresca.
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Al gobernador Lepetomane (el propio Mel Brooks) se le van lo ojos, ¡qué viejo verde! |
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Aquí la difunta Madeleine Kahn (nominada al Oscar
a la mejor actriz secundaria por este papel) |
El problema que le veo a
''Sillas de montar calientes'' es un humor muy tontorrón, muy
flojete, el abuso de un montón de chistes facilones, lo cual
demuestra que los seis (nada más y nada menos) guionistas que firman
el libreto (el propio Brooks entre ellos) no hicieron demasiadas
horas extras a la hora de componer una historia un poco más sólida
(lo cual siempre es requerido, por muy tono de surrealismo desmadrado
que se le quiera dar a la historia). El final, me atrevería a decir
que es la mejor (y más llamativa) parte del film, mutando la peli a
algo así como a una parodia del mundillo de los rodajes
cinematográficos, con los múltiples personajes saliéndose
(literalmente) del escenario del western -quedando delatado que se
trataba de un decorado artificial de estudio- y cambiándose a otros
escenarios (característicos de otros géneros), reinando la absoluta
anarquía. Hasta uno de los personajes acaba pidiendo un taxi (sí,
tal cual) y exclamando: ¡por favor, sáquenme de esta película!
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Peligrosas arenas movedizas |
En
fin, a pesar de estos dos o tres momentos ciertamente hilarantes, y
por consiguiente, más divertidos, no se puede denominar a ''Sillas
de montar calientes'' como una película especialmente destacable
dentro del género de la comedia satírica o parodio, en mi opinión.
Es más, como ya he señalado, el mejor trabajo de Brooks, ''El
jovencito Frankenstein'' está a años luz de ésta en todos los
sentidos (manejo del humor, realización, etc.), incluso otros
trabajos del director arrancan más fácilmente la risa que éste que
nos ocupa (véase por ejemplo, ''La loca historia del mundo'' o la
para mí entrañable, ''La loca historia de las galaxias'').
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Los vaqueros irrumpen en un musical |
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