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La familia Bowen |
¡Madre mía, casi me sangran los ojos!
No hay manera, aquí la notoria mediocre peña que se dedica al
Séptimo Arte en la actualidad sigue bombardeando las taquillas con
mediocres
remakes de joyitas retros que lo petaron en su momento. Y
si de por sí ya duele ver un
remake mediocre, aún duele más cuando
este
remake es el de un clásico tan grande y memorable como
''Poltergeist'', magna obra del género donde se precie. Este tipo de
sacrilegio debería (vale, metafóricamente lo digo, pero casi)
suponer un delito, rehacer un film como
''Poltergeist'', peli que no
ha envejecido para nada mal (porque ni en efectos especiales -por
mucha mierda digital moderna que haya aquí- logra desbancarle su
arraigada personalidad) y que es (y esto era obvio) inigualable en
todos los aspectos, debería de equivaler a una buena multa a cada
rufián que participó en su realización, como mínimo. Cierto es
que, era de esperar, que este
remake (ya viendo su trailer) no
prometía nada bueno, y ya no digamos, ofrecer un espectáculo
equiparable a la grandiosa peli original, pero es que lo que
verdaderamente duele, es que uno mismo que ya partía con unas
expectativas bajas, no viese ni cumplimentadas unos mínimos
requisitos que toda película de terror (ya sea
remake o no) debería
conllevar tajantemente.
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La pequeña Madison ''Carol Anne'' Bowen (Kennedi Clements) |
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Los papis, Eric y Amy (los rancios Sam
Rockwell y Rosemary DeWitt) |
Este remake es la cosa más rancia, más
falta de garbo, más insustancial y más estrepitosamente calamitosa
que se pueda uno encontrar. En sí casi todo lo que es mostrado en
pantalla es un desastre de tomo y lomo. Lo primero que jode el
entuerto es un casting horroroso, de verdad, insufrible. Un elemento
que hacía funcionar a la original era precisamente la cojonuda
elección de los actores y cómo éstos se dejaron la piel en hacer
creíbles sus personajes, lo cual a su vez, conllevó a que la trama
de la peli de 1982 se fundamentase en el drama de la familia
protagonista (creíble gracias al portento actoral) que viven la
tragedia de perder a su hijita pequeña porque unos fantasmas
tocapelotas la retienen en una dimensión ancestral. Vale, pues en
este remake este detalle está eliminado de raíz, los papis de turno
se toman a cachondeo el secuestro sobrenatural de su hijita, el padre
incluso se pasa la peli haciendo bromitas sin ninguna gracia y a la
mami le cuesta un triunfo derramar una simple lagrimita, o sea, que
del drama tenso y rompedor que convertía a la original en un
vehículo tan emotivo, aquí no hay ni rastro, por lo tanto en ningún
momento se puede tomar en serio la trama (a pesar de copiar el
esquema de su antecesora).
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El insufrible hijito de los Bowen, Griffin (Kyle Catlett) |
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La petarda hija adolescente, Kendra (Shaxon Sharbino) |
La pareja que interpreta a los padres de
la familia, Sam Rockwell y Rosemarie DeWitt carecen de química (nada
que ver con JoBeth Williams y Craig T. Nelson), algo lamentable, pero
más lamentable es aún más la presencia de sus dos insoportables
hijos mayores (y digo hijos mayores, porque voy a dejar a un lado a
la pequeña y joven ''estrella'' del film), la nena adolescente
(Shaxon Sharbino) es asqueante, la pava se pasa toda la puta peli
protestando porque no le funciona el puto móvil, ¡así cualquiera
se toma en serio que le preocupa la posibilidad de que unos fantasmas
la puedan llegar a damnificar! Pero aún peor es el nene de los
cojones (Kyle Catlett), quien para colmo, en este remake, lo
convierten casi en el protagonista principal, es más, en ocasiones
tiene hasta más luces que los personajes adultos (que tiene narices
la cosa), además el bichejo éste se pasa toda la película poniendo
caras de flipado nada convincentes y todo el rato dan ganas de que lo
estampen contra una condenada pared.
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''Están aquí'' |
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La lerda parapsicóloga, Brooke Powell (Jane Adams) |
Pero aquí no acaba el desastre,
los miembros del equipo de parapsicólogos también resultan
condenadamente insufribles, en especial la resabidilla Jane Adams
(¡un horror de interpretación), como petarda experta que da la
sensación que no tiene ni puta idea de lo que es el tan peligroso
poltergeist al que va a ayudar a erradicar. Y la guinda del pastel
(¡y una de las cagadas más llamativas de este remake), el brutote
pseudo-exorcista interpretado por Jared Harris, el cual sustituye a
la entrañable y maravillosa Zelda Rubinstein, la médium bajita que
se había convertido en una ''casi'' señal identificatoria de
''Poltergeist''; esto demuestra el ''respeto'' que estos patanes de
mierda le guardaron a la joya que innecesariamente estaba remakeando,
para mal de la humanidad. Dejo aparte a la pequeña Kennedi Clements,
la ''Carol Anne'' del cotarro (aquí llamada Madison), curiosamente
la que cargaba sobre sus hombros la labor más difícil (hacer frente
a la eterna Heather O'Rourke) y la que mejor parada sale.
