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jueves, 24 de abril de 2014

Al servicio secreto de su majestad (1969) de Peter Hunt



George Lazenby, el sustituto de Sean Connery como 007
Cuando Sean Connery dijo bien clarito que tras "Sólo se vive dos veces", no haría más de Bond, en ese momento estaba bien convencido de que iba en serio, y así se mantuvo en sus trece cuando los productores le ofrecieron volver a ser 007 para esta nueva aventura del agente secreto británico. Connery estaba hasta las pelotas del personaje, había sido su pasaje a la fama pero también su maldición, porque había supuesto el fin de su anonimato, así que les dio un corte de manga (aunque bien sabemos todos que volvería a meterse en la piel del mismo nuevamente, ¡el cheque tuvo que ser alucinante!). Pues bueno, tras la ferviente negativa de Connery quedaba la difícil labor de encontrar un sustituto que estuviese a su altura y el elegido fue el australiano George Lazenby, el cual les pareció que daba bien el perfil por su imagen sofisticada y complexión atlética; a pesar de su nulo talento interpretativo (y es que de verdad, Lazenby es lamentablemente estático a la hora de actuar). Curiosamente otra de las opciones que se barajaron fue Roger Moore, quien se convertiría en el sustituto oficial de Connery en 1973, aunque en ese momento no pudo abordar el personaje porque se encontraba rodando la popular serie "El Santo" (la cual le dio la fama). 

Bernard Lee siguió siendo "M", el jefazo de Bond

Bond salva a la chica de ahogarse y
se encuentra con dificultades
Pues bueno, con Lazenby a la cabeza del reparto se inició el rodaje de "Al servicio secreto de su majestad", el cual supuso un soberano infierno, y es que desde el principio estuvo rodeado de problemas. Éstos vinieron principalmente de la personalidad de su nuevo protagonista, George Lazenby que se creyó el rey Midas y se permitió el lujo de comportarse como un niñato malcriado durante todo el rodaje, era desobediente, maleducado y para colmo exigía mucho más de lo que su condición de actor novel (porque no era nadie popular, y con posterioridad tampoco es que despegase mucho) le daba pie. Así fue que el tipo se ganó prácticamente la enemistad de casi todos los miembros del equipo, no sólo del director (que acabó hasta los huevos de él), sino también de algunos compañeros actores, por ejemplo de Diana Rigg, la que hace de chica Bond en esta entrega, que por lo visto llegó a declarar que sentía profunda aberración cuando tenía que besarle. Bueno, así Lazenby fue cavándose su propia tumba artística, porque debido a ser un engreído y a considerarse así mismo una estrellita que no era, ni fue, su carrera se quedó estancada prácticamente cuando todavía estaba a punto de despegar. Le sumas el hecho de que era muy poco expresivo e infinitamente menos carismático que Connery, para que el público tuviese una reacción muy fría con respecto a él. Y es que "Al servicio secreto de su majestad" se convirtió automáticamente la película maldita de la saga Bond, además de la única en la que el personaje de Ian Fleming fue encarnado con Lazenby. La verdad, hablando sinceramente, desde mi punto de vista también resulta de las más flojas e insoportables de todas las pelis de 007. 

De nuevo el villano vuelve a ser Blofeld (en esta ocasión Telly Savalas)

El albergue en los alpes suizos donde
Blofeld lleva a cabo sus malvados planes
Sí, el hecho de que Lazenby sea con diferencia el peor Bond de todo influye lo suyo, y seguro que mi discordancia ante su interpretación fue la que muchos espectadores del momento tuvieron al toparse con él en la pantalla. Pero es que aparte, también es un film bastante extraño. Se ve que quisieron modificar un poco la estructura de los films anteriores y en mi opinión, la cagaron un poquito. Y es que choca el hecho de ver a un Bond enamorado de verdad, por primera vez, e incluso comprometido. En esta ocasión el agente secreto quedará prendado por la joven Tracy Di Vincenzo (Diana Rigg), hija de un importante mafioso, llegando a contraer matrimonio con ella. Quizás este aspecto no habría resultado tan extramadamente fuera de tono, sino fuera porque al final la pobre chica acaba muerta, asesinada por el eterno enemigo de Bond, Blofeld (en esta ocasión un muy correcto Telly Savalas), líder de la organización criminal Spectra, lo que supone sin lugar a dudas uno de los finales más espantosos, fríos y aberrantes de todas las películas de la saga. 

Bond de incógnito frente a su principal enemigo

Bond y Tracy (Diana Rigg) muy acarameladitos
Además, también me llama la atención el alarmante descenso de acción que se presencia en el film. Olvidaos de abundantes escenas de persecuciones y explosiones (salvo en el tramo final, que la verdad, las escenas en la nieve están muy bien ejecutadas), en este film se tira mucho más por la verborrea y el diálogo (sí, es todo mucho más aburrido), y para colmo también es uno de los que mayor duración tienen (roza casi las dos horas y media). Este hecho pues, lógicamente, perjudica muy severamente la atención del público; yo ya lo digo, tendré siempre en mi mente haberla visto de pequeño y haber mirado incluso el reloj para ver cuánto quedaba, cosa que no me había pasado con ningún otro film de Bond que había visto. Parece que pretendían darle otro enfoque distinto a la saga, quizás menos comercial y más sólido. Craso error, porque la película se vio también mellada en taquilla, y su recaudación sufrió un tremendo bajón (de hecho a día de hoy se mantiene como una de las menos prolíficas en esta cuestión). Detalle que hizo que a los productores se les encendiese la luz de alarma y que decidiesen retomar los cánones clásicos de la saga en su posterior película, aparte de pegarle la patada a Lazenby y rogarle a Connery para que volviera a ser Bond (y ya tuvieron que desembolsarse dinero para lograrlo, pero lo lograron, algo que se agradece). 

De persecución por la nieve

Bond y Tracy se acaban casando
Aunque bueno, debo decir a su favor que el film no está mal filmado y que posee potentes (aunque pocas) escenas de acción, como ya he nombrado, el tercio final, con persecuciones en la nieve (en esquíes y trineo), mola bastante y está al nivel general del resto de la serie. Además es justo reconocerle a Lazenby su destreza en este tipo de escenas, y es que el actor tenía más facultades atléticas que interpretativas (también lo he comentado antes), por lo que no queda para nada cantoso en esta situación y se defiende con soltura. Así mismo, el malo es de lo mejorcito, Telly Savallas está al nivel de Donald Pleasence (al que sustituye haciendo de Blofeld) y está a la altura como villano de categoría dentro de las pelis de 007. Aunque bueno, todos sus aspectos positivos quedan bastante anulados por la presencia de una escena final desalentadora y verdaderamente desconcertante, que me parece con diferencia de las peores cagadas que sus guionistas pudieron incorporar en esta saga tan famosa. 

Tracy acaba siendo asesinada, ¡menuda mierda de final y menudo bajón!

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