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domingo, 21 de julio de 2013

El fantasma de la ópera (1943) de Arthur Lubin



Erique Claudin (Claude Rains)
Seguramente ya por 1943, la versión muda de "El fantasma de la ópera" se les había quedado anticuada, así que la Universal decidió volver a rehacer aquella magna historia que tanto éxito les había dado, planteándonos la misma trama, pero con apreciables variantes y aprovechando al máximo toda la vertiente sonora (ambientada el mundo de la ópera, no era para menos) y esta vez con total colorido. En mi opinión ésta es la mejor adaptación de la novela de Gaston Leroux, y no porque sea fiel (que no lo es, pero es que no está escrito en ningún sitio que para hacer una buena adaptación haya que seguir al dedillo el texto original, por eso se llama adaptación), sino porque me parece que alcanzaron unos niveles de espectacularidad y entretenimiento que literalmente se comen a la versión de 1925. 

En medio de una representación de ópera

La sombra del fantasma
La historia arranca de forma distinta, la primera diferencia que comprobaremos es que se puede ver al que será "el fantasma", en su faceta "humana", por así decirlo. Erique Claudin (Claude Rains) es un violinista de la ópera de París, que está enamorado en secreto de una cantante segundona, Christine DuBois (Susanna Foster). Claudin es despedido y como ha gastado todo su dinero en clases para perfeccionar la carrera de la joven Christine, prácticamente se ve en la calle. Como último recurso acude a un editor para que le publique una obra que lleva componiendo muchos años, pero éste le estafa y en un ataque de ira Claudin lo asesina. En el forcejeo sufre un accidente y se quema la cara con ácido, así que huye de la policía y se esconde en los sótanos del edificio de la ópera, pasando a ser ya "el fantasma de la ópera". Tras esta novedosa introducción, la historia ya se sitúa como la original, Erique hará lo que sea, oculto entre las sombras, para que el éxito de Christine sea real, así que será capaz tanto de sabotear todo tipo de representación operística, como de asesinar a aquél que impida su propósito. 

La policía "acordona" el edificio de la ópera

Los pretendientes de Christine, Anatole
(Nelson Eddy) y Raoul (Edgar Barrier)
En mi opinión es una versión excelente. Desde el punto de vista audiovisual es una película asombrosa y sobresaliente, con una fotografía colorista y una decoración increíbles (se reutilizaron escenarios de la versión de 1925), ambas ganadoras del Oscar en las respectivas categorías en ese año. La parte musical también es otro de los grandes atractivos, puesto que los números de ópera son verdaderamente espectaculares y están perfectamente ambientados (mucho mejor que en la anterior versión). Sí es cierto que resulta menos perversa que la original, tanto en escenografía (eliminando parte de la decoración gótica asfixiante de la versión de 1925, por ejemplo en la guarida del fantasma), como en el tono en sí del film, puesto que se le añaden ciertos toques humorísticos, sobre todo por parte de los dos personajes que se debaten entre el amor de Christine, el cantante Anatole (Nelson Eddy) y el policía Raoul (Edgar Barrier), pero que en mi opinión benefician a la historia aportándole cierta frescura que ni por descontado poseía el primer film. 

El fantasma secuestra a Christine (Susanna Foster)
 
La máscara y el violín
En cuanto al fantasma, Claude Rains lo tuvo difícil puesto que tuvo que competir con la magnífica caracterización de una leyenda, Lon Chaney, no obstante, Claude Rains también ha conseguido una excelente interpretación, diferente, quizás menos mítica, pero muy potente y que también en sus apariciones logra intimidar, eso sí el aspecto sinceramente me gustaba más el de Chaney. Por supuesto, si tengo que decantarme por una de las dos versiones de la Universal, me quedo mil veces antes con ésta, aunque la mayoría de los críticos destaquen más la de 1925, porque desde mi punto de vista mejora la antigua en prácticamente todo (guardando las distancias), porque es muchísimo más entretenida y porque observándola con detenimiento , tanto a nivel de estética, como de predisposición artística y tratamiento de la línea argumental parece que estemos ante un total antecedente del maravilloso estilo cinematográfico que desempeñaría la productora Hammer en la década siguiente. Para mí es una grandísima joya y una de las obras más destacables de la Universal.

El auténtico rostro del fantasma

*MI MOMENTO FAVORITO: durante una función de ópera, el fantasma (Claude Rains) está al tanto de que se cumplan sus exigencias de que Christine DuBois (Susanna Foster) cante en dicha función. Pero al ver que se han pasado por el forro sus advertencias, éste va a aplicarles un cruel castigo. Así que ni corto ni perezoso, hará caer la elegante lámpara del teatro sobre los asistentes. 

El fantasma serrando la cadena que sujeta la lámpara

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