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miércoles, 19 de agosto de 2015

Los albóndigas 3: trabajo de verano (1987) de George Mendeluk



Rudy (un joven Patrick Dempsey), el pringadete del prota
Repasando ''Los incorregibles albóndigas'' había sido un film referencial en lo referido a la comedia adolescente, más concretamente como deudora de una especie de variante del género denominada ''summer camps'', o sea pelis para chavalucos ambientadas en campamentos de verano, los cuales también fueron muy habituales durante los ochenta. Pues bien, a ésta le siguió una secuela, ''Los albóndigas atacan de nuevo'', a la par de otra bastarda denominada en español como ''Los albóndigas en remojo'', y aquí llegó la tercera parte oficial, por así decirlo (aunque en sí, las historias de ambas nada de relación guardan, salvo su título y el lugar de desarrollo de la historia, o sea un campamento). La peli no deja de ser un mojoncete de tres al cuarto, destinada a convertirse en carne de videoclub (de hecho, creo que no ha conocido más estreno más allá del VHS), pero que siendo francos, cumple con su objetivo a la hora de entretener y divertir en mayor o menor medida. 

La actriz porno Roxy Dujour (Sally Kellerman) elegida ángel de la guarda

Pasando directamente al terreno sexual
A la historia se le añade un toque sobrenatural (un poco al estilo de ''Chico celestial''), con una estrella del porno (Sally Kellerman) que tras su muerte, se convierte en el ángel de la guarda de un pingadete de mucho cuidado (el posteriormente considerado un Don Juan gracias a ''Anatomía de Grey'', Patrick Dempsey, que en los ochenta distaba mucho de ser un chavaluco ni medianamente atractivo). Resulta que esta atractiva fantasma, debe conseguir que el chico triunfe en lo referido a sus relaciones sexuales, y si puede encontrar el amor, mucho mejor, lo cual no resultará una tarea fácil. Para colmo, un grupo de pandilleros gamberros pulula por la zona, encargándose de que los campistas tengan de todo menos un verano tranquilo. Lo que irá procediendo es de esperar, todo aquél que sea un tanto conocedor del esquema de las ''summer camps'' (con sus chistes y humor típico), sabrá a lo que exponerse y por lo tanto, no quedará defraudado en exceso. En fin, que la peli no es más que otra entre tantas de estas pachangas cutres que se hacían para jóvenes en los ochenta.

Éstos lo pasan pipa en la cama, aunque en otras cuestiones

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