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El rey Töre (Max Von Sydow) y su hija Karin (Birgitta Pettersson) |
Muchos de los que despotrican contra el emblemático y
perturbador film de Wes Craven
"La última casa a la izquierda" es en numerosas oscasiones, a consecuencia de que Craven se atrevió a hacer una especie de
remake (por llamarlo de una forma) de esta
película del intocable y sobrevaloradísimo Ingmar Bergman, autor de
truños como puños, filmes soberanamente aburridos que los críticos e
intelectualillos de cine suelen elogiar hasta límites insospechados. No
tengo reparo en decirlo, he visto varios filmes de Bergman (
"El séptimo sello",
"Los comulgantes",...) y prácticamente todos me han parecido un
soberano coñazo. Bueno, no es el caso de esta bonita película,
"El
manantial de la doncella" de veras me ha convencido. Es verdad que mi
interés por ella se despertó porque sabía que había sido la inspiración
de
"La última casa a la izquierda", película que me encantó por el
impacto tan desgarrador que me produjo, así que por ello tenía la
curiosidad de
ver
cómo era la obra de la que tan gran clásico surgió.
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Ingrid (Gunnel Lindblom) le tiene tirria a la joven Karin |
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Los cabrones pervertidos |
Por supuesto ésta no me
produjo, para nada el impacto que la película de Craven, pero
obviamente me figuro que no eran ésas las intenciones del director. En su estilo
Bergman, acerca todo a una vertiente muy espiritual y sofisticadamente
artístico (no tan
underground). Pasando de todo ese rollo connotativo,
me atrevo a señalar un mérito mucho más importante atribuible a esta
película y que no he visto a nadie comentarlo, es que podríamos estar ante los
inicios del género
"exploitation" que tan popular sería en la siguiente
década y que se convertiría en algo así como la Biblia para directores actuales como
Tarantino. Este subgénero se caracteriza en términos generales por la
venganza justificable de una o varias personas contra un grupo de
desalmados que les han tocado los huevos o les han dado donde más les
duelen.
"La última casa a la izquierda" fue la que propiamente dicho,
creó o instauró en cierta manera la moda de este tipo de filmes, y
resulta muy curioso ver cómo ya, primigeniamente, se comenzó a apuntar maneras allá por 1960,
aunque claro está que ésas no eran las intenciones del refinadísimo de
Bergman que seguro que lo que quería era arrastrar a un grupo de
intelectuales al cine para que se replanteasen su fe e historias así.
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Este depravado empieza a dar muestras de sus perversas intenciones |
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Padre y madre preocupados ante la tardanza de su hija |
Si
disfruté en mayor o menor medida del visionado de
"El manantial de la doncella", es porque me gustan mucho
las historias de venganzas como la que plantea su argumento, porque
además me pareció muy valiente tratar un tema como una violación en
aquella época (y tratarlo de forma poco hiriente para la sensibilidad
del espectador tiene mucho mérito), aparte de que además el film tiene
una corrección técnica fascinante (preciosa fotografía, excelentes
vestuario y dirección artística y una bonita banda sonora). No diría
que es la mejor de su director, francamente diría que es la única de
Bergman que como se dice resumiendo, me ha gustado. Al menos la acabé de ver sin que me entrara el sueño. A destacar a ese sensacional actor que es Max von Sydow, antes de convertirse en el exorcista más
popular de todos los tiempos, que se instauró como un total antecedente de Charles
Bronson, como furioso padre vengador de su hija. Aún así, me digan lo que me
digan, me gusta más
"La última casa a la izquierda", soy infinitamente
más pro-Wes Craven que pro-Ingmar Bergman, por mucho que se glorifique
a uno y se desprestigie al otro.
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Los padres encuentran a su hijita muerta |
*MI MOMENTO FAVORITO: por supuesto, el momento de la venganza final que llevará a cabo el enfurecido Töre (Max Von Sydow), contra los asesinos de su hija.
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Töre a punto de rematar a uno de los asesinos de su hija |
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