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jueves, 21 de noviembre de 2013

Terror sin límite (1981) de Joe D'Amato



El asesino (George Eastman) con las tripas fuera
Secuela no oficial de "Gomia, terror en el mar Egeo" nuevamente dirigida por el inefable director de ésta, Joe D'Amato. Si digo secuela no oficial es porque aunque ambas en sí no tienen ninguna relación, sí que fue vendida como tal; recordando, el título original de la otra es "Antropophagus" y ésta fue titulada en algún que otro lugar, "Antropophagus 2" (entre la grandísima multitud de títulos con los que contó, véase  que si "Rosso sangue", que si "Absurd" o en España, "Terror sin límite"), Además, por supuesto de que aparte de contar con el mismo director, también vuelve el mismo protagonista haciendo de villano, el actor George Eastman, esta vez sin el maquillaje tan atemorizante de "Gomia", pero no por ello resultando menos amenazante e inquietante. La película, no nos vamos a engañar, no es nada del otro mundo, es modesta, muy modesta y eso implica que sus cualidades técnicas sean de una calidad regulera. Su historia tampoco es que sea la hostia, los actores en general son rancios hasta decir basta (a excepción de Eastman como malvado que está más que acertado) y además posee una de las bandas sonoras más estridentes y repetitivas que os podáis topar en un film de estas características. 

El asesino taladrándole el coco a una enfermera

No obstante, si vamos visionando el film iremos comprobando que estos aspectos a priori negativos, en resumidas cuentas tendrán un efecto bastante nulo para restarle a la película una de las facultades fundamentales que debe cumplir un film de terror, su prodigiosa facilidad de causar inquietud y tensión a partes iguales. "Terror sin límite" o "Absurd" o como se la quiera llamar me parece un excelente vehículo para provocar temor en el espectador, gracias a la buena disposición de los elementos que la componen y cómo están dispuestos en el metraje. 

La pobre enfermera con el taladro en la cabeza

Otra desgraciada víctima
En sí, adapta el esquema visto en "La noche de Halloween" de John Carpenter, con un sádico asesino, silencioso, indestructible y que mata sin piedad sin andarse con contemplaciones. No faltarán una casona retirada en el campo, una canguro (Annie Belle) y los niños de turno, cuyas vidas estarán en constante peligro, debido a la presencia en el interior de su vivienda, del psicópata. Incluso el film cuenta con su "Dr. Loomis" particular, aquí encarnado por un sacerdote (Edmund Purdom), que persigue incesantemente al villano, para darle caza, a pesar de que sabe que no hay prácticamente nada que lo pueda matar. Y cuando digo prácticamente nada, es prácticamente nada, no hay más que ver la escena inicial en la que el asesino (un claro guiño a "Gomia, terror en el mar Egeo") se raja la barriga con una puntiaguda verja y sale andando tan campante con las tripas colgando, regenerándose el tejido poco tiempo después. A diferencia con la peli de Carpenter, aquí sí se nos da una especie de explicación de la naturaleza del asesino y de su supuesta inmortalidad. El tipo ha sido la cobaya de unos experimentos, que hacen que sus heridas se curen rapidísimamente, por muy mortales que éstas puedan ser. En resumidas cuentas, la explicación es un rollo patatero que poco interesa, porque lo que queremos ver los amantes del género es como el asesino se despacha a gusto contra sus desgraciadas víctimas. 

A este asesino se ve que le mola perforar cabezas

Este cura (Edmund Purdom) es quien pretende detener al asesino
Y en este sentido, la película se lleva todas las alabanzas posibles. Y es que el film es bestia, bestia. Posee muertes verdaderamente gráficas y desgradables, realizadas con unos maquillajes bastante decentes y de lo más grotescos (véase cabezas atravesadas por taladros, un cráneo rajado por una sierra,...). Comentar que a pesar de ser un poco pesada en ciertos fragmentos, la banda sonora ayuda lo suyo a crear una atmósfera bastante tensa al igual que la fotografía sucia y de aire ciertamente amateur característico del grindhouse de la época, que consigue una ambientación opresiva que compensa muy bien otras deficiencias de la película e incluso las anula, debido a su, repito, sensacional efectividad para transmitir mal rollo. Otro de los puntos que ayuda a que a los espectadores nos entre cierto canguelo, es el hecho de que una de las chicas a la que está cuidando la canguro, es una chavalina tetraplégica, lo que le supondrá una mayor dificultad defenderse del ataque de un asesino tan mortífero y cruel, un detalle muy acertado, que será muy bien utilizado además en el maravilloso clímax final. 

La canguro Emily (Annie Belle) cuidando al pequeño Willy
(Kasimir Berger) y a la tetraplégica Katia (Katya Berger)

En resumidas cuentas, y a pesar de no ser un film excepcional, sí que creo que merece algo más reconocimiento del que tiene, sobre todo más que otros bodrios más actuales que son catalogados como prodigiosas obras del género y no sólo son más malos que la mierda, sino que dudo que lleguen a asustar a un niño de diez años, por no decir menos edad (véase el caso de "Mamá", "Insidious" o la tan inflada "Expediente Warren" por nombrar alguno que me ha decepcionado enormemente). Al menos este film pachanguero es lo que pretendían que fuera, un film de terror puro y duro sin remilgos y sin gilipolleces. Junto con "Gomia, terror en el mar Egeo" forman un tándem perfecto de buen cine de terror casposillo made in Italy

Dejando al asesino ciedo con un compás

*MI MOMENTO FAVORITO: la grotesca y cruel muerte de la canguro, Emily (Annie Belle). El asesino (George Eastman), le introduce la cabeza en un horno de gas. 

La pobre Emily dando las últimas bocanadas de vida

2 comentarios:

  1. ¡Pedazo de crítica compañero! Tengo que verla, me llama mucho la atención jejeje

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