Cabin Fever (2002) de Eli Roth

El grupito de adolescentes de excursión al campo

Esta película de bajo presupuesto supuso el debut en la dirección de Eli Roth, quien cosecharía un gran éxito posterior con su sangrienta "Hostel" y ejercería de actor, por ejemplo, en el film "Malditos bastardos" de Quentin Tarantino. "Cabin Fever" fue una película que me llamó ciertamente la atención cuando salió, porque su propuesta me parecía muy interesante. Lo que aquí nos encontramos es al típico grupito de amigos (cliché del cine de terror para adolescentes) que se van de excursión al campo, a una pequeña cabañuca en el bosque, a pasar el fin de semana, y beber, fumar porros y tener relaciones sexuales. No obstante, aquí no tendrán que hacerle frente a un asesino psicópata o a fuerzas demoníacas que los perturben, sino que tendrán que lidiar con un peligro, si me apuras, más realista y más mortífero (para colmo, invisible). El problema se presenta en forma de enfermedad vírica, una mortal plaga que los asediará en cuestión de horas y que se propaga por el agua de la zona. Los efectos del virus, no pueden ser más terribles, ya que provoca al infectado que la piel se le vaya cayendo a jirones, hasta que sufre un lenta, dolorosa y desagradable muerte. 

Curiosa escena sexual, aquí no es la chica quien recibe sino el chico (y él encantado)

Poco os va a durar el idílico romance

En un principio, la película, ya lo digo, se me hizo muy atractiva porque su propuesta me pareció distinta al menos, de lo comunmente visto en las pelis de terror protagonizadas por jóvenes. No obstante, cuando la alquilé un verano, hace ya unos añitos, me llevé una profunda decepción. La película se veía a simple vista escalofriante, sólo contemplar un par de fotogramas expuestos en la carátula, me había puesto la carne de gallina, lamentablemente el film no cumplió mis expectativas y lo peor, no creo que esté a la altura a la hora de resultar lo que se suponía que debía resultar, escalofriante. Si bien, no es una mierda, sí que es bastante deficiente. En primer lugar porque no se saca, desde mi punto de vista, todo el partido que se le podía haber sacado a su ambientación, un entorno rural y hostil en el que los chavalines de ciudad se ven atrapados como ratones en una trampa. 

El personaje del policía (Giuseppe Andrews) me parece insoportable y gilipollas

Cameo del director Eli Roth

Los personajes son bastante horribles, tanto los muchachos protagonistas, como los secundarios (¡por favor, el personaje del poli es verdaderamente cargante y asqueante!). En segundo lugar, porque el film no mantiene un buen ritmo y se hace un tanto pesado. El problema es que ciertamente el argumento no daba para mucho en sí, y se nota que lo inundan con escenas ridículas para intentar alargarlo, metiendo con calzador más personajes que no tienen ninguna relevancia (véase por ejemplo el del porrero, interpretado por el propio Eli Roth), por lo tanto, en algunos momentos el aburrimiento llega a asomar (¡craso error!). Sin embargo lo que más me ha fastidiado de la película es la utilización de un humor negro, muy poco acertado, que le anula cierta solidez que requería, para conseguir que el conjunto fuese tomado en serio (prueba de ello es por ejemplo, esa absurda escena en la que un niñato ataca a uno de los chicos protagonistas, pegando patadas al aire cual karateka, que uno no sabe muy bien cómo encajarla).

Aquí el chavaluco poseído por el espíritu de Bruce Lee

El peligro está en el agua

No obstante, sí se agradece la aplicación de un cierto toque grindhouse que inunda la cinta, gracias a la ambientación rural y a una banda sonora que emula clásicos del género de los setenta (en ella se pueden escuchar incluso varias canciones de la magna "La última casa a la izquierda"), lo cual me ha parecido un gran homenaje. Y por supuesto, si hay algo que merece la pena destacar en la película, es la espléndida labor de los maquilladores. La película, sin ser lo tan repulsivamente asquerosa que parece a priori, sí que contiene alguna que otra escena bastante grotesca y desagradable, muy sobresaliente, gracias a los efectos de maquillaje artesanales tan cojonudos que pueden presenciarse. En resumidas cuentas considero que "Cabin Fever" presentaba una historia interesante y atractiva, lo cual no la hace desdeñable del todo, pero que en definitiva es muy irregular y un tanto decepcionante. A pesar de todo, se convirtió en un aceptable éxito, pues con un minúsculo presupuesto de 1 millón y medio de dólares, logró una recaudación, sólo en cines en Estados Unidos, de 21 millones, lo que potenció que se generase un cierto culto a su alrededor y que se llegasen a realizar un par de secuelas más que siguieron explotando la misma fórmula aquí presentada. En mi opinión, es curiosa, pero ni mucho menos algo que merezca la pena verse sí o sí, ni algo digno de destacar dentro del género, ni muchísimo menos. 

El virus haciendo un efecto sangrante

*MI MOMENTO FAVORITO: uno que me desagradó especialmente es cuando se descubre el visceral y desagradable efecto del virus, en la piel de la pobre Karen (Jordan Ladd, hija de la mítica ángel de Charlie, Cheryl Ladd). Sin lugar a dudas, la escena más impactante del film.

Sonríe al pajarito