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A esto lo llamo yo un susto de mierda |
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Este exorcista gili (Jared Harris) sustituye
a la entrañable Zelda Rubinstein |
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A ver, no
quiero decir que la niña le haga sombra a la inmortal Carol Anne
original (eso era imposible), pero la pequeña se curra muy bien su
performance y en lo poco que sale, resulta el personaje más
memorable del desastroso casting, además creo que la elección de la
niña fue muy acertada, posee dulzura y cierto halo de misterio en su
mirada que la convierten, para mi sorpresa, en el elemento más
destacable de este espantoso
remake. Pero todavía tengo para mucho más,
como ya dije antes, la historia a pesar de ser la misma, está
contada de manera excesivamente mecánica, rutinaria, exenta de
ninguna sorpresa. Vale, es un
remake, pero me cago en la mar, ¿era
tan difícil huir de los tan manidos y recalcados sustitos a lo
''Insidious'' o
''Expediente Warren'' que ya aburren hasta a las
piedras?, ¿hasta cuándo se va aseguir abusando tanto del sustito
facilón de marras y pro de dejar sordo al espectador con la subida
excesiva del sonido?, ¿tan difícil es currarse un poquito
(mínimanente, dentro de lo manido que está el género) el
desarrollo argumental de un film de terror sobrenatural, sin resultar
tan bochornosamente repetivo?
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¡Por un pelín! |
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La entrada al más allá |
¡Ojo, que el que ha escrito el guión
de esta ''Poltergeist'', el tal David Lindsay-Abaire, ha ganado un
Pulitzer! ¡Guau!, pues poco se ha esmerado con este libreto me temo
o es que el jurado que se lo concedió era amiguetes suyos, estaban
borrachos o las dos cosas, porque muestra de talento por aquí no
demuestra un cagarro. El guión es abominable, repleto de frases
estúpidas, momentos increíblemente ridículos y un humor facilón
que asquea. Ver la reacción de los padres cuando le mencionan que su
casa se había construido sobre un cementerio, en plan, ¡ah, bueno,
no pasa nada!, es como para exclamar: ''¿hola?''. Ver al patán del
pseudo-exorcista pavonéandose como un chulo de playa por la casa
intentando traer a la niña del más allá es de traca, mientras la
tonta de la hermana adolescente babea por él, porque es un famosete
de tres al cuarto, da auténtica lástima. Ya no mencionemos el
abrupto y repentino final, todo muy acelerado, con unos golpes de
efecto que no sorprenden lo más mínimo y para encima omitiendo
detalles cojonudos que le otorgaron una envidiable personalidad al
film original (como los cadáveres surgiendo de la piscina
enfangada).
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El payasito es muy juguetón |
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¡Eah, los fantasmas se cabrean! |
Por si fuera poco se nota que encima, ''Poltergeist''
resulta una peli extremadamente suavizada (otra muestra de ese terror
mariquita tan típico de hoy en día), con sustitos muy ingenuos e
infantiles. Da pena encima como reutilizan algunos sustos del film
original, en éste increíbles y sobrecogedores, pero sin un ápice
de fuerza; véase sino la escena del payaso con el niño (resulta
hasta involuntariamente cómica, para encima ya venía destripada en
el trailer, así que de sorpresas cero) y la peor, la del árbol que
se lleva al pequeño y que en la original casi se lo traga de cuajo.
Pues bien aquí la escena del árbol es una putísima mierda, es
extremadamente mariquita y contenida, la plantita se lleva al niño
lo lanza un poco en volandas y lo suelta como si nada, ¡hala!,
llegan los papis lo cogen y aquí no ha pasado nada; mientras que en
la original sufrían como condenados, ¡coño!, recuerdo que la
escena cuando la vi de pequeño me dejó helado, así que planteemos
esto, ¿cómo coño puede ser posible que una misma escena pueda ser
más fuerte más sobrecogedora e infinitamente más aterradora en un
film de hace 33 años que en uno de este año?
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¡Ellos quieren ir a la luz! |
Con esto ya respondo
lo, por otro lado, indudable, que estamos ante un desastre de
remake
(en la línea de la extensísima mayoría de víricos destrozos de
clásicos retros actuales), innecesario, hecho sin las más mínimas
ganas por un equipo que se ha pasado por el forro de los cojones el
espíritu del clásico original, dando como consecuencia un mojón
mecánico, soso, rancio, vacío y plomizo en extremo. No voy a decir
que me haya llevado una decepción porque me lo esperaba, lo único
bueno que puede llegar a tener esta basura es que, como ya ha
ocurrido con otros ejemplos (véase
''Carrie'',
''Pesadilla en Elm Street'',
''Viernes 13'', un largo etcétera), contribuirá a darle
más valía a la magistral joyaza de 1982. De aquí a un mes, quedará
enclaustrada en el olvido afortunadamente.
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La casa a punto de hacer ¡Pum! |
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