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viernes, 1 de enero de 2016

Noche de fin de año (2011) de Garry Marshall



El repelente de Zac Efron hará realidad las
ilusiones de una mojigata Michelle Pfeiffer
Bueno, como no he empezado de forma demasiado positiva este 2016 voy a comentar este bodriazo pasteloso que además, va acorde que la reciente festividad. ''Noche de fin de año'' dirigida por Garry Marshall (responsable de la pastelada madre por naturaleza, ''Pretty Woman'') viene a ser un mojón estilo ''Love Actually'', como otro similar que el mismo realizador confeccionase un año antes, ''Historias de San Valentín''. O sea, lo que viene a ser un deslumbrante reparto de buenos actores, mal aprovechados en roles ridículos, interpretando lamentables personajes interrelacionados entre historias que suceden durante la propia noche de los cojones que apunta el título y que, al final, todos irradian buen rollo y amor por los cuatro costados, como si la vida fuese de color rosita. Que sí, que la nochevieja es la noche en que todos nos deseamos (con la boca pequeña muchas veces) buenos propósitos, nos hacemos promesas y hablamos de paz y prosperidad para lo que ha de venir el próximo año. Pero no nos engañemos, es la noche que más disturbios hay, más degeneración, la gente se despendola, se emborracha, se vuelve más depravada, hay más problemas y en resumidas cuentas se torna todo una noche infernal (a veces hasta la última para muchos). 

Halle Berry cuida de un moribundo Robert De Niro

Jessica Biel quiere ser la primera mamá del año
Por ello, me repatea ver tanta asqueante pomposidad, vale que está claro que la peli está hecha para un determinado público (aquéllos/as romanticones que piensan que el amor es rosita y que te hace vivir en el mundo de la piruleta), pero ¡por favor!, tanta ñoñería resulta desgradable. Películas como ésta es como si te metes un atracón de tarta de chocolate, en principio parece dulce y agradable, pero al final el empacho te provoca una diarrea mortal, y eso en resumidas cuentas es el equivalente a lo que es ''Noche de fin de año'', un montón de mierda. Realmente nada puedo destacar desde mi punto de vista de este morzullo, dos horas de atraganto constante, de zafia mugrosa, de alarmante sobredosis de buen rollo pedante. Hubo un único momento que, de verdad me dio algo de congoja y fue el momento en el que el personaje de Hilary Swank hace un discurso muy  bonito, cuyas palabras pues la verdad son muy emotivas, dice así:

''...antes de celebrar el Año Nuevo debemos pararnos y pensar en el año que ha terminado. Recordar todos nuestros errores y nuestros triunfos. Las promesas que no hemos cumplido. Las veces que nos hemos abierto a nuevas aventuras y las que nos hemos cerrado la puerta por miedo a salir dañados. Porque en eso consiste el Año Nuevo. Es otra oportunidad, una oportunidad de perdonar. De ser mejores, de dar más, de amar más. Y de dejar de preocuparnos por el ''¿y si'', y abrirle los brazos a lo que venga. Cuando llegue la medianoche recordemos ser buenos los unos con los otros, ser amables con el prójimo. Y no sólo hoy, sino todo el año''.

Hilary Swank hace de hábil presentadora

Que sí, que sí, que es muy bonito y está lleno de muy buenas intenciones, pero vamos que no deja de ser todo berborrea gratuita que aplicada a la realidad en raras ocasiones se acaba aplicando. Ni el amor es todo mágico y precioso como te quieren vender estos tostones inaguantables, ni en Fin de Año ni en Navidad sólo tiene cabida la amabilidad y la bondad, la triste realidad es que al final siempre acaba haciendo su aparición una deprimente y nauseabunda sensación de deprimente desazón. Por eso vomito en castañas pilongas de esta categoría, aunque supongo que funcionan de cara a la taquilla puesto que se siguen haciendo como churros. Quizás muchos desean a veces meterse un chute de tontería barata.

Bon Jovi ligando con Katherine Heigl

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