Freddie (Thom Mathews) y Frank (James Karen), los causantes de todo el follón |
La exhibicionista Trash (Linnea Quigley, que si no enseña las tetas no queda contenta la chica) |
Nos presentan a dos trabajadores de un almacén (James Karen y Thom Mathews) que accidentalmente dejan escapar el contenido tóxico de unos barriles, ocultos en el sótano del edificio donde curran. Dichos barriles eran propiedad del ejército y la sustancia de su interior fue la que produjo (según cuenta uno de estos personajes) los aterradores hechos ocurridos en "La noche de los muertos vivientes" (a pesar de esta referencia a dicho film, no es una secuela en sí de éste, incluso a pesar de que el título pueda hacérselo pensar a más de uno con la coletilla de "el regreso de..."). Así que ahora, la historia se volverá a repetir. Este vertido tóxico será el causante de hacer que los cadáveres de un cementerio cercano vuelvan a la vida. En dicho cementerio, además, se encuentran un grupito de extravagantes jóvenes, cuyas pintas divagan estre quinquis, punkis y rockeros, celebrando una fiestecita particular. Estos chavalucos serán testigos de la resurrección del cementerio entero y les tocará pelear contra los cadáveres vivientes, hambrientos de cerebros humanos. En esta ocasión, a diferencia de lo anteriormente visto, los zombies son inteligentes y tienen la capacidad de maquinar encerronas a sus potenciales víctimas, además son especialmente complicados de matar.
Estos zombies son especialmente difíciles de matar |
''Cerebros vivos, ñam, ñam'' |
A destacar la banda sonora, también súper ochentera, ¡cómo no!, en especial el tema que baila la propia Linnea Quigley en bolas, "Tonight, we'll make love till we die", que también suena en los créditos finales. Resaltar también los maquillajes de los zombies, verdaderamente increibles y por supuesto ese zombie tan curioso, en avanzado estado de descomposición, que exclama todo el rato: "cereeebrooos". En fin, una película enormemente recomendable, otro gran clásico de los ochenta y una excelente parodia del cine de zombies. ¿Alguien da más? Un clásico inolvidable de una década inolvidable.
*MI MOMENTO FAVORITO: esa escena de danza que se marca Trash (Linnea Quigley) completamente desnuda sobre una lápida con la ochentera canción "Tonight, we'll make love till we die" de fondo.
Esperemos que la pobre Linnea Quigley no pillase un constipado después |
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