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Esto son dos amigitas y un maromo que
deciden irse de excursión los tres juntitos |
A pesar del indudable reconocimiento como película de culto, aparte de ser uno de los films más representativos del cine fantástico y de terror español de la década de los setenta,
"La noche del terror ciego" es un film deleznable, cutre y en resumidas cuentas, rematadamente malo. No sólo nos toparemos con una realización chapucera en extremos, achacable a su bajo presupuesto (lo cual hasta cierto punto podría resultar hasta pasable), sino que además presenta una historia tan estúpida que por momentos llegué a creer que estaba viendo una comedia típica del destape, en la cual de vez en cuando salían pachangueros maniquíes encapuchados, a los que intentaban hacer pasar por aterradores zombies. La película, incomprensiblemente, gozó de bastante popularidad, lo que incitó a su director, el gallego Amando de Ossorio, a convertirla en la primera de una saga protagonizada por los siniestros zombies templarios ciegos, compuesta por
"El ataque de los muertos sin ojos",
"El buque maldito" y
"La noche de las gaviotas"; películas, todo sea dicho, bastante mejores que esta porquería, que por otro lado, tampoco era muy difícil de superar.
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Una de las amiguitas tontea con el maromo y la otra se cela... |
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...porque resulta que las amiguitas, cuando eran
jovencitas, tuvieron su rollo bollo |
La historia arranca con el reencuentro de dos jóvenes amigas que se encuentran de vacaciones en Lisboa. Una de ellas está con un maromo y deciden irse los tres por ahí de vista cultural, por así decirlo. Pero resulta que la amiga acoplada comienza a tontear con el maromo de la otra y claro, ésta se cela. Pero es que resulta que estas dos, antaño, fueron amantes lesbianas (nos lo recuerdan con una escena de relleno, a modo de
flashback, que no viene a cuento para nada), razón de más para que los celos de la colega en cuestión, sean más intensos. Así que en una rabieta, durante un viaje en tren, a la petarda celosa no se le ocurre una mejor idea que tirarse del tren en marcha para dejar a los otros dos a sus anchas. Lo peor es que, la parejita ve como lo hace y le importa un bledo, ni se molestan en ir en su encuentro, se ve que les molestaba mucho. Así que la tránsfuga se va sola por un paisaje abandonado y llega a hasta Buzano, un pueblucho en ruinas, se mete en una casetucha con más mierda que una pocilga y allí se acurruca para pasar la noche. Hay que ser idiota. Así que de golpe, aparecen los zombies cadavéricos encapuchados, que son los malos de la peli, y bueno, pues la matan.
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A la amiguita celosa no se le ocurre otra idea mejor que lanzarse
de un tren en marcha; eso es tener cerebro |
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Y claro, la amiguita se topará con unos zombies muy malos... |
Al día siguiente, los coleguis, que se han hecho prácticamente parejita de hecho en apenas unas horas junticos, deciden ir a buscar a la pobre amiga extraviada (un poco tarde, pudieron haberlo hecho según saltó del tren) y es cuando se enteran de la leyenda del pueblo Buzano, explicada por un eminente historiador. Los zombies eran en vida, unos crueles caballeros templarios, que hace siglos hacían brutales ritos satánicos y sacrificaban jovencitas, mediante sangrientos métodos. Esto produjo que la población se enfadase y acabasen quemándolos vivos, no sin antes sacarles los ojos, así como que no quiere la cosa. La historia es que, estos malvados personajes juraron volver de la tumba para acabar con toda alma viviente que se atreviese a adentrarse en Buzano y así ha perdurado la aterradora historia como una leyenda negra para asustar a la peña. Nosotros, como espectadores, ya sabemos que la leyenda es cierta, pero los tontos de los protagonistas no; y tras encontrar a su "queridísima" amiga muerta, ellos mismos deciden adentrarse en dicho pueblo otra noche, acompañados de una pareja de mangantes de cuidado, un contrabandista y la novia de éste. A todo esto, la amiga regresará convertida en vampiro en una escena tan sonrojante que producirá a todo aquél que la vea, una cantidad encomiable de risas involuntarias.
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... que la dejarán de esta guisa |
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La parejita se preocupa por su amiguita,
¡a buenas horas! |
El clímax final en el pueblo no puede ser más lamentable. Resulta que los realizadores, lejos de ofrecernos un ambiente aterrador, oscuro e inquietante, perdieron el tiempo derrochando el poco jugo que tenían en el cerebro para mostrarnos una serie de escenas absurdas en la que la prota es "agredida" (por decirlo de alguna forma, porque la señorita no es que se resista precisamente) sexualmente por el contrabandista, mientras su amor macho "tontea" con la novia de dicho agresor, vamos muy creible todo. Yo resumiría todo este tramo como un completo derroche de metraje; el equipo parecía más preocupado en buscar la forma de meter tetas en el metraje de la forma que les fuese posible, que centrarse en lo importante, intentar causar inquietud en el espectador, porque ¿esto era una película de terror no? Finalmente, en los últimos quince minutos pasa lo que llevamos casi hora y media esperando, que los zombies atacan y machacan a los protas, hecho muy celebrado, al menos por mí, porque todos me caían como el culo, por ser, básicamente gilipollas perdidos.
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La amiguita volverá convertida en una vampira mala malosa |
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Los templarios sacrificaban jovencitas pechugonas;
se notaba que el destape ya estaba ahí asomando poco a poco |
Mi recomendación es que no hagáis ni caso a cualquier comentario que podáis leer que os incite a ver esta película por su "importancia" en el cine de este género realizado en nuestro país.
"La noche del terror ciego" es indudablemente mala, pero mala, mala. Es de esas películas que de verdad, una vez han finalizado, duelen por la pérdida de tiempo que ha supuesto su visionado. Es un auténtico
coctail de despropósitos: una pésima dirección, unos actores insufribles, una historia ridícula, bochornosa puesta en escena, un porrón de situaciones que no tienen nada que ver con la historia y que suponen metraje de relleno nada interesante (véase la historia del amor lésbico entre las dos amigas, o las escenas erótico festivas precedentes a la secuencia final) y ya no hablemos de los cuatro efectos alpargateros de mierda que son risibles, hasta teniendo en cuenta el presupuesto con el que se hizo y hasta la época de filmación. Es decir, que no vale una mierda, es un bodrio que increiblemente se ha convertido en un clásico del terror hispano. Ver para creer. Eso sí, como ya he comentado, el director Amando de Ossorio realizaría algunas secuelas que mejoraron el resultado de esta primera, concretamente la siguiente parte,
"El ataque de los muertos sin ojos", la cual sin ser una maravilla, sí que tiene muchísima más calidad y gana enteros como film de terror comparada con esta antecesora suya.
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