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¡Bienvenidos al show de fin de año! |
Arrancamos un año nuevo con otra de esas rarezas retro, una especie de primitivo
slasher que, como un amplio porcentaje de los films que componen este subgénero, se desarrolla en una fecha señalada. Ésta es, ni más ni menos, que la víspera del Año Nuevo. La película es más bien flojita y en sí no funciona del todo si se la considera un
slasher al cien por cien, ya que aunque cuenta con la presencia de un violento psicópata, no casa demasiado bien con las características que lo definieron. No obstante, si nos lo tomamos como un
thriller, pues puede llegar a resultar más certero e incluso un pelín más interesante. Y es que la película parte de una premisa bastante original. Arranca el film con la llegada de un variopinto grupito de personajes, todos comparten una estética muy ochentera y muy punk, a un local que resulta ser un grandilocuente plató de televisión. En este lugar está a punto de emitirse un programa musical en directo, presentado por la prota del film, Diane (Roz Kelly) y su pelo hiper cardado.
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La presentadora Diane Sullivan (Roz Kelly) |
Resulta que a lo largo de la noche, varios grupos de rock irán deleitando a la audiencia estadounidense, a la espera de que llegue el nuevo año. Pero como Estados Unidos es muy grande, abarca varios husos horarios, lo que significa que van a celebrar tres entradas en el año distintas. Pues bueno, el asesino del film se ha propuesto cargarse a una víctima cada vez que las doce campanada delate cada una de estas entradas. A su vez, el psicópata llamará al programa y le comunicará a la presentadora sus atroces actos, informándole a sus vez, que ella (por un motivo desconocido) se convertirá en otra de sus víctimas.
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El asesino del Año Nuevo |
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Primeras campanadas; el asesino entra en acción |
Bueno, como película baratilla de serie B, no tiene mucho que destacar. Hay que decir que aunque no goce de una espléndida fotografía, me parece todo un acierto ese exagerado toque estético tan marcada de los ochenta, con los diferentes looks típicos rockeros y punks de la época y una iluminación en la que destacan coloristas que le dan un contraste muy underground y atractivo a la película (sobre todo visto desde los ojos de un nostálgico ochentero). Cuenta además con varias actuaciones musicales, las de los diversos grupos que actúan en el espectáculo que presenta la protagonista, que le dan cierta alegría al film. En líneas generales, no me ha parecido ni excesivamente malo (de hecho, hay películas de características similares que son muchísimo peores), aunque tampoco es precisamente bueno. Como slasher, ya lo digo, es muy flojete; aunque como ya he señalado, en sí tampoco es un slasher en profundidad, sino más bien un thriller de suspense. Algunos de los detalles que marcan esta diferencia es que, por ejemplo, desde el principio conocemos el rostro del psicópata.
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Segundas campanadas; el asesino vuelve a actuar |
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El asesino llama al programa para informar de sus actos |
El tipo se va disfrazando cada vez que va a cepillarse a una víctima e incluso llega a dialogar con ellas, por lo tanto se aleja mucho de la imagen de un
psycho killer propio de un
slasher. Así mismo, el tipo actúa motivado por un objetivo, cuya intriga se mantendrá hasta el final. Como pegas, pues que a veces resulta un poco monótono, debido a que poco sorprende, hasta prácticamente sus último minutos finales, en los que averiguamos en sí por qué el tipo ha actuado como ha actuado. Los asesinatos no son nada originales ni llamativos, y mucho menos sangrientos. Tampoco está presente esa cierta carga erótica típica del subgénero, muy marcada por los estandartes de este tipo de films de la época. La peculiaridad que lo ha hecho, con el paso del tiempo, acoplarse digamos, a la extensísima lista de films
slashers que se hicieron durante la década, fue el hecho de que su título hiciese alusión a una fecha concreta, una de las características más explotadas por el cine
slasher (véase "
Halloween", "
Viernes 13", "
Navidades negras",
"San Valentín sangriento", etc). A mí me parece una mera curiosidad de la década, únicamente visionable por los muy nostálgicos de la misma, ni es un bodrio abominable ni una película precisamente recomendable y mucho menos un clásico del género.
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El hijo de la prota, Derek (Grant Kramer), se está volviendo loco |
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MI MOMENTO FAVORITO: cuando se descubre el nexo de unión entre el asesino (Kip Niven) y la presentadora protagonista (Roz Kelly).
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El asesino tiene una cuenta pendiente con Diane |
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