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lunes, 25 de noviembre de 2013

El poder de la sangre de Drácula (1970) de Peter Sasdy



Tres ilustres caballeros ingleses pasándoselo pipa en un burdel...
La quinta continuación del "Drácula" de la productora Hammer (contando "Las novias de Drácula" de 1960), cuarta si tenemos en cuenta la presencia del propio Conde vampiro, encarnado colosalmente por Christopher Lee. Se notaba el cambio de década, los sesenta habían quedado atrás y la Hammer comenzaba a meter un mayor nivel de contenido tanto erótico como violento en sus películas y eso se nota en este film. La película es una continuación directa de "Drácula vuelve de la tumba", realmente iba a realizarse sin contar nuevamente con la figura de Drácula (ni con la presencia de Christopher Lee), sino que éste iba a ser sustituido por otro personaje, el siniestro Conde Courtley (interpretado por Ralph Bates), quien se vería poseido por el espíritu del propio Drácula, tras ingerir su sangre (de ahí el "Taste the blood of Dracula", cuyo título original vendría a ser "Pruebe la sangre de Drácula"). No obstante, se ve que a los productores a última hora, les pareció más atractiva la idea de no prescindir del personaje principal, ni de la estrella que lo había hecho ya icónico en la gran pantalla y modificaron el guión original para asegurarle la presencia nuevamente. 

... donde el vicio manda

El Conde Courtley (Ralph Bates) haciendo un rito satánico
en presencia de los tres ilustres caballeros
Así pues "El poder de la sangre de Drácula" me parece un film muy estimable, porque parte de una premisa ciertamente original, nunca vista antes de una peli del personaje, lo que como siempre digo, le da una especial personalidad. Tenemos en un principio a tres tipejos, de buena posición, ultra católicos y muy correctos ellos, que ante los ojos del resto de la población desempeñan una conducta irreprochable e intachable. Pero claro, estos tipos por las noches abandonan sus actos de corrección y se van a un puticlub a satisfacer sus deseos más perversos. Los señoritingos estos buscan emociones fuertes y por casualidad se topa en su camino el ya nombrado Conde Courtley, quien les pide financiación a cambio de ofrecerles un espectáculo que los dejará atónicos y que satisfacerá esas ansias que poseen por jugar con lo prohibido. Así pues, el Conde les hará partícipes de una especie de ritual en el que el propio Courtley se beberá la sangre de Drácula, adquirida gracias al dinero que le han proporcionado estos ilustres caballeros. 

Courtley se bebe la sangre de Drácula

Al ingerir dicho potingue maldito, Courtley comenzará a tener unos violentos espasmos y los tres señores, en vez de socorrerlo, lo molerán a palos hasta que, lógicamente, lo matan. Los tipos escapan por patas del lugar y prometen mantener el hecho en secreto, pero es cuando a través del cuerpo de Courtley resucitará nuevamente nuestro perverso protagonista, Drácula. El vampiro viene con mucha mala leche y se propondrá acabar con la vida de los tres tipos que liquidaron a aquél gracias al que volvió a la vida, y en esta ocasión lo hará de un modo muy original. Se servirá de las hijas de dos de ellos, dos mozas de muy bien ver muy sensuales, para que sean las manos ejecutoras, por supuesto tras darles el característico mordisquito en el pescuezo, que las deja cautivas bajo sus poderes. 

Drácula (Christopher Lee) vuelve una vez más

La sensual Alice (Linda Hayden), hija de
uno de los asesinos de Courtley
Así poco a poco se va pasando la peli y comprobamos que es bastante entretenida, está muy correctamente filmada, presenta una historia original y en general es más que encomiable. Además, como ya he comentado, se nota que los niveles de violencia y erotismo aumentan considerablemente si tenemos en cuenta por ejemplo, films de Drácula anteriores producidos por la Hammer. Por ejemplo la película incluye una escena en un puticlub en la que se pueden ver varias señoritas con el tetamen al aire, y aumenta el grafismo de algunas de las muertes (tampoco es que sean gore, pero sí que se percibe más mala leche en la plasmación de la violencia). Si tuviese que ponerle una pega, sería al extraño final. Resulta que aparece un valiente caballero, el amante de una de las chavalinas convertida por Drácula en una mortífera asesina, y claro, se enfrentará al Conde para salvar a su amada. 

Drácula a punto de vampirizar a Alice

¿Muerta o no muerta?
La escena de la muerte del propio Drácula no puede ser más rara y más rancia, es más, tras haberla visinado unas cuantas veces, todavía no sabría dar una explicación demasiado coherente de la misma. El combate se lleva a cabo en una iglesia abandonada y después de que el chico le enseñe un crucifijo a Drácula, el lugar se empieza a iluminar y se oye un cántico similar al tostón que suelta el cura cuando da una misa. Sin ningún tipo de lógica el lugar se ilumina y una especie de fuerza mística es la que hace que Drácula se volatilice. Supongo que se juega un poco con el rollo de que al ser una iglesia, era un lugar sagrado y al ser el vampiro una criatura diabólica, pues claro, no casa con él y la esencia santa del lugar en cuestión puede con la del maligno. 

Las dos mozas sumisas cumpliendo la voluntad de Drácula

El querido de Alice, Paul (Anthony Corlan), al rescate
En fin, sea como sea, la muerte de Drácula tal vez sea de las peores vistas en la pantalla, lástima, no se puede tener todo. Si hubiese tenido una muerte al nivel de la anterior secuela, que me pareció fantástica, "El poder de la sangre de Drácula" sería de mis pelis favoritas de la Hammer sobre el personaje, porque la verdad es que el desarrollo me encantó. Pero, el final me jodió un poco la tan estimable percepción que tenía de ella. No obstante, la peli mola a grandes rasgos, no le falta ese toque Hammer tan admirable, es bastante violenta y además entretiene lo suyo, y bueno; como siempre Christopher Lee está genial. Menos mal que declinaron la idea de hacer la peli sin él, porque es el alma indiscutible del film, como de la gran mayoría en la que se incluye su imponente presencia. Bueno, en resumidas cuentas es bastante recomendable. 

La muerte de Drácula es verdaderamente chorra

*MI MOMENTO FAVORITO: la escena en la que Drácula (Christopher Lee) obliga a la joven Alice (Linda Hayden) a matar a su padre (Geoffrey Keen), como venganza por ser uno de los asesinos del Conde Courtley. La chica agarra una pala y le parte la cara a su papi con ella. 

''Te voy a enseñar yo a partir nueces''

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