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martes, 22 de abril de 2014

Tuno negro (2001) de Pedro L. Barbero, Vicente J. Martín



Esta parejita está tan ocupada fornicando que no se
pispan que tienen un cadáver colgando justo encima
Bueno, como ya sabrá todo buen hijo de vecino, a finales de los noventa tras el éxito mundial de "Scream" se produjo una plena resurrección del subgénero slasher, y una nueva oleada de psicópatas misteriosos desfilaron por las pantallas cargándose jovencitos, tomando como referencia clara, el film de Wes Craven. Pues bien, en España no quisieron quedarse atrás y un par de ineptos, que se creían directores de cine, decidieron sacar su "Scream" particular, de acentuado toque ibérico. Y así apareció esta soberana mierda llamada Truño..., perdón, "Tuno negro". Hizo falta un dúo de directores (que también fueron los guionistas) para llevar a cabo una sonrojante y estúpida revisión hispana del slasher americano que estaba triunfando en la taquilla mundial en ese momento. Ya he dicho que me fastidia mucho que la crítica en general tenga ese concepto tan nefasto del cine de terror (y más concretamente de los slashers), ya que los vapulean impunemente por su temática, sin pararse a mirar los múltiples aciertos que poseen, aunque sí que entiendo que "Tuno negro" se llevase el aluvión desmesurado de abucheos que se llevó, porque no hay por donde cogerla. "Tuno negro" es malísima, ahora señores críticos vean este bodrio y véanse "Sé lo que hicisteis el último verano" o "Leyenda urbana" y adquieran criterio de verdad, y sepan diferenciar entre buenos slashers (bien filmados, sólidos y perfectamente ambientados) y una puta mierda que no mereció la pena ni un sólo céntimo que se gastaron en su realización. 

Está claro que Maribel Verdú tiene un cutis de adolescente ¿verdad?

Maribel Verdú emulando a Drew Barrymore
Puede que haya un listo que diga, que tal vez soy así de drástico con este film porque es español, por esa idea preconcebida de cine español como mierda, no señores, no me centro en esa premisa, bien lo sabe el Creador, pero sí que viendo un pastel como "Tuno negro", puede uno entender el porqué el cine español ha caído tan recurrentemente, en la pésima consideración que se tiene de él. Pero voy a hacer un poco más de hincapié en este desastre. Bueno, todo el que se haya visto "Scream" (y debo decir que nadie se puede considerar digno de llamarse fan del género sin haber visto esa joya), sabrá ir reconociendo los pasajes que sin ningún pudor los directuchos de este engendro han ido copiando descaradamente. El film abre con una malísima imitación del fascinante prólogo de "Scream", que es la potentísima muerte de Drew Barrymore, aunque en esta ocasión es sustituida por Maribel Verdú, que está lamentable. No digo que sea una mala actriz, pero su participación en este film es sonrojante, bochornosa; y es que Maribel Verdú hace de adolescente estudiante universitaria, algo inverosímil, porque no sólo pasa de los treinta, sino que encima no da el pego para semejante papel ni de coña. El escenario es la universidad de Salamanca, donde se desarrollará toda la película, en la que existe una aterradora leyenda acerca de un tuno (sí, de la típica tuna universitaria de toda la vida), que se dedica a matar a los estudiantes con malas notas que desprestigien el buen nombre del recinto. Bueno, Maribel Verdú es una malísima estudiante (¡hija, qué vergüenza con treinta y pico años tocándote el chirimbolo en la uni!) y como tal recibe una muerte plagiada del propio arranque de "Scream", aunque eso sí, patética, risible y cutre, porque manda huevos que el asesino la cuelgue en el altar de la Iglesia, mientras dos mozalbetes están fornicando como conejos, sin que éstos se pispen que un cadáver cuelga sobre sus cabezas. 

Aquí el grupito de "adolescentes" treinteañeros

¡Qué sexy! Jorge Sanz es el jovencito
buenorro que se las tira a todas
Proseguimos la historia y el film entra en materia. Se nos presenta al grupito de chavalucos que serán las víctimas potenciales de este tuno asesino, y la verdad el espectáculo presentado no puede ser más lamentable. ¿Qué decir de esta panda, de personajes y de intérpretes, que yo no sé en qué sentido sale peor parada la película? Los personajes son idiotas, están escritos con el culo y no dan muestras de tener ni media neurona, es decir que los guionistas han trivializado con los estereotipos de los slashers y han confeccionado una visión del mundillo universitario retardada y apestosa, sin el más mínimo de gracia y sin molestarse en dotarlos de cierta cordura (vamos, hay un par de ellos que no se conciben, en el mundo real, en una universidad, ni en sueños; por ejemplo el quinqui fumeta). Pero es que los actores que configuran el reparto son malos no, malísimos tampoco, lo siguiente, una putísima mierda de intérpretes. El primero que choca es Jorge Sanz, también con sus treinta y bastantes haciendo de adolescente salidorro, ¡increíble!, porque no sólo está el tema de la edad, al igual que la Verdú, Jorge Sanz no da el mínimo pego para pasar por un mozalbete en fases cercanas a la pubertad, algo impepinable (se ve que los del casting no hicieron los deberes, o empinaron el codo más de la cuenta). 

