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jueves, 13 de noviembre de 2014

La mujer del año (1942) de George Stevens



Sam Craig (Spencer Tracy) y Tess Harding
(Katharine Hepburn) pasan de ser rivales profesionales...
Película famosa por haber supuesto la primera coincidencia en pantalla de una mítica pareja del Hollywood clásico, los magnos Spencer Tracy y Katharine Hepburn, los cuales demostraron ser un dueto fílmico de gran carisma en numerosas ocasiones más. Quizás por esta curiosidad, "La mujer del año" se ha instaurado, según múltiples críticas que he consultado, en una especie de joya de la comedia sofisticada norteamericana de los cuarenta (los hay que también la señalan como una obra maestra). En mi opinión, dicha catalogación está desmedida, pues considero que, en base a muchos comentarios la mar de positivos que se han vertido a su favor, "La mujer del año" está infinitamente sobrevalorada. El problema es que el paso del tiempo la ha dejado a la altura del betún. Haciendo un pequeño esfuerzo quizás podríamos llegar a pasar por alto muchos de los constantes detalles machistas que presenta el film, a la par de tener en cuenta que el guión contenía una crítica implícita a estos comportamientos (en aquel momento, la mar de comunes), apoyándose en un discurso feminista amparado en el personaje de Hepburn. 

... a correspondidos amantes

Eso sí, la mujer a la cocina...
Pero lo que no se puede pasar por alto es que el libreto presenta momentos de auténtica estupidez. "La mujer del año" comienza como si fuese una comedieta, en la que dos personajes dispares y opuestos, dos periodistas -uno hombre y otra mujer- (las dos estrellas protagonistas), van componiendo una incesante guerra de discursos. Pero llegado un punto, ambos se enamoran y se casan y la comedia se va a la mierda y el film pasa a ser un dramón más bien petardo. Aquí es donde comienzan las incongruencias, sobre todo en el aberrante modo en el que se trata un tema tan controvertido como la adopción de un niño, el hecho de que el personaje masculino se desentienda del pequeño de acogida, como si fuese un simple cromo, porque la mamá no lo cuida, a mí me pareció algo no sólo simplón e inverosímil, sino también estúpido. Al menos si el film se abordase desde una perspectiva satírica o burlesca, pero no, pretende ser serio cuando desde mi punto de vista, acaba presentando un número alarmante de detalles absurdos (lo gracioso es que su guión fue premiado con un Oscar, ¡sin comentarios!). En resumidas cuentas, un film rancio, petardo, aburrido que sin embargo ha quedado instaurado como un memorable clásico gracias al carisma de sus dos estrellas protagonistas.

...que sino el marido se mosquea

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