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lunes, 28 de diciembre de 2015

Love Actually (2003) de Richard Curtis



Este soplagaitas (Bill Nighy) resulta
ser la estrella musical del momento
¿Qué decir de una subnormalidad como ''Love Actually''? Que es un auténtico mierdón. Es de esas pasteladas ridiculas que te pintan el amor como algo precioso y que en línea generales, mueve el mundo. Para más inri, todo viene cubierto con ese rancio, ñoño y empalagoso halo navideño, porque ''Love Actually'' no es ni más ni menos que una remezcla de historietitas entrelazadas con la Navidad como telón de fondo, que vienen a contar las relaciones de un buen porrón de personajes con esa navaja de doble filo que es el amor. Personalmente la detesto, hace gala de un casting magnífico repleto de un buen puñado de actores (todos británicos en su mayoría) muy buenos (véase Emma Thomspson, Liam Neeson, Alan Rickman, Colin Firth etc.) que se muestran totalmente desaprovechados (aparte quedan los insustanciales cameos de Claudia Schiffer, Denise Richards o Shannon Elizabeth). 

Liam Neeson con su hijito repelente

El Primer Ministro británico (Hugh Grant) se
liga a su secretaria (Martine McCutcheon)
El guión me parece una gilipollez extrema, véase sin ir más lejos la historia del gilipollas que quiere ir a Estados Unidos sólo para echar polvos con, según él, pavas buenorras que sólo existen en dicho país, y encima el tipo llega y ¡catapúm! se le ponen en bandeja, en un bareto, tres pivonazos de aúpa que se mueren por sus huesos (¡surrealista y descabellado!). No muestra más luces el lumbreras al que se le ocurrió la ridiculez de que un niñato insoportable se pase por el forro la seguridad de un aeropuerto para decirle a la nena que le mola que la quiere, y eso sin haber hablado con ella nunca antes. Por hablar de algo graciosete de la película, destacaría la breve aparición de Rowan Atkinson, conocido por todos como Mr. Bean, el cual sólo con verle las muecas de la cara, ya me produce risa (y  lo digo en el buen sentido, porque el tío es un as haciendo comedia). 

El flipado retardado este resulta ser un ligón

En fin, que tampoco veo necesario extenderme hablando de este soberano truño para amantes del dulce y el caramelo, evidentemente los que crean que el amor es de color rosita y que la Navidad es paz y amor, seguramente disfruten de la función, pero como la realidad es muy diferente a la subnormalidad que aquí nos presentan, personalmente tengo que condenar ''Love Actually'' como un morzullo muy difícil de digerir, ¡la ñoñería absurda convertida en celuloide!

La única aparición que me moló fue la del
divertido Rowan Atkinson (Mr. Bean para todos)

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