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Los pies es lo único que se verá del camionero psicótico |
El pobre David, vivirá auténticos momentos de agobio, ya que sin comerlo ni beberlo se ha metido en un fregao de tres pares de cojones. Ya está, esto es
"El diablo sobre ruedas", no hay más tu tía. No hay ningún tipo de explicación en la conducta del malvado camionero; es más ni tan siquiera llegamos a saber quien es, ya que no se le ve ni el rostro. Aquí lo que queda es disfrutar de un ejercicio de suspense notable, una carrera contraleloj para sobrevivir y un peligrosísimo juego del "gato y el ratón". La verdad es que el film consigue lo que se propone, poner nervioso muy eficazmente, al espectador durante la hora y media que dura. Sí es cierto que, debido a su extrema simipleza narrativa, puede resultar algo monónoto, aunque en tal caso, al menos en mi opinión, no ha llegado a aburrirme. Sí que tengo que reconocer que la primera vez que la vi, me decepcionó en cierto sentido el desconocimiento absoluto de la identidad del camionero. Lo cierto es que estaba tan espectante a encontrar al final una especie de explicación a su demencial conducta, que en este sentido pues, la verdad, me dejó poco satisfecho. Pero bueno, no está nada mal esta película.
Uno de los puntos más destacables es, por supuesto, la actuación de Dennis Weaver, protagonista absoluto del film, ya que el resto del reparto no hace más que encarnar a anecdóticos extras que poco aportan, en resumidas cuentas, al embrollo argumental principal. Cuando digo esto me refiero a que Weaver, es el auténtico protagonista "humano", por así decirlo, el otro elemento protagónico es el inmenso y amenazante camión cisterna, que se convertirá en la angustiante pesadilla del personaje principal, y con mucha razón, porque la verdad hay ciertas apariciones de dicho trasto que consiguen inquietar, y ya véis a simple vista no es más que un camión cisterna, pero Spielberg muy acertadamente consiguió convertirlo en una bestia aterradora, gran mérito el suyo. Sin más ni más, "El diablo sobre ruedas" es una peli de suspense pura y dura, no hay lugar para explicaciones, sólo para los hechos, quien se disponga a echarle un vistazo debe tener en cuenta que todas las incógnitas que nos irá planteando durante su desarrollo, no serán desveladas y quedarán en misterio perpetuo. La peli plantea el ejercicio psicológico al espectador, de sufrir con su visionado los sentimientos de angustia del personaje principal, y en este concepto, acierta de pleno. No es que me parezca una gran película, pero sí una pieza entretenida, muy tensa y a fin de cuentas una curiosidad a tener en cuenta aunque no sea más que por haber resultado los inicios en el Séptimo Arte de uno de los nombres más grandes de dicha industria, el señor Spielberg.
Precisamente la gracia de la peli es que nunca llegamos a identificar al camionero. La secuencia del pobre Weaver en el bareto ese de carretera intentando reconocerlo por las botas es fantástica.
ResponderEliminarPor cierto, el coche del protagonista (ese cacharro que no tira ni cuesta abajo) es un Plymouth Valiant. Imagino que flaco favor le hizo Spielberg a esa marca cuando en su día pasaron la cinta por la TV.
-"Oye, y tú que coche tienes?"
-"Yo... ejem... un Plymouth Vailant..."
-"jajajaja. Pringao!"