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martes, 15 de abril de 2014

El evangelio según San Mateo (1964) de Pier Paolo Pasolini



La virgen María aburrida la pobre (como los espectadores en breve)
El polémico (y plasta) Pier Paolo Pasolini, quiso aportar su propia visión cinematográfica de la vida de Jesucristo. He de decir que aunque, como ya he dejado claro en otros comentarios, por lo general aborrezco el cine de este autor considerado, en mi opinión inmerecidamente, un genio del Séptimo Arte, sí que es verdad que sentía cierta curiosidad en ver el retrato que el señor Pasolini, había confeccionado sobre este pasaje bíblico, cuna de nuestra cultura. El porqué es muy sencillo, Pasolini era homosexual, comunista y ateo reconocido; tres aspectos ante los cuales el Catolicismo reacciona como los vampiros ante la cruz (aunque bueno, el propio Cristo dijo eso de "amémonos los unos a los otros", deberían de aplicárselo muchos católicos antes de hacer distinciones), así que podía resultar interesante ver su punto de vista personal.

Los que vienen a adorar al niño Jesús recién nacido
(se ve claramente la poca sangre que tienen en las venas)

Pero, bueno esta curiosidad era mínima, porque en el fondo sabía que el film era otro truñazo típico de su director; y de hecho así es, "El evangelio según San Mateo" es un plomo, un film cuyo único aspecto ciertamente polémico se encuentra en el hecho de que haya sido realizada por un tipo homosexual, ateo y comunista, porque en sí no hay en el film ningún elemento que destaque como ciertamente pecaminoso (o al menos yo no me he pispado), sin más es una recreación exacta del evangelio (o por lo menos de la historia que yo he escuchado, a grandes rasgos, siendo pequeño en el aborrecible y asqueroso colegio religioso al que asistí durante diez años; en el que la lectura del mismo era obligatoria casi como el comer, ¡válgame el Señor!), eso sí, en versión Pasolini, o sea muy pesada, de ritmo letárgico y de recreación ampliamente cercana al estilo neorrealista italiano. 

Una ángel del Señor

Un Jesucristo muy soso y repeinado (el español Enrique Irazogui)
El film desde el punto de vista audiovisual, deja bastante que desear, y me explico. Habrá quien encuentre fabulosa esa imagen tan blanquecina y rozando la sobre-exposición del negativo, yo tengo que decir que estaba viéndola casi a oscuras y tuve que dar la luz, porque semejante blancura me estaba destrozando los ojos (característica muy típica del neorrealismo). Así mismo el film posee un buen porrón de aspectos que resultan un desastre, y no estoy hablando sólo del ritmo pesadísimo que, como ya he dicho, hace que la película sea un ladrillo muy difícil de aguantar. Nos encontramos con unos actores que son horrorosos. Vale, eran todos amateurs, poco (o nada) profesionales, pero siempre me resulta curioso ver cómo se defiende el aire amateur (valga la redundancia) en obras de "grandes autores" y se defenestra en otro tipo de producciones de serie B, para ponerlas a parir.

En un momento determinado sale este deforme, al que Jesús arregla la cara con su poder.
No he encontrado en ningún sitio ni tan siquiera un párrafo haciendo alusión a este aspecto
y es que viendo la imagen tengo mis dudas de que sea un maquillaje, quizás se trate de una persona
deforme de verdad; porque si este rostro es a consecuencia de una labor de maquillaje,
hay que reconocer que está genialmente conseguido

El film cuenta con excepcionales escenarios naturales
Eso mismo, se puede atribuir a la realización, Pasolini afronta una dirección muy pachanguera, no da la sensación, por momentos, de ser profesional. Sí que hay buenas composiciones de planos (de hecho, es lo único que me ha parecido destacable del film, eso y las localizaciones naturales), pero en abundancia asistimos a un puñado de escenas (planos y secuencias) horriblemente conectados por un montaje verdaderamente espantoso; pueden verse cortes bruscos, conexión de escenas (véase los infumables discursos de Jesucristo, unidos uno con otro, sin ningún tipo de relación narrativa) de manera abrupta, sin ritmo, sin gracia; da la sensación de estar constituida por una serie de sketches en los que el propio Cristo habla y habla y habla, construyendo un monólogo inaguantable que compone el 70% del film. Hablando de Jesucristo, ¡qué espanto de Jesucristo, válgame el cielo!; ¿pero a quién se le ha podido ocurrir la espantosa idea de escoger al tipo que hace de este personaje? (por cierto el actor, Enrique Irazogui, es español). No sólo digo esto porque sea un actor nefasto (inexpresivo al máximo), sino porque el aspecto que le atribuyen no puede ser más lamentable; con un peinado similar al de un chulo de la mafia, un entrecejo de pueblerino y una barbita de tres días (rollo jugador de fútbol metrosexual). No tenéis más que mirar alguna de sus imágenes para juzgar si la recreación del propio Jesucristo resulta acertada o no.

Judas Iscariote colgado después de traicionar a Jesús

La virgen María de vieja fue la madre del propio Pasolini
Pero bueno, como se trata de un film de Pasolini, lo de siempre, se señala que es una película simplista, purista y muy artesanal. Si en vez de Pasolini, apareciese otro con menos prestigio acreditado como director, se diría lo que es; un film cutre y aburrido, cuya imagen sobre-expuesta consigue dañar la vista con facilidad, penosamente montado, con un Jesucristo de pena y un reparto que da ganas de vomitar y que no transmiten ningún tipo de sensación. Lo más gracioso, es que la parte más trágica de la vida del protagonista, la pasión y crucifixión, ocupa en el film los 15 últimos minutos (en el que lo condenan, le dan el paseíto, lo cuelgan en la cruz y resucita), todo a un ritmo muy atropellado. Increíble el hecho de haber perdido dos horas con infumables discursos y letárgicas escenas repletas de pesadísimos silencios, y luego meter a modo espídico el capítulo más dramático y tenso, el cual desde mi punto de vista, merecía más tiempo en pantalla. Pero bueno, en resumidas cuentas, ¿qué coño importa?, de ninguna manera deja de ser un petardo de mucho cuidado, por supuesto solamente recomendable para combatir el insomnio, entonces sí que es cosa fina.

Y así Jesús nos abrió el Reino de los Cielos...

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