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domingo, 24 de mayo de 2015

Gallipoli (1981) de Peter Weir



Frank Dunne (un jovencito Mel Gibson)
Que Peter Weir cuenta con buenas películas en su filmografía, es indiscutible (en lo personal me encanta ''Único testigo''), pero que también tiene mojones como campanos es también un hecho, a pesar de que la crítica, debido a su reputación, siempre le ampara y destaca estos soberanos truños como obras magnas de la cinematografía. Ejemplo de esto que digo es esa abominación llamada ''Picnic en Hanging Rock'', la basura suprema de ''El visitante'' o ésta que ahora comento. ''Gallipoli'' es un petardo pretencioso aburridísimo, disfrazado de sagaz crítica anti-belicista, mismo argumento de mierda de siempre que utilizan los ''expertos'' para alabar coñazos extremos como éste. ''Gallipoli'' nos cuenta la historia de dos colegas atletas australianos (uno de ellos un jovencito Mel Gibson en plena época de apogeo gracias a ''Mad Max'') que deciden alistarse para combatir en la Primera Guerra Mundial. 

Frank con su colega Archy Hamilton (Mark Lee)

Preparados para una carrerita
La acción se sitúa en 1915, y la situación en la que se verán inmersos será la cruenta batalla de Gallipoli contra los turcos. Vale, film histórico, con componente dramático, personajes juveniles, una buena ambientación y correctísima banda sonora, a priori unos elementos ejemplares para componer una película potente y atractiva. La pena es que, como ya he dicho, ''Gallipoli'' es un soberano coñazo, la historia está muy pero que muy mal contada, se hace pesadísima. En sí, la parte más interesante de la película se desarrolla en los últimos quince minutos, que es donde acontece la batalla en sí, y se producen los sucesos más dramáticos. El problema es que este ladrillo dura casi dos horas y durante el resto del metraje no tiene lugar ningún momento verdaderamente llamativo, el grueso del film es flojísimo, vacío, se te hace interminable y lo único que deseas es que se termine cuanto antes (característica bastante inherente a los films de Weir de su primera etapa pre-hollywoodiense). 

En el campo de combate

Me he hartado de leer críticas del film en el que múltiples usuarios lo destacan como conmovedor, apasionante y términos similares. De acuerdo, yo soy partidario de respetar todas las opiniones, pero sinceramente no logro comprender qué tanto atractivo le pueden ver a este mojoncete. Dicho sea de paso, Mel Gibson se presenta como el colmo de la inexpresividad, se ve que el actor mejoró técnicas interpretativas cuando emigró a Hollywood (está mil veces más convincente como el brutete vengativo de ''Mad Max''). En resumidas cuentas, un ladrillo pretencioso e insufrible.

¡Las balas corren más!

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