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viernes, 25 de abril de 2014

La noche de Walpurgis (1971) de Leon Klimovsky



Paul Naschy vuelve a hacer de Waldemar Daninsky
Tras el éxito de "La marca del hombre lobo" en 1968, el cine fantástico y de terror español empezó a vivir un auténtico auge, en el que producciones del mismo estilo comenzaron a hacerse como churros. La suerte también le había sonreído al señor Jacinto Molina, conocido internacionalmente como Paul Naschy, quien despuntó en dicha película como estrella del género ibérico, gracias a su papel del hombre lobo Waldemar Daninsky, al cual volvería a interpretar en numerosas ocasiones (incluida ésta que nos ocupa). Este film (el tercero que contó con el famoso personaje de Naschy), se convirtió en uno de los más famosos clásicos del género de nuestro país, ya que tuvo una gran acogida (especialmente en el extranjero) y una amplia distribución, lo cual no quita que sea un auténtico desastre y más malo que comer mierda. La película es un auténtico despropósito desde el punto de vista artístico, y no, no vale el decir que si se trata de una película de bajísimo presupuesto y de aparentes carencias, porque mismamente "La marca del hombre lobo" no poseyó alardes técnicos superiores y resulta un film bastante mejor realizado en todos los aspectos, a la par que serio. "La noche de Walpurgis" acaba convirtiéndose el algo cercano a una comedia fantástica de manera involuntaria, porque de verdad tiene tantas incongruencias tanto artísticas como argumentales, que hacen que sea imposible encontrarle cierta lógica (incluso dentro de sus tintes fantásticos). 

La condesa Wandesa Dárvula de Nadasdy (Patty Shepard) en la edad media

Waldemar ayuda a estas dos a buscar la tumba de la condesa...
El argumento es ridículo desde su plena concepción. Nos encontramos con dos amigas, Elvira (Gaby Fuchs) y Genevieve (Barbara Capell), cuya pasión por lo oculto y lo misterioso, hace que se peguen un viaje de tres pares de cojones para encontrar la tumba de una sádica condesa, ejecutada por la Inquisición en la edad media, por cometer ritos satánicos, llamada Wandesa Dárvula de Nadasdy (Patty Shepard, actriz habitual del fanta-terror español de la época), un personaje claramente inspirado en la condesa Elizabeth Bathory. Por supuesto, la encontrarán y serán tan estúpidas de desenterrar su cadáver y de retirar una daga que se haya clavada en su corazón, lo cual devolverá la vida a la condesa convertida en una vampiresa. Menos mal que anda por ahí cerca el señor Waldemar Daninsky (Paul Naschy), que a parte de tirarse a una de ellas (gracias a su innegable atractivo de macho de pelo en pecho, con lorzas incluidas), se enfrentará a las fuerzas del mal recién desatadas. Eso sí, cuando asoma la luna llena, él también es un peligro mortal, porque como ya bien sabemos, es un hombre lobo. Así pues podemos esperar tranquilos a que se sucedan una atroz sucesión de disparates hasta ver el combate final entre vampiros y hombre lobo (sí sí, que mucho antes de "Crepúsculo", estas aterradoras criaturas ya habían tenido sus riñas ocasionales en el mundo del cine). 

...y de paso se trajina a una de las dos

La condesa resucita (con sus colmillos de plástico)
Pues bueno, como ya he dicho, a pesar de su estatus de culto, "La noche de Walpurgis" es eso, un puro disparate. Es malísima de verdad, tan mala que la verdad duele, y eso que contaba con figuras míticas y expertas en el género, el primero Leon Kilmovsky, un argentino que se hizo un auténtico nombre haciendo films fantástico aterradores en España durante los setenta. Si vamos viendo cómo está realizada, podemos sufrir un auténtico ictus y es que el film atenta contra todos los códigos cinematográficos existentes. Los errores de continuidad son lamentablemente cantosos, los efectos una verdadera porquería, véase los colmillos de plástico que portan las vampiresas, pero lo más lamentable es la cantidad tan alarmante de fallos que presenta, el más cantoso es que las escenas nocturnas, están claramente filmadas de día. O sea, que el hecho de andar escuchando todo el rato que si el hombre lobo sale con la luna llena y tal y tal, luego el hecho de verlo paseándose a plena luz del Sol, es algo que demuestra o una de dos que los realizadores eran unos auténticos inútiles a la hora de darse cuenta de la basura que estaban haciendo, o que directamente se la sudó. 

Waldemar transfomado en hombre lobo haciendo de las suyas

El Diablo en persona
Como ya he dicho, estos errores tan abominables, no pueden ser achacables al tema de la escasez de medios para hacer la película, no hay más que ver otras películas coetáneas del mismo estilo, filmadas no precisamente con una parafernalia técnica muy superior, y que no presentan un desfile de despropósitos tan bochornosos como ésta. Mención especial merece (por el excesivo ridículo, por supuesto), esa escena en la que la condesa resucitada, está haciendo un rito satánico y se presenta el mismo Diablo. Podemos ver como el supuesto Satanás, es la sombra proyectada en la pared de un tipo con una máscara con cuernos, una escena que vendría que ni pintada en cualquier parodia chunga, ideal para el descojone del personal. Por no hablar de esos "memorables" momentos, en los que el hombre lobo ataca a alguna que otra fémina y en vez de morderle el pescuezo, les desgarra la blusa para que al menos se les vea un pechito (que ya se veía venir el destape de forma algo tímida). En definitiva, una película muy famosa y muy de culto, lamentablemente una de las más representativas del fanta-terror español de los setenta, aunque sea indudablemente un film infame, penoso y extremadamente cutre. Para mí es verdaderamente infumable, existen mejores títulos que le hacen mucha más justicia a la producción del género en nuestro país, en esa época. 

Las no-muertas de misa negra, ¡qué macarras!

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