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martes, 12 de noviembre de 2013

El regreso de los muertos vivientes (1985) de Dan O'Bannon



Freddie (Thom Mathews) y Frank (James Karen),
los causantes de todo el follón
Aquí tenemos otro gran y extraño clásico de los ochenta, el cual supuso el debut en la dirección de Dan O'Bannon (guionista de "Alien, el octavo pasajero" y "Desafío total"), escrita por él mismo en colaboración con John A. Russo (guionista de la original "La noche de los muertos vivientes"). Creo que el hecho de que sea tan inusual es lo que la hace tan maravillosa. Una mezcla buenísima de comedia y de terror, más concretamente del cine de zombies y para más inri con un toque ochentero muy pero que muy pronunciado y exagerado. Conclusión, un film que hará las delicias de un acérrimo nostálgico de la década, como yo. La película deja muy claro desde el principio su estilo irónico y socarrón señalándonos con mucha guasa, que los acontecimientos ocurridos en la película "La noche de los muertos vivientes" fueron verídicos y que además supusieron la derivación de los hechos acontecidos durante el desarrollo de ésta. 

Un grupito de jóvenes con ganas de fiesta

La exhibicionista Trash (Linnea Quigley, que si no enseña
las tetas no queda contenta la chica)
Nos presentan a dos trabajadores de un almacén (James Karen y Thom Mathews) que accidentalmente dejan escapar el contenido tóxico de unos barriles, ocultos en el sótano del edificio donde curran. Dichos barriles eran propiedad del ejército y la sustancia de su interior fue la que produjo (según cuenta uno de estos personajes) los aterradores hechos ocurridos en "La noche de los muertos vivientes" (a pesar de esta referencia a dicho film, no es una secuela en sí de éste, incluso a pesar de que el título pueda hacérselo pensar a más de uno con la coletilla de "el regreso de..."). Así que ahora, la historia se volverá a repetir. Este vertido tóxico será el causante de hacer que los cadáveres de un cementerio cercano vuelvan a la vida. En dicho cementerio, además, se encuentran un grupito de extravagantes jóvenes, cuyas pintas divagan estre quinquis, punkis y rockeros, celebrando una fiestecita particular. Estos chavalucos serán testigos de la resurrección del cementerio entero y les tocará pelear contra los cadáveres vivientes, hambrientos de cerebros humanos. En esta ocasión, a diferencia de lo anteriormente visto, los zombies son inteligentes y tienen la capacidad de maquinar encerronas a sus potenciales víctimas, además son especialmente complicados de matar. 

Estos zombies son especialmente difíciles de matar

''Cerebros vivos, ñam, ñam''
La mejor cualidad que posee "El regreso de los muertos vivientes" es que la combinación del terror y la comedia está muy bien generada, no queda absurda (como suele ocurrir en la mayoría de casos en los que se pretenden unificar ambos géneros, sobre todo en films de hoy en día) por lo que como película de terror no pierde potencial y brinda momentos atemorizantes bien conseguidos y como comedia es bastante divertida porque las escenas cómicas no están forzadas sino que vienen dadas por las vivencias de los propios personajes y la situación en la que se ven inmersos. Si hay algo que me encanta del film es la dispar mezcla de personajes, a cual más raro y extravagante, que se da en la película; véase sin ir más lejos el personaje de la mitica scream queen ochentera Linnea Quigley que se pone bailar desnuda sobre las tumbas al excitarse pensando en una forma repugnante de ser asesinada. Con escenas como éstas el film te deja claro que es un despiporre que sólo puede ser disfrutado si se ve con ganas de pasárselo bien. 

Los zombies vienen con malas pulgas

A destacar la banda sonora, también súper ochentera, ¡cómo no!, en especial el tema que baila la propia Linnea Quigley en bolas, "Tonight, we'll make love till we die", que también suena en los créditos finales. Resaltar también los maquillajes de los zombies, verdaderamente increibles y por supuesto ese zombie tan curioso, en avanzado estado de descomposición, que exclama todo el rato: "cereeebrooos". En fin, una película enormemente recomendable, otro gran clásico de los ochenta y una excelente parodia del cine de zombies. ¿Alguien da más? Un clásico inolvidable de una década inolvidable. 

Conversando con una zombie

*MI MOMENTO FAVORITO: esa escena de danza que se marca Trash (Linnea Quigley) completamente desnuda sobre una lápida con la ochentera canción "Tonight, we'll make love till we die" de fondo. 

Esperemos que la pobre Linnea Quigley no pillase un constipado después

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