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martes, 1 de abril de 2014

Semilla de maldad (1955) de Richard Brooks



El prota, el profesor Richard Dadier (Glenn Ford)
"Semilla de maldad" es una película ciertamente importante dentro de la industria cinematográfica, ya que presentó un esquema a seguir en múltiples producciones posteriores, durante muchísimas décadas, véase películas como "Rebelión en las aulas", "Curso de 1984", "Mentes peligrosas" o "El sustituto". Los conocedores de alguno de estos films, habrán adivinado pues que el tema al que hace alusión la película, es sobre la violencia en las aulas. Y es que "Semilla de maldad" fue la madre de todas estas películas que nos plantean la problemática de un profesor enfrentado a un grupo de violentos y macarras alumnos, algunos de ellos distando muy poco de ser auténticas fieras sin domar. Gracias a ello el film, ha ganado, y más con el tiempo, cierto reconocimiento, lo que no quita que a mí particularmente me haya parecido un producto irremediablemente fallido. Bueno, lo primero situémonos en el tiempo, era 1955 y el cine comenzó a ofrecer una visión muy particular de la adolescencia. 

Algunos de los problemáticos alumnos del señor Dadier

El profe intentando imponer disciplina en su clase
El mismo año, el film "Rebelde sin causa" ya nos había mostrado un grupito de pandilleros rebeldes (el propio nombre del film lo indica), irresponsables y problemáticos (quien iba a decir que por aquel momento esto parecía cosa de cine y hoy en día es un tema de devastadora realidad). "Semilla de maldad" tiró por esos mismos derroteros y nos mostró una idea similar de la adolescencia. La película nos plantea el hecho de mostrarnos a estos jóvenes, como víctimas de la propia sociedad, es decir, son los hijos de familias golpeadas por la Segunda Guerra Mundial, procedentes de hogares desestabilizados y exentos de cariño y protección, por lo tanto se crían en las calles y aprenden el único lenguaje que les permite sobrevivir en ese mundillo, la violencia. Solamente una persona es capaz de percibir la desgracia de los muchachos, un profesor, Richard Dadier (interpretado brillantemente por Glenn Ford), el cual hará todo lo posible para que estudien y sean alguien en la vida, a pesar de que los muchachos no sólo pasan olímpicamente de sus consejos, sino que le vacilan e incluso llegan a agredirle. Si bien el planteamiento del film está muy bien y el argumento era ciertamente rompedor, para su época, porque a la vez se presenta como una especie de crítica social. No obstante, ya lo digo bien claro, a mí me parece que la concepción del mensaje se diluye peligrosamente, a consecuencia de un guión que (a pesar de su nominación al Oscar como tal) es muy irregular. 

La pobre Srta. Hammond (Margaret Hayes) casi es violada...

La subnormal de la mujer de Dadier (Anne Francis), justifica el intento de
violación, atribuyéndole la culpa a la mujer por vestir "provocativamente"
La película tiene un buen comienzo, se nos presenta el entorno hostil del colegio donde el prota viene a ejercer su labro educativa y las primeras tomas de contacto con las "fieras" son correctas. Pero, va a avanzando el film y la cosa empeora a paso agigantados, brindándonos situaciones absurdas (y no empecemos con las gilipolleces que se dicen de "hay que saber verla en su contexto", porque hay cosas que si rozan lo patético hay que decirlo). Los alumnos son muy violentos, llevan navajas y hacen todo tipo de ilegalidad ante las mismas narices del director de la escuela, que hace la vista gorda. No digo que algo así pueda pasar, hay muchos que prefieren mirar hacia otro lado ante la problemática, pero llegados a ciertos límites creo que se torna estúpido el hecho de que se pretenda hacer borrón y cuenta nueva. En un determinado momento, uno de los alumnos intenta violar sin ningún reparo a una profesora (Margaret Hayes), a la que defenderá nuestro prota, a golpes, a pesar de que él dice estar en contra del uso de la violencia (y lo recalca varias veces). Pues bueno, el tipo sí es enviado a un reformatorio y ahí queda todo, no se ponen medidas para que el hecho no vuelva a repetirse. Lo más sonrojante es que posteriormente, el prota habla con su mujer (la rubia cañón del momento Anne Francis) y ella misma justifica el intento de violación exclamando: "seguro que ella lo provocó, que se vista decentemente". ¡Manda narices, qué muestra de machismo (procedente para colmo de una mujer) más gratuita! 

