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domingo, 19 de octubre de 2014

El síndrome Plutonio (1987) de Ray Hirschman



Aquí unos mataos, fingiendo ser algo parecido a actores
¡Mamma mía, qué soberano mojonazo! Un bodrio tremendamente malo. Es curioso porque viendo la portada da la sensación de ser un film interesante, una rareza ochentera de esas tan extrañables para los amantes del cine de terror de esa época (entre los que, sobra decirlo, me encuentro) que adornaban las interminables estanterías de los videoclubes. Viendo semejante portada, seguro que más de uno (y yo habría estado entre ellos, no me cabe duda) habrá alquilado unas cuantas veces esta mierdecilla, esperando encontrarse un film fantástico al menos, algo decente. Pero para nada. La película es pésima, no sólo porque esté rodada con cuatro duros (casi literalmente), sino porque el argumento es ridículo, los actores nefastos y la calidad visual es más pobre que cualquier vídeo de comunión grabado de forma muy amateur y alpargatera. 

Aquí un mojón de monstruito

Vamos, que en conjunto es pura basura. Es mucho peor que muchas otras producciones casposas de la Troma (me parece que esta propia compañía apadrinó su distribución para más inri) por ejemplo, porque al menos con otros productos de esta productora de films tan cutres te echabas unas risas y lograban entretener, pero esta bazofia  no logra ni eso. Llamarla nefasta y vómito cinematográfico es hacerle un auténtico cumplido.

¿Un zombie?, ¿la prima siniestra de la Duquesa de Alba?, ¿a quién le importa?

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