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miércoles, 10 de julio de 2013

Lo que el viento se llevó (1939) de Victor Fleming



Escarlata O'Hara (Vivien Leigh)
Muchas veces he escuchado, desde que era un niño, que "Lo que el viento se llevó" es un truñazo de cuatro horas. Por eso en cierto sentido siempre desarrollé un cierto rechazo por esta película y trataba de esquivarla las múltiples veces que la emitían algún que otro Domingo por la tarde en la primera cadena. Lo cierto es que el metraje asustaba lo suyo, sólo con ver en el periódico que comenzaba a las cuatro d ela tarde y que no acababa hasta las nueve de la noche (teniendo en cuenta los cortes de publicidad), hora que empezaba el informativo, era algo que tiraba bastante para atrás a la hora de verla, a pesar de la inmensa fama que poseía la película. No obstante como cinéfilo incorregible, me dije un día, tengo que ver "Lo que el viento se llevó", sería un crimen no hacerlo, aunque sólo sea por esa consideración que tiene de tan magna obra maestra. Así que una tarde la echaban en el magnífico canal TCM y hace ya también unos cuantos años, me senté en el sofá y me armé de valor para enfrentarme a su visionado. 

Escarlata y su padre presencian su caserón, Tara
"Señorita Escarlata"
La verdad es que "Lo que el viento se llevó" es una magnífica película, es impresionante pararse a contemplar cómo está hecho y corroborar el hecho de que fue realizada en 1939. Es una película impresionante, no sólo desde el punto de vista técnico (que es más que evidente), sino desde todos los puntos de vista que se la pueda utilizar a modo de análisis. A ver, hay que reconocer que las casi cuatro horas que dura se hacen un poco lacra por ello no es una película que pueda ser disfrutada en cualquier momento y a cualquier hora a modo de distracción, una opción es visualizarla en dos partes ya que la película viene meticulosamente marcada por un intermedio aproximadamente a la mitad del metraje (ese instante en el que se produce el famoso grito: "A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre"). 

Escarlata le tiene una envidia que se muere a Melania (Olivia de Havilland)

El chulo putas de Rett Buttler (Clark Gable)
La película es atrapante porque cuenta tal cantidad de historias, tal cantidad de vivencias reflejadas a través de los personajes y hay una evolución tan apabullante en las vidas de éstos (en la que seremos testigos de sus amoríos, sus penurias cuando estalla la guerra, sus casamientos, sus divorcios, el cambio de sus perspectivas, de sus sentimientos, las obsesiones de éstos, las muertes de muchos otros y cómo esto afecta al resto, etc) que, por lo menos en mi caso, se hace más amena de lo que puede parecer en un principio. "Lo que el viento se llevó" es el culebrón de los culebrones, sólo que expuesto del tirón y no como un serial que se va visualizando por temporadas. Todo el cotarro gira en torno al mítico personaje de Scarlett O'Hara (Vivien Leigh), aquí Escarlata de toda la vida, una señorita bien, engreída y consentida dispuesta a pisar a cualquiera con tal de conseguir el amor de Ashley Wilkes (Leslie Howard). No obstante los golpes que le irá dando el destino harán haciéndole aprender duras lecciones en las que por momentos demuestra ser un personaje lleno de coraje, capaz de grandes sacrificios. 

"Aprieta un poco más, Mami"

Amigas y rivales juntas hasta el fin
Escarlata es un personaje apasionante, en algunos momentos la quieres con gran facilidad y en otros consigues cogerle verdadero asco. Si tengo que lastrar a un puñetero personaje es al chulo putas de Rett Butler, interpretado por el también chulesco Clark Gable. Sinceramente no aguanto a este tipejo, porque parece ser siempre el elemento que aparece para dar lecciones de moralidad y de comportamiento ejemplar y dan ganas de apalearle ese gesto de soberbio creído. Aunque bueno evidentemente no se puede quitar a este personaje de un plumazo porque su participación es vital en el desarrollo de la personalidad de la protagonista y de la historia. A pesar de todo, lo vuelvo a decir "Lo que el viento se llevó" es una suprema obra maestra del cine, un grandísimo (y tanto) clásico que ha de ser visionado al menos una vez, por todo aquél que se considere amante del Séptimo Arte, una historia de amor en tiempos de guerra, preguerra y posguerra milenaria. Se le otorgaron 9 Oscars (incluído el de mejor película), todo un record de premios que no fue superado hasta 1959 ("Ben Hur" se llevó 11), además fue la primera vez que le otorgaron este premio a una actriz negra (Hattie McDaniel ganó el de mejor actriz secundaria por hacer de la encantadora Mami). A destacar la preciosa e inolvidable banda sonora de Max Steiner, todo un regalo para los oídos.

Una mítica pareja de cine

*MI MOMENTO FAVORITO: probablemente el más famoso y recordado de la película, este instante sumado a la genial banda sonora hacen que al espectador hasta se le ponga el vello de punta. Un momento que nos indica que debemos salir adelante ante toda difícil adversidad. 

"A Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre"

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