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El Dr. Frankenstein (Peter Cushing) vuelve a la carga |
Una rara secuela de la saga de
"Frankenstein" confeccionada por la productora británica Hammer (ésta sería la tercera, siguiendo a
"La venganza de Frankenstein"), la cual aunque sigue en sí la línea argumental zanjada en la anterior película, se saca de la manga unas cuantas incongluencias que joroban un poco lo que vendría siendo la continuidad establecida. Si bien encontramos una cinta (muy en la línea de la productora) muy correcta desde el punto de vista escenográfico, con una muy correcta ambientación del siglo XIX, una bonita fotografía colorista y una dirección solvente (del muy
hammeriano Freddie Francis, quizás el nombre de mayor peso en la compañía tras Terence Fisher), no se puede decir lo mismo del guión, que es bastante confuso y disperso si tenemos en cuenta la historia clásica de la fuente de la que proceden los personajes principales.
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El atemorizante castillo de Frankenstein |
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Resucitando otra vez al monstruo |
Tenemos aquí de nuevo al Dr. Frankenstein (nuevamente interpretado magistralmente por Peter Cushing), que continúa vivito y coleando y con ganas de seguir jugando con la fina línea que separa la vida de la muerte. Acompañado de su ayudante, Hans (Sandor Elès, descoloca un poco que el actor no sea el mismo que lo interpretaba en la secuela anterior), vuelve a su pueblo natal, donde se encuentra su mansión familiar (curioso este regreso si tenemos en cuenta que supuestamente, en el pueblo todo el mundo lo daba por muerto, ver el final de
"La maldición de Frankenstein" para recordarlo). La cuestión es que se encuentra de golpe y porrazo a su antiguo monstruo (en la primera brillantemente encarnado por Christopher Lee), congelado en las montañas (como en la peli de la Universal,
"Frankenstein y el hombre lobo") y claro, lo resucita.
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Zoltan (Peter Woodthorpe) hipnotizando al monstruo |
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Un monstruo un tanto ridículo (Kiwi Kingston) |
Decir que el aspecto de este "nuevo" monstruo me parece verdaderamente lamentable y cutre, se echa profundamente de menos a Boris Karloff, incluso al original hammeriano de Lee. Lo que más descoloca es el desvarajuste argumental que sigue a continuación, resulta que hace su aparición un hipnotizador, Zoltan (Peter Woodthorpe), que controlará al monstruo con sus poderes y lo obligará a cometer todo tipo de actos delictivos, para su propio beneficio. El resultado de todo este rollo es un tanto desconcertante. A ver, la película cumple a nivel de entretenimiento y todo admirador de la Hammer la disfrutará en su justa medida, pero no deja de verse demasiado extraña teniendo en cuenta que sigue la estela de un clásico como "Frankenstein" lo cual es chocante por lo mucho que se aleja de la historia conocida y además muy inferior si la comparamos con los dos films anteriores hechos por la productora. Se puede ver, pero es flojita y no demasiado memorable, pero bueno es una rareza que ningún fan del terror de la época se perdería, seguro.
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El monstruo matando por encargo |
*MI MOMENTO FAVORITO: en un film de "Frankenstein" no puede faltar la inevitable peleita entre el doctor y su monstruo.
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Frankenstein vs. monstruo |
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