|
El profesor Wayne Szalinski (Rick Moranis)
probando su máquina reductora |
Aquí tenemos otra de esas entrañables
y mágicas joyas ochenteras que yo, como tantos y tantos otros, la
hemos visto de niños y con casi total seguridad, nos dejó
maravillados y encantados.
''Cariño, he encogido a los niños'' creo
que perfectamente podría ser considerado un gran clásico del cine
fantástico y juvenil, un emocionante film de aventuras repleto de
acción, emoción y con una historia atractiva y original. Bueno ya
sé que la trama es de sobra conocida pero por ''rellenar'' un
poquito de espacio (y por si queda algún despistadillo que ha vivido
años en una cueva aislada) voy a resumirla brevemente, tenemos a un
despistadete científico, Wayne Szalinski (simpatiquísimo Rick
Moranis) que ha inventado una máquina que es capaz de reducir de
tamaño cualquier cosa (ya sea objeto, humano,...). Por error, dicho
artefacto encoge a tamaño microscópico a sus hijos Amy (Amy
O'Neill) y Nick (Robert Oliveri) y a los hijos de sus vecinos, Russ
(Thomas Brown) y Ron (Jared Rushton, rostro visto en
''Big'' o
''Cementerio viviente 2'').
|
Los pequeños damnificados por la máquina de reducción de tamaño |
|
Galleta para todos, ¡de sobra! |
Los cuatro jovenzuelos acabarán viviendo
una desenfrenada aventura por sobrevivir en el jardín de los
Szalinski, pero claro, con su tamaño, para ellos el jardín resulta
el equivalente a una jungla salvaje, repleta de todo tipo de
peligros; véase la cortacésped, las pisadas de sus progenitores,
insectos gigantes, etc. Como ya he dicho, el film me parece de lo más
memorable y entrañable, recuerdo haber pasado excelentes momentos
visionándolo en mi infancia y a día de hoy le guardo un cariño
inmenso (al igual que su más denostada secuela,
''¡Cariño, he
agrandado al niño!''). El film posee humor, aventuras, excepcionales
efectos especiales (en ciertos momentos me ha recordado a la suprema
''El increíble hombre menguante''), una magnífica banda sonora y lo
más importante, compone un genuino vehículo de entretenimiento para
toda la familia. Hasta posee un momento muy pero que muy dramático,
me estoy refiriendo al desenlace de la pobre hormiguita que nuestros
diminutos protas se agencian de amiga, a la pobre se le acaba
cogiendo un cariño inmenso, tanto que yo tengo que reconocer que se
me cayeron un par de lágrimas cuando el animalito sale tan mal
parado al defender a sus colegas humanos del ataque de un escorpión.
|
Peleando contra el cabrón del escorpión |
Me sigue resultando curioso que los ideadores de la idea hayan sido
el dueto Brian Yuzna y Stuart Gordon, autores de sangrentadas
ochenteras como
''Re-animator'' o
''Resonator'', teniendo en cuenta
su toque destinado para todos los públicos tan alejado del estilo de
ambos personajes. En resumidas cuentas me parece una gran pasada de
película, un film delicioso e idóneo para ver en familia sin ningún
temor a aburrirse y que al revisionarlo, uno sigue añorando aquella
época en la que los blockbusters eran tan especiales y tan
increíbles (algo que escasea bastante a día de hoy).
|
La pobrecita hormiguita |
No hay comentarios:
Publicar un comentario