El profe se intenta camelar al líder de los rebeldes, Greg Miller (Sidney Poitier)

Zurrando al profe de lo lindo
Seguimos con las cagadas, resulta que el profe se pasa más de la mitad de la película siendo humillado, insultado e incluso golpeado por sus alumnos. Vale, de eso va la película. Pero llegado un momento, el tipo se propone ganárselos a toda costa y les pone una película en clase. De golpe y porrazo, vemos un cambio radical en los alumnos (hasta ese momento bestias pardas), que pasan a ser corderitos degollados que alaban a su profesor; porque ¡ojo!, simplemente les ha puesto un vídeo y les suelta cuatro parrafadas sobre mierdas morales que representa. Pero es que lo más gracioso es que el resto de profesores, se queda atónito, "¡vaya, ha domado a esos monstruos!, ¿cómo es posible?", ¡qué ridiculez! No se muestra el más mínimo proceso evolutivo en las conductas de los personajes, como debería de haberse producido, para que ese cambio tan radical (aunque esperado, lógicamente) se hubiese visto menos chocante. Pero aquí no acaban las gilipolleces, el profe decide hacerse colega del líder de los rebeldes, un casi debutante Sidney Poitier (quien posteriormente cambiaría su rol por el de profesor en un film de temática similar posterior, "Rebelión en las aulas"). 

El profesor Dadier saca a relucir sus prejuicios raciales

Por ponerles una peliculilla, los chungos lobos
acaban convirtiéndose en mansos corderitos
Este chico de color, es un hueso duro de roer, e incita en muchas ocasiones a la cuadrilla a que le tome el pelo a su profesor, le toma por el pito del sereno y llega a encarársele varias veces. Pues bueno, llegados a un momento, veremos como sin meras explicaciones acaban dándose la manita y el negrito (y va dicho con todo el respeto del mundo), se convierte en la mano derecha de su profe. De nuevo, me invadía una sensación de incoherencia máxima viendo el film. Pero es que ahora vamos con las lecturas secundarias, que tiene tela. Resulta que la película pretende ser una crítica social a las injusticias vigentes en la época, por lo menos eso he leído apuntado por ahí, y paradójicamente acaba siendo víctima de todas ellas. Pretende criticar el racismo, y en concreto el personaje protagonista demuestra en varias ocasiones comportamientos racistas; pretende ser una especie de alegato contra la no violencia; el prota no para de parafrasear en repetidas ocasiones que hay que hacer uso de la palabra sobre las acciones, pero al final acaba recurriendo a la violencia para solucionar sus problemas; por otro lado también tiene un componente xenófobo muy claro, pues los alumnos más problemáticos resultan ser extranjeros (véase un irlandés y un italiano); hasta el profe los llama "chusma" y recita textualmente "no queremos gente como ésta en nuestra clase, echémoslos fuera" (vamos, ahí un mensaje subliminal en contra de la inmigración), y para colmo también tiene un cargante componente machista y misógino, porque el hecho de justificar la violación de una mujer atribuyéndole la culpa a ella por su forma de vestir "provocativa", es de traca vamos. 

La cosa se pone fea para el profe

Por lo tanto, desde mi punto de vista (habrá quien pueda defender una postura opuesta), el film es un fiasco se mire por donde se mire. Es efectivamente nulo en la concepción de su mensaje, es efectivamente nulo a la hora de aportar profundidad en los personajes y desarrollarlos como es debido, y lo peor de todo es ineficaz a la hora de lanzar alegatos contra las supuestas injusticias vigentes en la sociedad. Su único mérito, como ya he mencionado, es el hecho de haber presentado un argumento muy recurrente en posteriores films, que lo han desarrollado de manera muchísimo más acertada, habiendo por lo tanto dejado cierta huella en la industria cinematográfica. Punto pelota, pero desde luego se queda muy lejos de ser un film digno de merecerse alabanzas. 

El prota acabará aplicando eso de "la letra con sangre entra"

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