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Joven muerta colgada de una campana |
La productora británica Hammer continuó la saga de
"Drácula" y de nuevo con el inmortal Christopher Lee como el conde vampiro. Esta tercera película, en mi opinión, es algo inferior a las dos anteriores (me refiero a las que apareció Lee, sin tener en cuenta
"Las novias de Drácula"). Recuerdo también haberla visto en el mítico programa
''Alucine'' de
La2 cuando era un niño y el impacto que me produjo, en aquel momento, sus deslumbrantes y aterradores títulos de crédito con esas gráficas venas ensangrentadas y una intensa música. También recuerdo la impresión que me produjo esa escena en la que una joven cae muerta desde el interior de la campana de una iglesia y cuando Drácula vuelve a resucitar una vez más. Escenas como ésas se grabaron en mi memoria y perduraron durante tiempo como dignas de aparecer en una sofocante pesadilla. ¡Dulce infancia! Cuando tiempo después pude volver a visionar el film, pues lógicamente, el tiempo pasado en mi persona había descafeinado esos sentimientos, aunque no por ello me pareció una película desdeñable, como he llegado a leer por ahí, que se ha señalado que es.
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Drácula (Christopher Lee) vuelve de la tumba |
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Los amantes Maria (Veronica Carlson) y Paul (Barry Andrews) |
En mi opinión este film también es una muy destacable producción de la Hammer, cuenta con la misma y correcta ambientación marca de la productora y una muy notable realización. Christopher Lee de nuevo está magnífico, resulta atemorizante, afortunadamente en esta película recupera el habla (perdido en la anterior
"Drácula, príncipe de las tinieblas") y vuelve a dar muestras de su ferocidad y mala leche, de hecho en este film se muestra aún más sádico. En esta película se nos ofrece un aspecto desde mi punto de vista muy interesante y es que el joven protagonista (Barry Andrews) que se enfrentará al malvado conde es un no creyente que se debatirá entre su ateismo y su creencia en Dios, necesaria para derrotar al Mal y salvar a la chica que ama (Veronica Carlson) de caer víctima de Drácula. Otro detalle interesante es que un esbirro del mal es un cura (Ewan Hooper), curioso ataque contra el catolicismo, dejado llevar por el Mal que supuestamente tendría que ser encargado de destruir.
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Una pobre víctima de Drácula |
La película tiene altibajos, empieza muy bien, con un santísimo monseñor (Rupert Davis) clausurando el castillo de Drácula con un inmenso crucifijo y la posterior resurrección del propio Conde, luego decae un poco y después en su parte final vuelve a remontar muy acertadamente, pues el desenlace me parece de lo mejorcito ofrecido por un film de la productora sobre el personaje de Bram Stoker. En la dirección, Terence Fisher es sustituido por Freddie Francis (típico realizador de films de antologías para la productora Amicus), el cual cumple de manera notable. Los aspectos técnicos, pues también son efectivos en su justa medida. En resumidas cuentas es una película entretenida, para los fans del terror Hammer y los fans de los films de Drácula es más que recomendable.
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Drácula ha vuelto con ganas de estrangular unos cuantos pescuezos |
*MI MOMENTO FAVORITO: la muerte del propio Drácula. Me parece una escena muy impactante y gráfica para la época. Drácula acaba empalado en una inmensa cruz en la que se acaba muriendo. En su momento me pareció una escena verdaderamente impresionante y violenta. Hoy en día a pesar de no producirme el mismo efecto, obviamente, sigo opinando que es una escena muy bien desempeñada y como ya he dicho bastante gráfica para la época en la que se hizo.
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Por la señal de la Santa Cruz... |
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