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martes, 15 de octubre de 2013

Rebelde sin causa (1955) de Nicholas Ray



Jim Stark (James Dean) y su icónica cazadora roja
Bueno aquí estamos ante una película milenaria, icónica y famosísima, eso sí también hay que reconocer que no es una buena película. Vamos por partes, "Rebelde sin causa" se ha convertido en un film muy representativo e instauró un buen porrón de referencias para posteriores y numerosas películas que trataron el tema de juventudes rebeldes (amén de su antecesora "Salvaje" protagonizada por Marlon Brando). "Rebelde sin causa" es James Dean, un icono de la historia del cine, y su chupa roja, una imagen casi tan famosa y recordada como el propio león de la Metro Goldwyn Mayer. "Rebelde sin causa" son un buen porrón de escenas inolvidables, incluídas carreras de coches, jovencitos engominados y toda una inmortal escenografía adolescente cincuentera, que ha sido la fuente de inspiración, sin ir más lejos, de ese joyón que fue "Grease", entre otras muchas que han emulado esta exitosa historia. 

Jim no se entiende con sus papis

Jóvenes rebeldes y pendencieros
Ahora bien, al César lo que es del César, "Rebelde sin causa" también nos presenta un guión tan ridículo y tan absurdo que analizado en profundidad puede ser destrozado fácilmente. Esta claro que el film no habría sido lo que es, de no haber sido por el trágico desenlace de su estrella principal. Un 30 de Septiembre de 1955, con 24 años, James Dean se mató en un fatal accidente de coche (por cierto he leído por ahí que con él estuvo a punto de haber ido la mismísima Sara Montiel, con la que mantenía una buena amistad). Poco después se estrenó "Rebelde sin causa" y claro, fue un brutal éxito. ¿Habría sido tan mitificada esta película de no haber fallecido Dean tan prematuramente? Yo, la verdad, lo dudo. Igual que digo que James Dean tampoco estaría tan mitificado, porque tampoco me parecía el mito a nivel actoral que se glorifica. Eso sí, no hay que negar que el muchacho tenía una presencia inolvidable y, como Marilyn, un carisma que atravesaba la pantalla. 

Jim se camela fácilmente a Judy (Natalie Wood)

Así se solucionan los problemas, sí señor
Sin embargo, más curiosidades trágicas, parecen apuntar que una perversa maldición iba unida a "Rebelde sin causa". Y es que no sólo Dean, sucumbió a una fatal muerte, también compartieron su desgraciada suerte los otros dos protagonistas de la cinta. Sal Mineo (nominado al Oscar al mejor actor secundario), quien hace del amigo inseparable de Jim Stark (personaje de Dean), también encontró la muerte a la temprana edad de 37 años, cuando un extraño le asestó una puñalada mortal en 1976. A la pobre Natalie Wood (también nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria), no le fue mejor, pues a la edad de 43 en 1981 se ahogó al "caer" de su yate. Su muerte continúa envuelta en misterio como la de Marilyn, ¿fue un accidente?, ¿se suicidó?, ¿pudieron haberla asesinado? En fin, supongo que eso nunca se sabrá. La verdad es que fueron tres estrellas unidas por un fatal destino e inmortalizadas en el cine a través de fotogramas que por estas circunstancias, desvelan nostalgia y cierta magia, ¿por qué no decirlo? Digamos que estas circunstancias han engrandecido el mito de "Rebelde sin causa", con justicia declarada por lo tanto un film imprescindible. 

Jim, Judy y Platón (Sal Mineo) haciendo el moñas

''Me estáis aturdiendo''
En sí, como ya he comentado la película nos presenta un argumento banal y, ¿por qué no decirlo?, bastante estúpido. Las peripecias de tres jóvenes rebeldes, incomprendidos, que se llevan mal con sus padres, que hacen carreras de coches, que se enamoran, que se pelean a navajazos y que descubrirán el valor de su amistad, pero ¡ojito!, todo esto tiene lugar en poco más de un día que es el tiempo transcurrido en la película. En fin, entre este argumento de traca, pues lo que queda es dejarse llevar. En lo personal, tengo que decir que es un film que he disfrutado. No hay que buscarle tres pies al gato, o se dejas uno cautivar por ese cierto aura especial que desvela cada uno de sus fotogramas, o te paras a analizarla en profundidad y en ese caso casi seguro resultará una experiencia decepcionante. De todos modos, me parece una película digna de ver por todo aquél que se considere cinéfilo, aunque no sea más que por su catalogación como inmortal clásico de la historia del cine. No es buena, pero sí es imprescindible, está bastante sobrevalorada pero sin lugar a dudas marcó toda una época y bueno, eso siempre resulta bastante positivo. 

¡Qué bonita estampa!

*MI MOMENTO FAVORITO: la dramática escena final desencadenada en un trágico desenlace, que curiosamente presagiaba el verdadero destino de uno de los protagonistas. 

Algunos acaban pagando caro sus inconscientes actos

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