Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte II (2011) de David Yates

 

Aquí ya no hay lugar para medias tintas,
la batalla final está a punto de estallar

Bueno, la verdad es que la película me dejó un poco frío. Me gustó mucho, sí, porque es muy entretenida, está muy pero que muy bien hecha y en definitiva no le falta nada característico de la saga en sí. Pero sí que es verdad que yo cuando la vi, me quedé esperando algo más. La película en general está muy bien, arrancando lógicamente justo al final de la primera mitad de este episodio, que me pareció una de las mejores películas de "Harry Potter", la más siniestra, la más adulta, se notaba que había más mala leche que no habían tenido remilgos incluso a la hora de incluir escenas más escabrosas y alguna que otra incluso algo fuertecilla para los más pequeños. No obstante a mí me da la sensación de que no han sido tan valientes en este segundo fragmento. La película funciona a la perfección hasta el tercio final, en el que se produce pues la batalla con la que concluye la historia. 

El esperadísimo beso entre Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson)

El grupito de malotes con Voldemort (Ralph Fiennes) a la cabeza

Vale que ya sabíamos o nos intuíamos cómo iba a acabar todo, pero no sé a mí se me hizo muy descafeinado y muy atropellado el final, así que sinceramente me quedé algo frío y más siendo la película que iba a cerrar de manera definitiva esta saga tan espectacular. Por supuesto es imprescindible y pasarse un buen rato con ella lleno de entretenimiento se pasa con creces, pero no sé en mi opinión algo falla en el tramo final, de haber sido mejor estos últimos momentos muy decisivos habría dicho que es sobresaliente, porque la película me estaba cautivando, pero al decepcionarme en cierta manera el broche final creo justo señalarle alguna estas penalizaciones. No obstante, me ha gustado bastante sobre todo por suponer el fin de una saga con la que he ido creciendo, literalmente, al ritmo que sus propios protagonistas, por lo tanto siempre será especial para mí. 

Aquí sólo puede quedar uno