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jueves, 14 de noviembre de 2013

James Bond contra Goldfinger (1964) de Guy Hamilton



James Bond (Sean Connery) en medio de una misión
Considerada, de manera bastante mayoritaria, como la mejor de todas las películas de la saga de James Bond (para mí no lo es, lo digo bien claro), "Goldfinger" sí que posee el mérito de ser uno de sus films más importantes, por no decir, el más. La razón fue bien simple, se convirtió en el primer y gran taquillazo de las películas del agente 007. Si bien los dos films anteriores habían tenido una decente recaudación, "Goldfinger" batió los records visto hasta el momento en la serie del espía británico. Con un presupuesto de 3 millones de dólares, consiguió hacer en la taquilla del mundo entero, nada más y nada menos, que 124 millones. La consecuencia fue que a partir de entonces, "Goldfinger" se convirtió en el ejemplo más claro a seguir en las posteriores pelis sobre James Bond y la que definió por completo el estilo de las mismas, de manera definitiva. 

Bond observa a un atacante reflejado en la pupila de una de sus conquistas

Por supuesto, esta importancia para la exitosa saga, nadie se la va a quitar, ¿pero este mérito convierte a "Goldfinger" en la vencedora a nivel de calidad, argumento y demás tesituras artísticas, con desmerecimiento del resto de películas que componen la mítica serie cinematográfica? Para mí no. De hecho, creo que el mérito prioritario por el que "Goldfinger" se convirtiera en el grandísimo pelotazo que fue, tuvo más relación con la sugerente campaña de marketing con la que se comercializó en la que se mostraba la imagen, ya icónica, de una mujer desnuda cubierta de oro. Recordemos, allá por 1964, la carne debía de ser un excelente vehículo de promoción y claro, los productores, muy listos, no iban a dejar pasar la oportunidad de presentar un atractivo cartel de la película dejando bien claro que una deslumbrante mujer, con un número nulo de prendas sobre su cuerpo, iba a aparecer. 

Jill Masterson (Shirley Eaton, personaje que la convirtió
en un auténtico icono sexual de la época)

Bond tonteando con Jill Masterson
No digo que sea el único mérito de la película, que conste, pero me parece curiosamente sospechoso, la cuantiosa diferencia que existe de la recaudación de las dos pelis anteriores de 007, con la desorbitada que fue la de ésta. Como punto positivo, sin dudas, fue que por consiguiente "Goldfinger" modeló a James Bond y su universo, tanto sus villanos, como sus mujeres, como cada uno de los clichés vistos a partir de ese instante en la saga, hasta nuestros días. "Goldfinger" posee un estupendo diseño de producción (mejor que las dos pelis anteriores), un malo muy carismático, el cual pone título a la película, escenas de acción bastante sorprendentes y la verdad, un mayor nivel de entretenimiento en resumidas cuentas, si la comparamos con las pelis que la antecedían. Pero sobre todo, si tiene una escena recordada es, como ya he dicho, la de la chica muerta por asfixia cutánea, al ser cubierta por una espesa pintura de oro. 

Icónica escena de Jill muerta cubierta de oro

La auténtica "chica Bond" Pussy Galore (Honor Blackman)
Para quien lo dude, existe la prueba en que la señorita que tuvo la "suerte" de protagonizar dicha escena, una guapísima Shirley Eaton, se convirtió en todo un icono sexual de la época, y eso que la chica sólo aparece cinco minutos en la película. Su personaje, sirvió como prueba al propio Bond (de nuevo Sean Connery), de la furia de su oponente, un magnate gordinflas, cuyos planes tendrá que fastidiar el agente secreto. La señorita Eaton fue sometida a 9 horas de maquillaje que se tradujeron en los escasos 59 segundos más álgidos de "Goldfinger", por cierto; la chiquilla no estaba desnuda del todo, aunque en la peli intuyesen que sí. La cuestión es que su figura dorada disparó el estrellato, dio a vuelta al mundo y a día de hoy sigue siendo uno de los iconos por antonomasia, no sólo del film, sino de la saga de Bond. Tanta popularidad tuvo Shirley Eaton por aquel entonces, que llegó a delegar a segundo plano a Honore Blackman, la auténtica chica Bond de la película; una ruda piloto con ramalazos lésbicos bastante marcados, sobre todo en su personalidad machorra y su insual resistencia a dejarse embaucar por los encantos de 007. 

Un artilugio clásico de Bond, el Aston Martin con matrículas cambiables
y muchos más mecanismos pirotécnicos

El villano Goldfinger (Gert Fröbe)
Pero "Goldfinger" resultó pionera, dentro de la saga, en muchos aspectos más. Por ejemplo, fue la primera película de la saga cuyo tema musical (titulado también "Goldfinger" cantado por Shirley Bassey) fue un arrollador súper ventas. También fue la primera en mostrar una cabecera, durante los títulos de crédito que se convertiría en característica en el universo Bond, repleta de figuras femeninas muy insinuantes. Por primera vez vemos la figura de Bond unida a su vehículo por excelencia, un Aston Martin, el cual sería utilizado por el agente secreto recurrentemente en muchas otras aventuras posteriores. También comprobaremos como el propio villano, el señor Goldfinger (Gert Fröbe), tendrá un protagonismo (o mejor dicho antagonismo) al nivel del propio héroe, presentando además un plan malvado de magnitudes mundiales, que a Bond le costará un huevo aplacar. Sin olvidarnos de la presencia de otro duro oponente para Bond, un esbirro del enemigo principal (figura imprescindible en toda peli de Bond que se precie), en este caso se trata de un japonés bestiajo mudo llamado Oddjob (Harold Sakata), que es capaz de acabar con la vida de cualquiera con el filo cortante de su sombreto de copa. En fin, en resumidas cuentas "Goldfinger" podría ser señalado como el primer film "Bond", puramente "Bond" tal como lo concebimos hoy en día.

Oddjob (Harold Sakata), esbirro de Goldfinger, demuestra a Bond
su destreza lanzando su sombrero de copa mortal

Bond vs. Oddjob
En lo personal, quizás sí que sea una de las películas de Bond protagonizadas por el rudo Sean Connery que más me han gustado, junto con "Desde Rusia con amor" y "Diamantes para la eternidad", aunque como ya he dicho en otros comentarios, nunca he logrado desarrollar un vínculo de simpatía con el 007 encarnado por el actor escocés. Sé que fue el original, quien definió al personaje de Ian Fleming y en resumidas cuentas a él se le debe su esencia cinematográfica, pero esa misogonia tan pronunciada que le acompaña y esos aires de chulito inaguantable, la mayoría de las veces me irritan demasiado como para empatizar con él. En fin, "Goldfinger" sí me parece un film Bond muy entretenido, bastante espectacular teniendo en cuenta la época en la que se realizó y aparte un clásico del cine de acción y espionaje. No obstante a mí me parece que a la saga del agente secreto aún le quedaban aspectos por pulir y mejorar.

Maquillando a Shirley Eaton para la famosa escena de la pintura de oro

*MI MOMENTO FAVORITO: una también mítica escena de tortura a la que será sometida el agente Bond (Sean Connery), por parte de Goldfinger (Gert Fröbe). En ella podremos ver a 007, atado en una camilla a punto de ser castrado, literalmente, por un rayo láser. Seguro que al señor Bond se le encogió al máximo, a pesar de su grandilocuente hombría. 

- Bond: ''¿espera usted que hable?"
- Goldfinger: "No señor Bond. Espero que muera"
Dicha escena parodiada en "Los Simpsons"

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