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Angela (Amelia Kinkade) vuelve a ser la diabólica
anfitriona de Hull House |
Bueno, pues el tirón de
"La noche de los demonios" les dio para sacar una tercera entrega, también denominada
"Demon House". Bueno, en sí volvemos a toparnos con el casi idéntico esquema de las dos anteriores, pero aquí ya mucho peor desempeñado. Y es que esta tercera parte ya pierde por completo el encanto gamberro de las anteriores películas. Una tristona secuela, sin gracia, con efectos especiales mucho peor desempeñados y para colmo de males ya no sólo no da ni un solo atisbo de miedo, sino que tampoco tiene ninguna gracia, ya que presenta un humor pobretón, mongólico y muy pero que muy simple. La historia arranca de forma algo distinta, en lugar de un grupo de amigos que acaban en la casa maldita, para hacer una fiesta, el grupete es sustituido por unos matones que acaban de liarla parda tras liarse a tiros en una gasolinera. Huyendo de la justicia (uno de ellos incomprensiblemente vivo, tras recibir un disparo de un trabuco que debería haberlo dejado tieso), van a parar desgraciadamente en la antigua funeraria llena de demonios. ¡Vaya mala suerte!
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Un grupo de matones bien gilipollas |
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Acomplejada de pechos |
Cuando abordan la casa para tomarla como refugio hasta pensar con calma como actuar, les recibirá la mítica y sexy endemoniada Angela (por tercera vez Amelia Kinkade, con algún kilito ya de más). El resto, pues ya funciona como las anteriores, los chavales irán siendo poseidos respectivamente y atacando al resto y huida por allí, huida por allá. Lo que pasa es que en esta ocación, como ya he comentado, la cosa resulta bastante infumable. Se nota el descenso de calidad abismal en comparación con las anteriores, está infinitamente peor realizada, los personajes no pueden ser más gilipollas ni las situaciones vividas más absurdas. Esta película es, en resumen, una gran mierda. No vale ni como disfrute para los adoradores de los films anteriores, porque actúa como un insulto bastante gordo contra éstos. Por destacar algo, podría señalarse de nuevo la presencia de la figura icónica de la saga, Amelia Kinkade, aunque su personaje se vuelve mucho más descafeinado, es mucho menos malvada, aunque fiel a la tradición nos deleita con una escena de baile, como también hizo en las dos pelis anteriores.
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Maquillajes que resultan una oda a lo cutre |
Ya no hablemos de los maquillajes, si en los otros films eran un punto más que fuerte por lo cojonudos que resultaban, en éste podemos comprobar que son lamentables, verdaderamente de pena, de hecho están tan mal hechos que dan la sensación de que se trata de una película mucho más antigua, a pesar de haber sido realizada en 1997. En resumidas cuentas, la película es una porquería. No se la recomiendo a nadie, no como las dos anteriores que son dos clásicos (sobre todo la primera). Es un film tan artísticamente nulo, tan rancio, tan cutre y tan descafeinado, que sería digno de añadir a una extensa lista de ''películas que jamás deberían de haberse filmado".
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Este bicho se supone que debería darnos miedito |
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