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miércoles, 9 de abril de 2014

Forja de hombres (1938) de Norman Taurog



El padre Flanagan (Spencer Tracy, ganador del Oscar al mejor actor)
Hace pocos días falleció Mickey Rooney a los 93 años. Este actor, con más un centenar de películas a lo largo de su extensísima carrera, fue un muy popular niño prodigio del Hollywood de los años treinta (igual que otros semejantes como Shirley Temple o Judy Garland). Pues bueno, en recuerdo a él he decidido comentar esta tierna película, en la que un jovencísimo Mickey Rooney, compartió protagonismo con un actorazo como fue Spencer Tracy. El film, basado en una historia real, nos cuenta el enternecedor relato de un bondadoso cura, el padre Flanagan (Spencer Tracy), que decide crear una escuela exclusiva para niños abandonados. Muchos de estos pequeños, se crían en las calles, pasan hambre y como consecuencia la gran mayoría terminan cometiendo actos delictivos. El padre Flanagan se propone darles un destino mejor que el prácticamente predestinado a acabar siendo los huéspedes de una mugrienta celda y así, les transmite su fe y su deseo de que se porten bien los unos con los otros. La última incorporación es un joven particularmente difícil, Whitey Marsh (Mickey Rooney), cuyo carácter rebelde le costará algún que otro encontronazo con el padre. No obstante el clérigo no tirará la toalla con él porque sabe que en el fondo, tiene buen corazón y tratará por todos los medios, que también así lo descubra el resto. 

El rebelde de Whitey Marsh (Mickey Rooney)
R.I.P. (1920 - 2014)

Los dos protagonistas discuten sus diferencias
"Forja de hombres" es una película muy bonita, algo ñoña, quizás un tanto cursi, pero transmisora de muy buenas intenciones y un mensaje cándido que satisfacía al público mayoritario de la época. El film es de ésos que la verdad, sientan muy bien ver de vez en cuando, porque si bien es cierto que la vida es muy puta, que día tras día pasan cosas horribles y grandes desgracias que muy oportunamente, los telediarios se encargan de transmitirnos; también hay bondad en la Tierra, hay gente que se dedica a hacer buenas acciones y esto también está bien que, de vez en cuando, alguien nos lo recuerde, que parece que siempre pesa más lo malo y lo nefasto de nuestro mundo. Prueba de ello es que este film se basa en una historia real, y el hecho de verlo te llena de positivismo, porque ello demuestra que no todos los acontecimientos verídicos sucedidos en nuestro planeta, tienen un negro y desmoralizante final. "Forja de hombres" está repleta de lecturas positivas y de verdad, consigue que a nosotros como espectadores, nos inunde durante un rato una inyección de buenrollismo, que francamente, en más de una ocasión necesitamos. 

El padre Flanagan con algunos de sus muchachos

El padre con el entrañable Boliche (Bobs Watson)
Tiene sus toques de humor, sus toques dramáticos y sobre todo, abundante ternura. El hecho de que la mayoría de su reparto sean chavales jóvenes, la hace indicada para ser disfrutada por gente de esta edad, a la que por supuesto, no les horrorice afrontar el visionado de un film en blanco y negro; que el cine clásico de verdad, merece la pena degustarlo y en resumidas cuentas, públicos más nóveles, es cuestión de acostumbrarse y no verlo como una antigualla sin valía. Destacar una gran solvencia en el elenco actoral, el señor Tracy se llevó a casa su segundo Oscar al mejor actor (el primero lo había ganado un año antes por "Capitanes intrépidos"), consiguiendo además una de sus más memorables interpretaciones. Poco más que añadir, es un film muy bonito, entrañable y lleno de moralina positiva, para que no veamos nuestro mundo como un lugar de abundante y podrida desgracia. El film tuvo tanto éxito que en 1941, se realizó una secuela, "La ciudad de los muchachos", con los mismos protagonistas.

Whitey haciendo amigos

*MI MOMENTO FAVORITO: esa tierna escena en la que se deja ver el lado bondadoso del aparentemente macarra Whitey (Mickey Rooney), cuando presencia el atropello del pequeño Boliche (Bobs Watson). 

Whitey demuestra tener buenos sentimientos

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