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viernes, 4 de julio de 2014

Yojimbo, el mercenario (1961) de Akira Kurosawa



Yojimbo, el mercenario (Toshirô Mifune)
Seguramente lo que oiréis salir de la boca de todo crítico de cine, o de aquél que se considere un refinado experto en el Séptimo Arte (al menos del 99% de ellos), es que la obras de Akira Kurosawa son todas maravillosas, excepcionales, puras obras maestras, gloriosas y patatín y patatán. No voy a ser yo quien cuestione su fino criterio (si de verdad les parecen tal cosa, hacen muy bien en expresarlo), pero eso sí, tampoco me parece lógico que se cuestione a aquella (por lo que se ve) minoría que (digamos se atreve a decir) no casa con estas opiniones (generalizadas). En muchas ocasiones he dicho que hay mucha gente que no se atreve a decir que algo tan glorificado, no le gusta, por temor a ser tachado de ignorante o de inculto; algo así ocurre con el cine de Kurosawa, me choca que tan pocos se atrevan a valorarlo negativamente, puesto que está muy claro que no es un cine digamos, apto para un público mayoritario (tal vez ésa sea la explicación a este misterio, únicamente quienes sepan apreciarlo lo ven y por consiguiente, lo valoran). Dicho esto debo decir que "Yojimbo" una de la obras de este director japonés, mejor valorada y respetada de la carrera de éste, a mí no me produjo la más mínima sensación de agrado que, según los entendidos, estás obligado a sentir durante su visionado. 

Un perro porta una mano humana; la única escena que me moló de la peli

Yojimbo con la espada, es imparable
Nos situamos en el Japón feudal (en el siglo XIX), Yojimbo es un samurái que llega hasta una aldea, donde dos clanes rivales se disputan el liderazgo del mismo. Al comprobar la destreza de Yojimbo con la espada, ambos clanes intentarán disputárselo para que combatan con ellos y el tipo, que no tiene ningún ápice de valor moral (aparentemente), les bailará el agua a ambos sin decantarse por ninguno, y así durante prácticamente todo el metraje, hasta un determinado momento en el que el supuesto mercenario sin escrúpulos, dará muestras de que es un tipo con sentimientos y buenrollismo en sus venas. Lo que presenta la historia de "Yojimbo" es la plasmación al marco del japón feudal, el típico esquema reproducido infinitas veces por el western clásico (sustituyendo a los bandoleros por samuráis), de hecho este film se convirtió en claro objeto de plagio por parte de Sergio Leone, pues con todo descaro copió el argumento casi al dedillo para elaborar cuatro años después su aclamadísima "Por un puñado de dólares", protagonizada por Clint Eastwood. 

Rostros que son un auténtico poema

Miembros de uno de los clanes que se disputan a Yojimbo
No voy a ser condescendiente con "Yojimbo", y seguramente si algún expertísimo en cine lee esto se llevará las manos a la cabeza y me considerará un puñetero inculto, pues imploro el mea culpa; hablaré desde mis sensaciones y no contaminado por las alabanzas que hacia ella se vuelcan de manera generalizada. "Yojimbo" es un coñazo, una película muy aburrida, que cuenta con unos actores nefastos, una banda sonora chirriante que hará que cuando lleves escuchándola más de media hora, tus tímpanos te empiecen a doler y escenas, de verdad, involuntariamente cómicas. Ver las escenas de las peleas entre los clanes rivales, no tiene precio, me imagino lo mucho que se podría descojonar alguien se viese esos momentos, con una fumada del quince encima, ¡se partiría la caja! He visto films de Bruce Lee y Jackie Chan que, sin tomarse tan en serio, resultaban más serios. En esos instantes veremos durante 15 minutos como los supuestos durísimos guerreros, que parecen un ejército de retrasados mentales, avanzan y retroceden en tropel, sin atreverse a dar el primer katanazo. En serio, resulta excesivamente cómico (y no creo que ésa fuera la intención de la película). Por otro lado, debo quejarme de esa excesivamente contrastada fotografía en blanco y negro. 

Yojimbo se descojona tanto como nosotros viendo las ridículas peleas

Aquí viene el clan de los malos malosos
Vale que Kurosawa era un maestro del cine, pero ¿por qué leches nadie le reprocha ese contraste tan abusivo en el uso del blanco y negro en muchas de sus películas? El problema se presenta en la escenas nocturnas, en las que se hace muy difícil distinguir qué puñetas aparece en la pantalla, dando la sensación de manchurrones no definidos constantemente. Pero bueno, como estos aspectos no los vais a ver recogidos en ninguna otra crítica que se le dedique a esta flamante "obra maestra", aquí estoy yo para hacer eco de ellos, porque son cien por cien reales. ¿Merece "Yojimbo" tal catalogación de pieza monumental dentro del Séptimo Arte? En mi opinión, rotundamente no. No neguemos que pueda ser un film muy representativo dentro de lo que representa el cine oriental, o de temática samurái, o de la filmografía de un director tan aclamado como Kurosawa, pero ¿qué queréis que os diga? Jamás podré decir que disfruté su visionado así que por lo tanto, ante mis ojos no existe tal obra maestra y mi criterio, creo que es tan válido como el de cualquier otro, a fin de cuentas, no hay mejor crítico que uno mismo. 

Yojimbo, solo ante el peligro

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