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La cachonda de Emmanuelle (Sylvia Kristel) R.I.P. (1952 - 2012) |
"Emmanuelle" fue sin lugar a dudas el gran
alma máter del cine erótico (honor compartido por ejemplo con la también polémica, en su momento,
"El último tango en París"). El film es una basura sin ton ni son; su guión apesta como la más inmunda mierda, su realización no tiene nada particularmente destacable y sus interpretaciones son poco menos que espantosas. Sin más se convirtió en una película enormemente popular allá por los setenta por el único atractivo de mostrar sin ningún pudor todo tipo de escenas muy subiditas de tono, lo cual, evidentemente, se convirtió en un gran reclamo para atraer a una amplísima oleada de público (especialmente masculino) hacia las taquillas. La película en sí no posee una historia que seguir, sin más veremos como una atractiva mujer, Emmanuelle (la bellísima holandesa, ya fallecida, Sylvia Kristel, que se transformó, por razones obvias, en todo un mito erótico del momento), viaja a Bangkok para reunirse con su marido, un hombre afincado allí por negocios. Emmanuelle, a pesar de su apariencia mojigata, tiene un amplio apetito sexual y este viaje supondrá para ella, un sin fin de oportunidades, para aplacarlo; teniendo relaciones allí donde pilla y con todo aquél (o aquélla, no hace distinciones) que pille. Ni más ni menos.
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Aquí Emmanuelle tirándose a uno |
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¡Menuda desvergonzada! |
Lógicamente si nos situamos en su contexto, es entendible el hecho de que
"Emmanuelle" fuese el monumental éxito que fue. Evidentemente fue una de esas lejanas pioneras en mostrar a destapo todo tipo de escenas picantonas, ¿qué más daba que el argumento fuese una mierda y todos los acontecimientos no tuviesen el más mínimo sentido, si lo que el público iba a ver era el festival de culos y tetas que prometía? Gracias a su popularidad, el film se convirtió en una especie de saga cinematográfica, cuyas secuelas ya no gozaron de tanto éxito, a la par de múltiples imitaciones y explotaciones varias. A día de hoy, es una película que se ha quedado inevitablemente anticuada, con todo lo que ha ido viendo con el pasar de los años, difícilmente unos ojos actuales podrían quedar escandalizados ante el contenido de la película. Sin más ni más queda en el recuerdo histórico como una película que tuvo su momento y aportó su importante contribución dentro del cine erótico, lo cual no quite que sea una mierda como una catedral de grande, aburridísima e infumable. Debido a su fama, probablemente nunca se vea despojada de cierto estatus de culto, aunque méritos no le faltan para ser víctima del más absoluto de los olvidos.
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Emmanuelle probando con su propio sexo |
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