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viernes, 24 de abril de 2015

El secreto de Joey (1985) de Roland Emmerich


 
El prota, Joey (Joshua Morrell)
Cuando vi esta película, realmente tuve la sensación de que, en serio, sus realizadores a la hora de llevarla a cabo, se habían fumado unos cuantos porros, el porqué es muy simple, el film es un desvarío total, un sinsentido y argumentalmente caótico. Recuerdo que de pequeño había visto mil veces el VHS en los estantes del videoclub, pero no sé por qué, nunca llegué a alquilarla, una pena porque la vi ya con una cierta edad pasada la adolescencia y estoy convencido que de haberla visualizado en aquellos años de infante, mi recuerdo de ella habría sido mucho más positivo. Bueno, la primera peculiaridad que llama la atención de la cinta en cuestión es que su director es el alemán Roland Emmerich, posterior autor de blockbusters hollywoodienses tan grandilocuentes como ''Independence Day'', ''El día de mañana'' o ''2012'', el cual debía de ser un grandísimo apasionado de las pelis familiar marca Spielberg, Lucas y demás, de los ochenta porque ''El secreto de Joey'' en sí resulta un corta y pega rotunda y descarado de instantes ya vistos en films de estos magnos creadores de cine de entretenimiento. 

''¿Papá, eres tú?''

¡Atiza, tío!
Como homenaje a éstos, hay que decir que técnicamente la película es sobresaliente, la puesta en escena es brillante y la verdad perfectamente podría pasar por una peli americana e incluso (insisto, desde el punto de vista visual) emula a la perfección a los maestros por antonomasia antes mencionados. El problema es que su historia es tan rara, tan extremadamente disparatada y presenta tantos elementos dispersos y mal distribuidos en la acción, que su visionado resulta, no menos que curioso eso sí, pero muy confuso. El film nos cuenta la historia de un niño, Joey, que acaba de perder a su padre. Resulta que el nene tiene una especie de poderes especiales con los que hace levitar cosas (rollo telequinesis) y que a través de un teléfono de juguete se comunica con su difunto progenitor. Total, que hace su acto de presencia un muñecarro (rollo el de ''Saw'') llamado Fletcher que es malo no, lo siguiente. 

El doble de R2-D2

El diabólico Fletcher
Fletcher aguarda en su interior una especie de espíritu maligno que se ve satisfecho cuando hace daño a quien le rodea, y en este caso su objetivo es el niño y su madre. Como empiezan a producirse en el vecindario del chaval, hechos extraños inexplicables, llega todo un ejército de parapsicólogos y agentes del gobierno y rollos de estos ha hacer sus pertinentes investigaciones, aíslan al niño a la madre y a María Santísima con el objetivo de dar luz a los hechos acontecidos. A todo esto aparece un grupito de nenes (muchos frikazos de ''Star Wars'', uno hasta va vestido de Darth Vader), que le tienen tirria al pobre de Joey y quieren darle un sustito, pero desgraciadamente se meten en una casa abandonada en la que empezarán a ser víctimas de unas siniestras apariciones (algunas representan los miedos de los niños, un chico gordito se ve acosado por una inmensa hamburguesa con dientes, ¡tal cual!) y el local se convertirá en una especie de laberinto del que es muy difícil escapar, teniendo que acudir a su rescate nuestro prota y la nena que le mola. 

Darth Vader de infiltrado entre los Goonies

Aunando ''E.T.'' y ''Poltergeist'' de una
En fin, como podréis comprobar, la historia de la peli tiene cojones, ¿a que se hace difícil descartar que sus realizadores no ''cayesen presas'' de largas fumadas? Lo más destacable, ¡cómo no!, es la entrañable ambientación ochentera que rezuma el film y sus constantes referencias conjuntas a pelis como ''Star Wars'', ''E.T.'', ''Poltergeist'', ''Los Goonies'', etc., lo cual podrá hacer mella especialmente en los más nostálgicos de la propia década. Por lo demás es que a pesar de sus logros técnicos, ''El secreto de Joey'' es una película tan difícil de clasificar que llega a descolocar a la hora de ejercer un juicio sobre ella. No cabe duda que esa mezcla entre peli familiar y para niños y film de terror sobrenatural, resulta ciertamente llamativa y le añade personalidad, pero su desastroso guión me imposibilita otorgarle el apelativo de clásico o peli de culto memorable. Con el paso del tiempo se ha revalorizado gracias al prestigio adquirido de su autor.

¡Monster Burguer!

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