Esperemos que la gran virtud de Silke es que sea una gran
persona, porque como actriz es una putísima mierda

Una chuleta en un cadáver,
¡ver para creer!
Pero es que luego está la prota, la tal Silke, sobre la que recae el honor de ser la "final girl", mi pregunta respecto a esta chica es, ¿quién ostias ha visto en ella la mínima cualidad interpretativa como para darle un papel protagonista de un simple anuncio de salchichas? Silke es una putísima mierda de actriz, bueno por no decir que de actriz no tiene nada de nada, es mala, pero mala, mala, hasta decir basta. La chica no sabe expresar un mínimo atisbo de ninguna clase de sentimiento, es que su dejadez no le da ni para llegar a hacer una sobreactuación, y ya si hablamos de su dicción; ¿pero en qué mierda de idioma habla esta pava?, se entiende mejor a Shakira cuando canta, porque no vocaliza, vamos que no logré pillarle ni una sola palabra, parece que habla todo el rato con una "piiii" metida en la boca, ¡qué horror!; debería de darle clases de dicción la propia Maria José Cantudo. Para que luego se rían de las interpretaciones de Neve Campbell, o de Jennifer Love Hewitt, o de Sarah Michelle Gellar (si me apuras hasta de Paris Hilton), al lado de ésta todas son Meryl Streep (que conste que a mí me parecen unas auténticas diosas del slasher, en ningún momento he empleado la burla en lo referente a ellas).

Antes ustedes, el tuno negro

Sólo habría faltado que Eusebio Poncela
también hubiese hecho de adolescente
Luego anda por ahí Fele Martínez haciendo de detective, se ve que querían darle un toquecito de thriller a la historia para hacerla más interesante (¡ya ves tú!), y bueno, hay que decir que su destreza hace que se eche de menos hasta al poli más panoli de cualquier otra peli del estilo, porque el chico como supuesto "Harry, el sucio", no tiene precio, nos brindará muchos momentos de risa involuntaria, hasta en las escenas en las que se desnuda para tirarse a la Silke (sí que aunque sea la prota, esto es España, aquí se desnuda hasta el apuntador), en la que los dos protagonizarán una bochornosa escena de sexo, con una navaja como objeto fetichista. Bueno, también anda por ahí el veterano Eusebio Poncela (menos mal que éste no hace de adolescente, sería ya la bomba), que se nota que es el único que hace alarde de un poquito de profesionalidad, pero claro, si te toca hacer de un gilipollas con sotana que habla subnormalidades todo el tiempo, pues tampoco es que sea muy provechoso tu trabajo. 

Así investiga el poli (Fele Martínez) los asesinatos del tuno negro

Así se las gasta el tuno negro
Bueno, aclarado que los personajes y los actores son un fiasco de campeonato. ¿Qué decimos del asesino? La verdad, mola. Su aspecto es jocoso y atractivo, en un slasher de categoría un asesino así habría lucido infinitamente más. ¿Qué hay de las muertes?, hay muchas, algunas vistosas, pero en general su concepción (ya he hablado de la inicial de Maribel Verdú) es ridídula y la labor actoral jode muchos de los momentos gore, volviéndolos más paródicos inintencionadamente que mínimamente serios. Luego está el tema del humor, vale que está muy bien que en un slasher haya ciertos toques de humor, "Scream" también fue una maestra en fusionar el terror y la comedia con bastante atino, pero ése fue uno de los principales aciertos de la cinta, utilizar el humor en determinados momentos, de forma más bien sutil y estudiada, para que en ningún momento se anulase el componente serio de la película. En "Tuno negro" se hace uso de un humor muy desproporcionado, y muy gilipollas (me da rabia que se recurra al humor catetón como sinónimo de castizo), esto no es "Aída" ni "Aquí no hay quien viva", el meter un chiste cada dos minutos no es efectivo y resulta muy cansino. ¿El resultado?, la trama es imposible que sea tomada en serio, la seriedad se esfuma y acaba convertido todo en una especie de parodia estúpida del slasher, más que en un slasher propiamente dicho. 

Muerte alucinógena

Las consecuencias de no haber estudiado
Después está el tema de la americanización de la peli. Está muy claro que a la película han querido darle un tono muy mainstream hollywoodiense, con el tema de los estereotipos utilizados (hasta el diseño de la portada está calcado de los films estilo "Scream" del momento), pero es que luego intentan aunarlo con clichés hispánicos y francamente el resultado queda un churro de tres pares de cojones, y vuelvo a decirlo los clichés hispanos que se meten son dignos de retardados, parecen querer dar a entender que en España somos todos tan gilipollas como los cenutrios que salen en la cinta. En serio, algo lamentable. Te rematan todo este entuerto con una especie de final "sorpresa", con giros inesperados (al estilo giallo italiano) con los que intentan pillar desprevenido al espectador. Pero es que ni eso han sabido hacer, plantándonos ante nuestras narices un final absurdo, que tras verlo, no sabes si desconojarte de la vergüenza o (sobre todo en el caso de haber pagado por ver esta basura, ya sea en cine o para alquilarla) llorar por haber perdido el tiempo (y el dinero) con semejante enfermedad fílmica. La película me parece un insulto al cine de terror (y más concretamente al slasher) y por ende, al cine español. Porquerías como éstas son el equivalente a dinero vertido directamente por el retrete, supongo que sus propios creadores (si conservan un mínimo de coherencia) habrán sido conscientes de ello al ver el acabado final, porque gracias a Dios, no han vuelto a ponerse tras una cámara nunca más (el único punto positivo que se puede destacar de esta desastrosa lacra). 

¡Bien tostadita!

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