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¡Qué chulos son estos quinquis! |
Aquí tenemos un auténtico esperpento
de película, una ''joyita'' de la caspa más cutre patria. Una
especie de mezcla entre el llamado cine quinqui que se realizaba en
España a principios de los ochenta (véase pelis al estilo
''Colegas'' o ''Navajeros'') con terror sobrenatural; el resultado no
puede ser más lamentable. La peli trata sobre unos indeseables
gamberros, un grupito de violentos pandilleros que van por ahí
atracando a todo el que se les pone por delante, que se meten en la
casa de una familia acaudalada y hacen una auténtica escabechina en
su interior. Tras cargarse a la vieja propietaria de la casa -podrida
de millones la jodía- y al pequeño nieto de ésta (al que fríen
entre llamas, ¡vaya cabrones!), los quinquis acaban llegando hasta
una iglesia abandonada, donde recibirán su justo castigo por parte
de las fuerzas del más allá.
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El pobre niño a punto de freirse |
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¡Estos zombies son tremendos! |
Al final todo se resumirá a un
espectáculo de tetas (el erotismo gratuito estaba a la orden del día
en España teniendo en cuenta los años de la transgresión),
violencia gratuita, sangre, lenguaje soez, espíritus toca-pelotas y
un puñado de efectos sonrojantes y bochornosos. Firma la peli un tal
Tomás Aznar (que no, que no tiene absolutamente nada que ver con el
que fuera presidente del gobierno del PP en España) y en su guión
colaboró el mismísimo Juan Piquer Simón (el cual también ejerció
como productor), realizador de esos clasicazos bizarros de terror
hispano llamadas
''Mil gritos tiene la noche'' y
''Slugs, muerte viscosa''. La película es, en resumidas cuentas, una atroz mierda,
es mala en todas sus facetas, pero bueno para todo aquél fan del
cine casposo retro puede suponer una atractiva pieza a descubrir.
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Gore de baratillo |
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