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viernes, 1 de mayo de 2015

King Kong contra Godzilla (1962) de Ishirô Honda



De visita en la isla de Kong
Hilarante crossover perpetrado por el mismo director de la clásica ''Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo'', film que con todo merecimiento se ha ganado su alto puesto en la historia de la ciencia ficción y de las monster movies. Aquí nos encontramos ante una payasada de grandes proporciones (tanto como las de los dos protagonistas), un espectáculo deplorable cercano a la serie Z más chunga y a años luz en lo referido a la calidad (para mal, por supuesto) con respecto al film original de la criatura que aterrorizaba Japón. Sin más, lo que nos encontramos es una batalla campal entre los dos míticos monstruos. 

King Kong es todo un sentimental

Godzilla sigue siendo todo un cabroncete
Godzilla reaparece de nuevo para cargarse un poquito más Japón (que no había tenido bastante y se aburría el pobre) y como método para detenerlo, a un puñado de científicos (como muy pocas luces) no se les ocurre mejor solución que irse a una isla remota, en el quinto culo del mundo, y capturar a King Kong, para traerlo hasta Japón (¡hilarante viaje!) y que se dé de hostias contra Godzilla y así el lagartón gigante se lo piense dos veces antes de volver a asomar el hocico por allí. Vamos, muy lógico todo. El film me parece un auténtico petardo, repleto de instantes muertos, de pesadísimos diálogos pseudocientíficos y de momentos absurdos a más no poder, a modo de relleno entre las apariciones de los dos monstruos y para hacer tiempo hasta su enfrentamiento final, el cual también es una mierda tremebunda. 

Godzilla y King Kong a punto de partirse la cara

''King Kong contra Godzilla'' es toda una colección de despropósitos, desde efectos cutrísimos (¡ojito al cante excesivo que pegan las maquetas que los ''bichos'' destruyen, para simular sus grandes proporciones!), hasta un guión demencial, actores abominables y un sin fin de defectos más que la convierten en una basurilla sin atractivos dignos de destacar. 

No, no están bailando un vals, se están dando de hostias

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