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viernes, 14 de noviembre de 2014

Corrupción en el senado (1978) de Sergio Bergonzelli



Ahí en plena orgía
¡Una bizarrada de las buenas, pura exploitation setentera! "Corrupción en el senado" (título que se le colocó en la edición de vídeo en España, porque su título original sería "Puerco mundo", ¡muy acertado, por cierto!) es una co-producción entre Italia y España, desvergonzada, violenta y sobre todo muy políticamente incorrecta; de esas que se hacían con un par de huevos y sin tapujos. En la forma estamos ante un thriller repleto de suspense, lleno de complejas tramas, en la que no falta asuntos de corrupción, crimen, sexo y drogas (todo muy pulp). El argumento es de lo más enrevesado, comienza con un senador un tanto degenerado (William Berger), que paga a tres quinquis drogadictos y delincuentes, para montarse una orgía con ellos en su mansión. Los quinquis acceden y cuando se encuentran inmersos en plena faena, al senador le peta la patata y se muere. Resulta que los quinquis, dos chiscos y una chica, Manuela (Karin Well), estaban tomando fotos del acto, con la intención de chantejear después al muerto. 

La orgía tiene un final un tanto trágico

Al senador (William Berger) le ha petado la patata
Todo resultaba un entramado político, porque el senador fallecido posee un dossier en el que quedan reflejados actos de corrupción de importantes cargos del estado y claro, que saliese a la luz podría ser todo un escándalo. Pero aquí no acaban las complicaciones, pues se unen al entramado el hijo del senador, Massimo (Carlo De Mejo), novio de Manuela -la quinqui que magreaba a su papi durante la orgía-, que posee unos retorcidos planes para cobrar el seguro de vida de su difunto progenitor, la putita Nadia (guapísima y esplendorosa Bárbara Rey), la cual también está liada con la susodicha Manuela, un periodista (Eduardo Bea) dispuesto a destaparlo todo y la criada del senador (la mítica Alida Valli, madre en la vida real de Carlo De Mejo), que también sale por ahí metiendo toda la zizaña que puede en el entuerto. Vamos, que la tensión y la intriga no escasearán en ningún momento. Pues bueno, del film se puede decir que lógicamente, por su catalogación como film un tanto underground, o trash, nunca logrará la consideración de joya cinematográfica. 
 
Nadia (Bárbara Rey) y Manuela (Karin Well)

Con las pechugas al aire se consiguen muchas cosas
No obstante, creo que perfectamente podría encajar en el perfil de ser una pieza de culto, o material de coleccionistas, en especial porque lamentablemente en la actualidad permanece bastante obsoleta y es prácticamente imposible de localizar. Afortunadamente yo pude dedicarle un visionado gracias a que conseguí una viejísima copia en VHS (de una calidad lamentable) y que en mayor o menor medida me permitió disfrutar de una rareza ciertamente entrañable perteneciente a una época única para la concepción de films de este estilo, tan directos y tan exento de tapujos. Es una pena que films como éstos acaben condenados a perderse con el tiempo y que las distribuidoras pierdan el tiempo editando en DVD para el mercado internacional infumables patatas infinitamente más edulcoradas. Destacar del film esa atmósfera tan característica del cine grindhouse setentero, esa libertad de tratamiento de temas controvertidos y escabrosos y un libreto que la verdad acaba resultando más interesante y atrapante de lo que inicialmente podría parecer, porque el film no sólo se limita a mostrar violencia y desnudos gratuitos como muchos otros bodrios de la época del destape, no, también se molesta en ofrecer una trama bien construida y que logra enganchar y entrener. 

El politiqueo trae consigo muchos problemas

Por supuesto es meritorio resaltar la presencia de Bárbara Rey, la cual además se marca otra escenaca lésbica con la actriz Karin Well, que nada le tiene que envidiar a la tan famosa de "Me siento extraña" con Rocío Dúrcal. Y además, por ahí tiene una aparición estelar el veterano Arthur Kennedy, obviamente habiendo dejado atrás los años más destacados de su carrera en Hollywood. Pues bueno, finalizando, a mí me pareció una más que encomiable muestra de ese cine explotativo e irreverente, que personalmente echo de menos por haber sido mucho más arriesgado que, en líneas generales, el que suele realizar a día de hoy, la pena es que localizarla, es una labor mazo complicada.

El dueto lésbico a guantazo limpio

*MI MOMENTO FAVORITO: ése en el que le cierran la boca, literalmente, a la entrometida criada, Teresa (Alida Valli), mediante formas un tanto sádicas. 

Ya se sabe, en boca cerrada...

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