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El príncipe Paris (Jacques Sernas) de Troya, rumbo a Esparta |
De antemano voy a
decir algo muy claro, que nadie vea este film si ya ha visto de
antemano la más reciente adaptación de ''Troya'' (protagonizada por
Brad Pitt), porque entonces esta versión le resultará primigenia,
rancia e insípida. Y en cierto sentido, aquél que le dedique tales
calificativos no anda exento de razón, pues yo soy de los que opinan
fervientemente que la más moderna versión dirigida por Wolfgang
Petersen, resulta más acertada y cautivadora. No limito a la hora de
apoyar esta cuestión, al mero hecho de la evidente separación de
décadas que hay entre ambas, ni el avance de los medios (lo cual
hace claramente superior en el apartado visual a la película de
2004), sino porque en sí, la historia está mejor retratada en la
''Troya'' más actual, otorgándole el dramatismo y la fuerza
necesarias que en esta adaptación de 1956 escasean de forma bastante
alarmante.
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Paris conoce a Helena de Esparta (Rossana Podesta) |
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Helena con su marido, el rey Menelao (Niall MacGinnis) |
El guión me resulta ya de primeras errático en el más
amplio sentido de la palabra, otorgándole total protagonismo a los
personajes de Paris (aquí un atractivo y apolíneo Jacques Sernas,
muy alejado del tirillas soplagaitas de Orlando Bloom, un retrato por
otro lado, del personaje en cuestión con lo referido al texto
original de Homero) y la propia Helena (la guapa Rossana Podesta, la
cual poseía un físico muy acorde con el estereotipo de belleza
griega clásica). El romance ultraempalagoso de estos dos abarca un
amplio tramo del metraje, haciéndolo bastante cargante y repetitivo
y restándole importancia a otros personajes vitales para la
evolución de la historia sobre el conflicto entre espartanos y
troyanos. Por lo tanto, comprobaremos como un personaje de la talla
de Aquiles (anda que no se pavoneó Brad Pitt marcando tabletita bajo
la armadura en la versión de 2004), aquí se ve muy dado de lado, de
manera imperdonable, y encarnado por un actor de lo menos
carismático, Stanley Baker (¡un fiasco!).
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Paris y Helena se profesan auténtico amor |
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El indestructible Aquiles (muy rancio Stanley Baker) |
El retrato de Aquiles es
lamentable, así como su condicionante para combatir en la guerra, su
épico combate con Héctor (sublime Eric Bana en la adaptación más
reciente) -otro personaje que está caracterizado como el culo,
carece de chispa, de garra-, el tema de su invencibilidad y posterior
descubrimiento de su punto débil, el talón; son momentos concretos
que son burdamente pasados por altos en la película, mientras que si
uno mantiene el recuerdo más fresco de la película de 2004, veremos
cómo en ésta están magistralmente enfocados, representados y
filmados con arraigo. Básicamente, como ya he dicho el film se
centra únicamente en el culebrón que envuelve a Paris y a Helena;
el resto de elementos están de adorno o son extremadamente
secundarios, desde mi punto de vista esto supone una cagada
monumental que le resta gran calidad al film. Y es una lástima,
porque desde el punto de vista escénico, la peli cumple.
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Los troyanos están acononados porque los espartanos vienen buscando bulla |
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Ese caballo viene cargado de mala leche |
Los
decorados están muy bien, las batallas correctamente filmadas
(teniendo en cuenta sus limitaciones), la batalla final (con el
entramado del famoso caballo y demás) no está exenta de poderío
visual; y en resumidas cuentas artísticamente hablando, su
realización es de lo más loable, Robert Wise cumple eficazmente
como director. Pero su guión es flojo, muy flojo, está muy mal
compensado y como narración de la historia del conflicto
espartano-troyano es un fiasco. Ni los personajes está bien
escritos, ni sus intérpretes son unos hachas a la hora de
encarnarlos (en especial Stanley Baker, su Aquiles me parece
deplorable, y Harry Andrews haciendo de Héctor ídem de lo mismo;
¡repito Brad Pitt y Eric Bana, están demoledores al lado de
éstos!). Por cierto, tiene una breve participación la francesita
ultasensual Brigitte Bardot, como una esclava de Helena, pero sale
tan poquito (y está tan alejada de su imagen de icono sexual
despampanante) que apenas destaca. Digamos que puede verse como mera
curiosidad, pero vamos, que es un film épico de aprobado muy
raspadete (y siendo la mar de generoso).
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La esclava Andraste (una poco exhuberante Brigitte Bardot) |
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