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Imagen del perdido mediometraje ''El jorobado de Notre Dame'' realizado en 1911 |
Oficialmente ésta
es la primera versión cinematográfica (en formato largometraje,
porque ya existía un mediometraje realizado en 1911, a día de hoy,
por lo que he podido indagar, totalmente ilocalizable) de la famosa
novela de Victor Hugo, ''El jorobado de Notre Dame'', la cual ha dado
lugar un buen porrón de posteriores adaptaciones (creo que la más
famosa, popular y entrañable, a día de hoy sigue siendo la
realizada por la Disney en 1996). Esta película que nos ocupa, se
trató de una magna superproducción realizada en 1923 por Wallace
Worsley y protagonizada por el magno Lon Chaney (ambos, director y
actor, ya habían coìncidido en un film anterior en 1920, ''El
hombre sin piernas''), el cual gracias a su impresionante performance
de Quasimodo, se convirtió en una gran estrella en Hollywood, con
total merecimiento. El apodado ''hombre de las mil caras'' realiza
una interpretación del jorobado encerrado en la popular iglesia de
París, impecable, a la par de grotesca y laboriosa. Del film es
digno destacar varios aspectos. En primer lugar su trabajada puesta
en escena. Esta película dejaba constancia de que, ya por aquellos
primigenios años, el Séptimo Arte ya prestaba una amplia atención
a eso de currarse el tratamiento estético, en contra de esa idea
preconcebida que la gente suele tener acerca de que el cine mudo, en
general, resultaba precario en determinados aspectos artísticos.
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El grotesco Quasimodo (un inconmesurable Lon Chaney) |
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El hogar de Quasimodo se encuentra entre
los muros de la catedral de Notre Dame |
De
hecho ''El jorobado de Notre Dame'' fue el film más caro hasta el
momento, pues su elevadísimo presupuesto de casi un millón y medio
de dólares, supuso un desembolso astronómico (imaginaos, aplicando
la inflación a día de hoy podría equivaler a un film de unos 100
millones de dólares, ¡o sea un pastizal de la virgen!). La mayor
parte del dinero fue destinado para la construcción de un escenario
que imitase el ambiente parisino del siglo XV en el que se desarrolla
la historia, incluyendo la propia catedral de Notre Dame. Viendo el
film, uno no puede más que maravillarse pues, con el trabajo
artístico, totalmente artesanal. La película además, y lo va a
decir alguien que considera que la mayor parte del cine mudo es
bastante pesado y aburrido (algo que continúo reafirmando con
asiduidad, cada vez que me tengo que enfrentar al visionado de algún
ladrillo que data de esta época), resulta bastante amena. La trama
posee bastante acción, en especial porque no abusa de tiempos
muertos y en líneas generales los acontecimientos fluyen sin que
decaiga el ritmo en exceso -eso sí, para alguien que esté poco
acostumbrado a ver algo que se salga de los típicos productos
mainstream más actuales, visionarla sin bostezar será casi un
triunfo.
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Quasimodo es sometido a un cruel castigo... |
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...la gitana Esmeralda (Patsy Ruth Miller) es
la única que se apiada de su sufrimiento |
Lo que sí es un poco matador es el constante aluvión de
carteles (en los que se recogen los diálogos de los personajes) de
amplias parrafadas, que considero que ciertamente (y es algo que he
visto señalado en otros lugares donde critican este film) se podían
haber ahorrado un poco, o al menos condensado (en ocasiones la acción
de los actores da por sentado lo ocurrido, sin necesidad de recurrir
a un cartel explicativo) -esto quizás delate en cierto sentido, algo
de inexperiencia o torpeza por parte del director y demás
colaboradores. Así mismo, y es lógico también tratándose de un
film mudo, las interpretaciones son muy excesivas (sobreactuadas) y
un tanto frías (poco creíbles y faltas de fuerza), en especial el
dueto formado por los amantes, la gitana Esmeralda (Patsy Ruth
Miller, superada con creces por ejemplo, por las futuras Maureen
O'Hara o Gina Lollobrigida en posteriores versiones de carne y hueso
de la obra) y el caballero Phoebus (Norman Kerry). En el terreno
actoral destaca, en mi opinión, Brandon Hurst, haciendo de Frollo (en lo personal éste siempre ha sido un villano que me ha fascinado, en
todas las versiones que he visto de esta historia, es un personaje
que me ha llamado mucho la atención) y por supuesto, Lon Chaney.
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Los enamorados, Esmeralda y el capitan Phoebus (Norman Kerry) |
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El malvado Frollo (Brandon Hurst) |
Chaney portó un laborioso maquillaje, el cual tardaban cuatro horas
en aplicárselo, y una pesada joroba de varios kilos que le obligaba
a ir encorvado de verdad, a la par de unas incómodas lentillas que
llegaron a perjudicarle la visión de verdad, no se puede decir, por
lo tanto, que Chaney no era alguien comprometido a la hora de ponerse
en la piel de un personaje. Su caracterización de Quasimodo, todo
hay que decirlo, es menos entrañable que por ejemplo, otras
posteriores (en especial, si la comparamos con el dulce y bondadoso
de la versión Disney), aquí es más oscuro, actúa más bien como
un retrasado, no aflora tanto el lado sensible en él, por lo tanto
no despierta tanta compasión por parte de los espectadores al
presenciar sus acciones. En resumidas cuentas, me parece que a nivel
de clásico es meritoria de darle el beneficio de un visionado si uno
se considera amante del cine, a pesar del porrón de años que carga
a sus espaldas y de lo anticuada que, por su condición de film mudo,
se ha podido quedar.
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Frollo tiene sucias intenciones con Esmeralda |
En lo personal, a pesar de ser muda (y repito,
es un cine que me cuesta ver, porque me resulta generalmente cansino
y plomizo), me pareció una película ciertamente amena y muy
interesante; eso sí, si me preguntasen por mi adaptación favorita
de la historia de Quasimodo, la nostalgia manda en mí, seguiría
eligiendo una y mil veces la versión de Disney (a pesar de las
múltiples variantes que presenta con respecto a la novela original,
que tanto molestan a los más puristas).
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Quasimodo carga con Esmeralda, como si ésta fuese un saco de patatas |
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