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Los protas de vacaciones en alta mar |
Un auténtico mierdón de película cutre erótica, como muchos otros bodrios procedentes de la época del destape, procedente de Italia (sí, que el destape no sólo fue característico de los años de transición españoles). Resulta curiosa por dos motivos exclusivamente, el ver en los títulos de crédito el nombre de Lamberto Bava entre los guionistas del film (sí, increiblemente hizo falta cuatro personas para dar forma a esta porquería de libreto), demostrando el hijo del gran Mario Bava, que no sólo era un director bastante pachanguero, también era un insulto para lo que se puede llamar guionista en el más amplio sentido de la palabra. Aunque más peso tiene el nombre de Ruggero Deodato en el apartado de dirección. El señor Deodato pasó a la historia por ser un carnicero maltratador de animales gracias a la emblemática
"Holocausto caníbal". Curiosamente esta basura, pudo haber servido de inspiración a un posterior
thriller, en mi opinión estupendo, de finales de los ochenta protagonizado por una jovencísima Nicole Kidman,
"Calma total".
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¡Cuánto putiferio hay por ahí! |
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Cuando digo que hay putiferio, ¡es que hay putiferio! |
Ambos films me parecen un tanto similares en cuanto a temática, debido a que nos encierran a un pequeño grupo de personajes en una travesía a bordo de un barco en alta mar. Eso sí, "Calma total" es un excelente film de suspense, muy tenso y con una historia que atrapa fácilmente. El visionado de "Oleada de placer", en cambio, da de todo menos placer. Ver este infame mojón es el equivalente a ser testigos de una absurdez mundana, con cuatro personajes la mar de gilipollas a bordo de una embarcación en medio del océando; dos parejas, dos hombres y sus respectivas mujeres (para aclararlo todo). Una de las parejas son un ricachón snob y sadomasoquista (el habitual en producciones italianas John Steiner) y la zorrita de su mujer (Elizabeth Turner) y la otra, una pareja de vagabundos (Al Cliver y otra guarrilla, Silvia Dionisio) que se pasarán todo el film haciendo el mongol. Por supuesto, las tías se pasean desnudas prácticamente cada uno de los infumables noventa minutos que dura este engendro, incluso se liarán entre ellas. En cuando a los tíos, los muy machitos, no se liarán entre ellos ¡claro! (se ve que en aquella época al público le ponía mucho más el rollo bollo), pero andarán magreándose con las tías (da igual cuál de ellas) como si se las disputasen cual vulgares putillas.
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La guarrilla de Barbara (Silvia Dionisio) y el sádico de Giorgio (John Steiner) |
En fin, la película es tan banal y tan estúpida, tan falta de sentido y de lógica que no se merece un análisis en profundidad. Hay por ahí entre medias unas muestras de violencia gratuita, también carentes de lógica, plasmadas sin venir a cuento debido a la hipótesis de sus descerebrados protagonistas de explotar los lados más oscuros y perversos de sus mentes, exentas de neuronas. En resumidas cuentas, es un film erótico, de historia inexistente, vacío completamente de argumento y tan denso y aburrido, que afortunadamente ni el renombre de su director ha conseguido librarla del más absoluto de los olvidos, por supuesto, completamente merecido. ¡De verdad, pero qué bodrio de película!
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A ver si nos lavamos la cara de vez en cuando |
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